Aridane. Centenario de la primera piedra del Hospital Infanta María Teresa/1

27 de enero de 2021 14:25 h

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El siglo XX comenzaba estrenando el título de ciudad para por la entonces villa de Los Llanos. Unos 6.638 habitantes esperaban que el progreso socio económico llegara al valle. La carretera general del sur se acercaba lentamente y la construcción de un Centro Sanitario era urgente y necesaria.    

En este duro panorama sanitario, social y económico surge una iniciativa entusiasta y ejemplar llevada directamente por un grupo de doce mujeres aridanenses: La Junta de Damas Llanenses de la Caridad. Su fin principal era conseguir un centro sanitario de nueva planta que pudiera atender las necesidades de la población del poniente palmero.

Aridane y su comarca continúa en deuda con estas doce pioneras y altruistas mujeres de principios del siglo XX. Bien se merecen un público reconocimiento que perdure en la memoria histórica de la localidad. Pudiera tratarse de designar el nombre de: “Juntas de Damas Llanenses de la Caridad” a una vía pública u otro recordatorio público que se estimara por parte de la corporación municipal y coincidiendo, en el año 2021, con el centenario de la primera piedra del recordado Hospital Infanta María Teresa, más tarde Centro Secundario de Higiene. Edificio que fue derribado en septiembre de 1983. 

Pandemias en el siglo XIX

Las calamidades públicas de pandemias diezmaban la salud de la población de Aridane y su comarca. La distancia del único centro sanitario de la isla, Hospital de Dolores en Santa Cruz de La Palma, era considerable por esos años. Los maltrechos caminos reales y los embarcaderos con pequeñas lanchas de pescadores a remo y algún que otro barco a carbón era el único transporte al centro sanitario y único en la isla canaria de La Palma. 

En 1867 una epidemia mortal atacó principalmente a los niños. El periódico El Time de fecha 15 de febrero da cuenta de una epidemia mortal que afectaba principalmente a los niños. “Entre las víctimas que aquí ha hecho entre los niños la enfermedad de croup (que afortunadamente ha desaparecido después de las abundantes lluvias que han caído) se cuentan dos niñas de nuestro amigo Tomás Ramos Durán, que dentro de cuatro días sucumbieron ambas...”.

En 1898 el periódico El País, 24 de junio, da noticias sobre que la epidemia de “variolosa ha tomado incremento”. Continúa criticando al alcalde aridanense Manuel Lorenzo Rodríguez porque, según el periódico, no había tomado las medidas necesarias. Unos meses después, en octubre, aparecen dos casos de esta misma enfermedad en Tazacorte. En septiembre el mismo periódico publica una crónica de un suscriptor de Tijarafe, donde habla de las provisiones que había hecho el alcalde de ese municipio para que nadie de Tijarafe fuera a Los Llanos y tampoco vecinos de ese municipio fueran a este. Relata que las maestras de Los Llanos, las hermanas Carmen y Leonor Wangüemert Leal, que habían sido destinadas al municipio de Tijarafe el alcalde de este último municipio las había puesto en cuarentena. En enero de 1899 la epidemia se daba por prácticamente extinguida en una comunicación al Gobernador Civil. 

La Junta de Damas Llanense de la Caridad  

A principio del siglo XX surge un firme y valiente proyecto sanitario por parte de doce mujeres de Aridane.

Su labor y actividad debió ser importante para que en 1910, a solicitud del Delegado del Gobierno de la isla León de las Casas, el Rey Alfonso XIII concediera por R.D. de fecha 29 de julio la Cruz de Beneficencia de Primera Clase a María Duque Guadalupe, Presidenta de la Real Junta de Damas Llanenses de la Caridad.

La propuesta e iniciativa de este grupo de mujeres se le une el Ayuntamiento que por acuerdo plenario de 1 de diciembre de 1912 acuerda el establecimiento de un Hospital en Los Llanos de Aridane. En el pleno de la Corporación municipal de 1 de diciembre de 1912 se expone por parte de “El Señor Alcalde -en este caso Manuel Pérez Wangüemert que ocupaba la alcaldía accidentalmente- ”hizo presente a la municipalidad la necesidad de fundar en este término municipal, que desde el primero de enero próximo será cabecera de Partido Judicial, un Hospital o Casa de Salud, donde dar albergue a los pobres y enfermos que de los pueblos que corresponden al partido judicial lleguen a esta Ciudad, iniciando para ello una suscripción pública en la que tiene cabida seguridad que se han de inscribir personas de arraigo en este término con cantidades de consideración“. Pérez Wangüemert se refería a la apertura del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción en la calle Real el 1 de enero de 1913, y el consecuente Partido Judicial de Los Llanos de Aridane.

La corporación acogió con entusias­mo la idea acordando aceptar la proposición y dirigiéndose a quien procediera en solicitud de fondos para esta importante obra. El Sr. Alcalde manifestó, si la corporación lo estimaba conveniente, que en solicitud de recursos se dirigieran a S.M. el Rey y a los Poderes Públicos. La Corporación aceptó lo indicado, autori­zando al alcalde para que en nombre del Ayuntamiento se dirigiera a quien estimara conveniente, acordando en conclusión que el Hospital, en cuestión, “lleve el nombre de ”María Teresa“, en memoria de la malograda Infanta de España”. En fecha 15 de diciembre de 1912 se continúa con acuerdos sobre la necesidad de un Hospital en la ciudad, de igual modo el 10 de agosto de 1913.

La iniciativa de la construcción de un Hospital contó con el apoyo de la Casa Real y en 1913 la Intendencia General de la Real Casa de Patrimonio en Madrid, por oficio de fecha 14 de abril, comunica al Alcalde, que el Rey Alfonso XIII había concedido la suma de 500 pesetas como ayuda para los gastos de construcción del Hospital “que ha de edificar­se en esa Ciudad y que ha de llevar el nombre de María Tere­sa”. Por asentimiento de la Casa Real, a propuesta de la Alcaldía, el hospital llevaría el nombre de la Infanta María Teresa, hermana del Rey, y que formó parte de la comitiva real que junto al monarca visitó La Palma en 1906 y había fallecido en septiembre de 1912.

Se seguían dándose los pasos para la construcción de este centro sanitario y en 1916 en el Salón Teatro Aridane (Casino Aridane), con el fin de recaudar fondos para el Hospital “Infanta María Teresa”, se celebro la represen­tación la comedia de los Hermanos Quintero “Puebla de Muje­res”. 

Esta iniciativa que partía de un grupo de 12 mujeres aridanenses encontró dificultades políticas que iban obstaculizando la consecución de un fin que llevaría la asistencia sanitaria a los vecinos de la comarca oeste de La Palma. El Cabildo Insular acordó, el 16 de abril de 1917, comisionar a Miguel Pereyra-García para que en nombre y representación de esta institución “acepte la entrega que ha de hacer el Ilustre Ayuntamiento de Los Llanos, del solar en que ha de edificarse en aquella población el Hospital Insular proyecta­do, interviniendo con tal carácter en la escritura que al efecto, ha de formalizar­se...”.

Este acuerdo del Cabildo fue duramente criticado por la prensa editada en Santa Cruz de La Palma. En este sentido el semanario El Chinchorro publica una crónica titulada Camarón que se Duerme...“ que decía: ”La noche del 15 reuniéronse en el Cabildo el Alcalde, Médico, Boticario y Tomás Sotomayor, todos vecinos de Los Llanos.

El objeto principalísimo, según se asegura, ha sido el de darnos una de esas sorpresas propias del siglo XX y es la de hacer que nuestro Cabildo acuerde llevarse el hospital para Los Llanos.

Y ya sabe el pueblo, que este sueño no es de ahora, los Llanenses desde hace tiempo se han metido esta idea en los cascos, seguramente porque creerán que la Ciudad de Santa Cruz de la Palma está compuesta de eunucos que van a permitir la mayor de las cobardías dejándose arrebatar unos derechos que les corres­ponde en alto grado... “

No obstante, y con estas adversas posturas localistas lamentables, las gestiones para el Hospital Infanta María Teresa continuaban y el periódico Isla de La Palma, haciendo honor al título de su cabecera, el 23 de mayo de 1917, publica un artículo titulado Querer es poder. El Hospital de Los Llanos en el que se daba cuenta de que el 1 de diciembre de 1912 el Ayuntamiento de Los Llanos acordó el establecimiento de un hospital en aquella población y continuaba diciendo que constantes en sus propósi­tos los individuos que lo forman y la Junta nombrada par este objeto, “...encargaron a nuestro joven compatrio­ta, el reputado Arquitecto, Don Pelayo López Martín Romero, el plano correspondiente. El plano que hemos visto es de un gusto artístico que hace honor al autor. Se compone de cuatro pabello­nes independientes con la capilla al centro y rodeados de preciosos y bien distribuidos jardines...”.

Pelayo López Martín-Romero (1887- 1969) fue el primer palmero en obtener el título de Arquitecto por la escuela Superior de Barcelona (1915). Además del proyecto del Hospital Infanta María Teresa diseñó la reforma de la plaza de la misma ciudad, la de las escalinatas y las populares “arrulladeras” derribada en los años 90.

La Real Junta de Damas Llanenses de la Caridad, con el apoyo del Ayuntamiento y el pueblo continuaba trabajando. El día 11 de octubre de 1917 en una velada literario-musical, a beneficio de la erección del hospital “Infanta María Teresa”, el periodista Luis Méndez Franco, leyó un escrito del cubano-palmero Manuel Fernández Cabrera (1885-1918), donde elogiaba a la Real Junta de Damas Llanenses de la Caridad y a sus entusiastas componentes que estaban formadas por las Señoras doña María Duque, viuda de Pérez, doña Nieves Pérez de Felipe, doña Blanca Jaubert de Capote, doña Zoila Brito de Pérez, doña Gregoria González de Carballo, doña Teresa Arroyo de Wangüemert y las señoritas Juana Tabares, Antonia Pérez, María González, Ernestina Sosvilla, Fernanda Pérez y Elvira Alonso.

El trabajo del escritor y doctor en derecho Manuel Fernández Cabrera fue publicado por la imprenta de Diario de Avisos y según consta en el mismo: “Se acabó de imprimir” el día “XII de junio de MCMXVIII”. Lleva el título “Sintiendo la Tuberculosis”, y fechado por su autor en “Fuencaliente, octubre de 1917”. Fernández Cabrera contrajo la tuberculosis en Cuba de donde regresa a La Palma a la búsqueda de un mejor clima benigno para su padecimiento de la llamada “peste blanca”. En su padecimiento que le llevó a la muerte pasó temporadas en Fuencaliente y falleció en La Dehesa de la Encarnación, Santa Cruz de La Palma, el 11 de mayo de 1918. Posiblemente su obrita “Sintiendo la Tuberculosis”, dedicado a las Damas Llanenses a la que llama “por vuestro legítimo nombre –¡oh, santas láicas¡-”, fuera una de sus últimos escritos. Falleció unos siete meses después.

La relación entre la Casa Real y las Damas Llanenses de la Caridad continuaba. En 1917 la presidenta de la Junta de Damas Llanenses de la Caridad, María Duque Guadalupe ya “poseía un primoroso retrato que S.M. la Reina Victoria Eugenia le envió, con efusiva felicitación para la Real Junta...”. Mientras tanto continuaban las gestiones para la construcción del Hospital y el Ayuntamiento se veía obligado a alquilar a Mauricio Duque Camacho un inmueble destinado a casa Hospital o enfermería, con una mensualidad de 15 pesetas.         

(Continuará)

        

*María Victoria Hernández es cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel

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