Tomás Felipe Camacho: orador brillante y apasionado de las orquídeas
Tomás Felipe Camacho nació en Santa Cruz de La Palma el 13 de septiembre de 1886. Estudió bachillerato en La Laguna, Tenerife, emigrando posteriormente a la isla de Cuba, donde desarrolla una intensa actividad literaria tanto en prosa como en verso, colaborando con distintos medios como El Día, Diario de la Marina, El Mundo, entre otros.
Al mismo tiempo estudia la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana, doctorándose en 1912.
También fue un relevante político, apoyando incondicionalmente al Partido Liberal que haría presidente de la República a Gerardo Machado (1925-1933), llegando a ser asesor jurídico de la Presidencia de Cuba.
Se distinguió por poseer una oratoria brillante, con una capacidad extraordinaria para desarrollar debates y discursos sobresalientes, tanto políticos como también académicos.
Fue una figura clave en la cultura de Cuba, desde vicepresidente de la Asociación y del Ateneo Canario hasta consultor del actual Museo Nacional de Bellas Artes, pasando por fundador y posteriormente presidente de la Asociación Canaria, destacando en todo momento por su inquebrantable canarismo.
Pero realmente su verdadera pasión eran las orquídeas, por lo que tras la muerte de su hija Pilar y de su esposa, se refugió en las Lomas de Soroa, al oeste de La Habana, concibiendo un fantástico Jardín Botánico de Orquídeas y plantas exóticas, que se convertiría en uno de los más importantes del mundo.
Esta colección de decenas de miles de orquídeas solo pudo disfrutarla hasta que triunfó la revolución comunista de Fidel Castro en 1959, ya que antes de ver confiscado y perdido su vergel, lo cedió al nuevo régimen cubano con el fin de que se conservara, en lo posible, poco antes de su tristísima salida del país con destino a sus queridas Islas Canarias.
Tomás Felipe Camacho falleció en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife el 17 de noviembre de 1961.
Visitó su isla natal en el año lustral de 1955, por lo que disfrutó de las fiestas de la Bajada de la Virgen de las Nieves de ese año. El Excmo. Cabildo Insular de La Palma dispuso la colocación de una placa conmemorativa en la fachada de la casa donde nació, como ilustre hijo de esa ciudad y como exponente de la Hispanidad, gloria y honor de los canarios en Cuba.
Entre otros galardones recibidos a lo largo de su vida, sobresale la concesión de la Encomienda de Número de la Real y Americana Orden de Isabel la Católica.
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