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Herejes

Miguel Jiménez Amaro

La hermana de La Estanquera optó en la guagua por seguir hablando en español. Fellini se lo había rogado, pues quería mejorar el idioma. Ella era bilingüe. Sus padres raptores, a la caída del Duce, salieron huyendo a la España franquista, tierra de acogida de todo tipo de criminales nazis y fascistas. El Edén de todos ellos, ¡vamos!

¿Era Helena, la que va a ser asesinada en la bañera de su casa, parte de esa camada de asesinos? Dicen que Helena fue una de las máximas responsables de uno de los más importantes campos de exterminio nazi donde estuvieron presos algunos republicanos palmeros.

Sobre el asesinato de Helena, Constantine había dicho que probablemente faltaban muy pocos días para que ocurriese, pues el asesino, que tenía gran atracción para mujeres sadomasoquistas, ya estaba en contacto íntimo con ella, y  se los veía pasear juntos en el Karman descapotable de la alemana.

La hermana de La Estanquera le comentó a Fellini, al pasar la guagua cerca de su casa, cuál era, y cómo se llegaba, por si un día le apetecía ir a comer cocina italiana, que dominaba tanto como la española, o a tomar grapa, que se la mandaba su hermana La Estanquera desde Italia, o, si volvía a tener un sueño húmedo. Decidió no bajarse de la guagua, como era su primera intención, para seguir el imán de su destino, y acompañar a Fellini a su meta, El Santuario de la Morenita.

Fellini, acompañado de La hermana de La Estanquera, recorrió con hálito aquella iglesia y sus tesoros, deteniéndose en cada una de las piezas artísticas. Tocaban campanas para misa. Decidieron gozar de ella y tomar el sacramento, aunque a punto estuvieron de salirse de la iglesia, cuando el cura de Las Nieves conminó a una madre, porque su hija lloraba, a que se fuese de aquella casa de Dios, el mismo que dijo por boca de su hijo Jesús de Nazaret “dejad que los niños se acerquen a mi”. El cura párroco creyó que aquello de tomar el sacramento era, por parte de ellos,  una provocación de herejes, y quiso retirarles la comunión, pero La Morenita no lo consintió.

Salieron de la iglesia, y al bajar los escalones se encontraron con Ninnette, Lissette, Miguel y El Chivato Tántrico, que iban a cenar a la Parrilla de Las Nieves. Tomaron de pie, en la barra, una botella de Mibal Roble con un plato de chicharrones y otro de queso blanco. Cuando acabaron de servir las copas, apareció el cura de Las Nieves, para el que pidieron otra copa mas, quería hablar con Fellini y la hermana de la Rubia Estanquera. “He estado a punto de retirarles la comunión por herejes, pero La Morenita medió, y me dijo que viniese a hablar con ustedes”. Fellini pidió otra botella de vino. “Te aconsejó bien. Vente a cenar con nosotros”.Acabaron la  botella y pasaron al comedor. Cuando salían de la barra, Fellini se dio cuenta de que Horacio Película había estado escondiéndose de él durante todo el rato, entre nerviosas caladas de Kruger rayado sin filtro. Fellini le dejó paga al camarero una botella de Mibal Roble para Película.

En la mesa pidieron hígado en mojo de primero y costillas de segundo, con el mismo vino que tomaron en la barra, Mibal Roble. Ninnette y Lissette pidieron el postre, tocino de cielo. Y del cielo empezó a hablar El Chivato Tántrico. Dijo que el avión de París con destino a Tenerife, en el que venían las gabachas del sindicato a ser iniciadas en la sexualidad sagrada, ya había llegado, y que llegarían a La Palma en el barco del día siguiente por la mañana, el Plus Ultra. Irma la Dulce, Néstor el Tigre y Billy Wilder venían con ellos.

Ninnette y Lissette pidieron disculpas en nombre de Maguisa y La Mistola, por no estar con ellos en aquella mesa, bajo el pretexto de que seguía la luna llena y los jabatos tenían hambre, y reafirmaron su voluntad de iniciarse con ellas, aunque no hablaban francés.

La hermana de La Estanquera dijo que, por las mismas razones, la Luna,  había llamado un taxi, ya que tendría que haber cola a la entrada de su casa; y mientras llegaba Niño Bueno, quería comentarles algo. La suerte –que no era suerte, que era causalidad como todo en esta vida- tan grande que había tenido encontrándose a Fellini en la guagua; y que a ella siempre le había parecido que la sexualidad era algo sagrado, pese a que la sociedad la ha banalizado, y los curas depravados perseguido. ¡Cuánto más depravados, mas inquisidores! Decir suerte  es una manera de hablar, continuó diciendo, la suerte es algo que tiene siempre sus reglas, es como los hilos de una red cósmica, que de algún lado provienen. Dijo que quería seguir hablando de este tema, pero que el taxi ya había llegado, sus clientes la estaban esperando, y que quería iniciarse también con sus hermanas las gabachas.

Ninnette y Lissette le dijeron que cuando acabasen la faena ellas tres, se podrían ver en Casa Katia y hablar sobre la iniciación ellas cinco. La hermana de La Rubia Estanquera guiñó un ojo y contestó: “Sí, a las cinco”.  

El tocino de cielo lo trajeron con una copa de licor Cacao Pico, invitación de la casa. Cuando estaban tomado el preciado licor, llegó a la mesa, avergonzado, Horacio Película, a pedir disculpas por no haber saludado, por haberse camuflado, y al mismo tiempo, para darle a Fellini las gracias por su invitación a una botella de Mibal Roble. Película  le pidió también disculpas por lo de María Rugina Siete Gatos en la terraza del Canarias.

Mientras ocurría todo esto que os estoy comentando, el cura de Las Nieves observaba, escuchaba y callaba, con la boca bien cerrada y los oídos bien abiertos. 

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