Filosofía 'slow food' en El Jardín de la Sal
La Palma cuenta con un nuevo atractivo turístico en el volcánico cono sur de la Isla. Este jueves fue inaugurado el restaurante temático El Jardín de la Sal situado en el singular paraje de las Salinas Marinas de Fuencaliente. El acto social congregó a unos 200 invitados. Este viernes, 6 de septiembre, abre sus puertas al público. “Nuestra filosofía es la del movimiento 'slow food' que promueve el retorno a los valores tradicionales de la cocina, el consumo de productos de cercanía y de temporada y el respeto al medio ambiente”, explican los responsables del restaurante.
Se ha acondicionado en el almacén de la explotación y aprovecha la parte alta del histórico inmueble desde la que se pueden contemplar espectaculares vistas de las salinas, el mar, las puestas de sol, los faros y los volcanes, señaló a LA PALMA AHORA Andrés Hernández García, nieto del fundador de las salinas, un joven empresario diplomado en Ciencias Empresariales y licenciando en Administración y Dirección de Empresa que ha tomado las riendas del negocio y que apuesta por proyectos vinculados al ecoturismo y a las energías renovables para el desarrollo y conservación de la actividad salinera.
El establecimiento, que sigue la impronta de la arquitectura salinera y que está perfectamente integrado en el paisaje, pretende servir de complemento para lograr el mantenimiento de una actividad artesanal que inició la familia Hernández Villalba en 1967 y de un entorno considerado de alto valor ambiental.
Ha sido diseñado para disfrutar completamente del entorno de sal, mar y volcán en el que se encuentra. Ofrece desde este viernes una carta donde predomina el pescado fresco y los productos locales, siempre cocinados con un toque diferente y sorprendente con las ganas de un equipo joven con alta preparación que proviene en su totalidad del I.E.S. Virgen de las Nieves de Santa Cruz de La Palma.
El restaurante abre desde las doce del mediodía hasta una hora después de la puesta de sol, uno de los espectáculos más apreciados por los visitantes. Se ha habilitado una entrada desde el faro para facilitar el aparcamiento y acceso al complejo, que cuenta también con una sala para grupos, otra de degustación y una tienda souvenir.
“Nuestra filosofía es la del movimiento 'slow food' que promueve el retorno a los valores tradicionales de la cocina, el consumo de productos de cercanía y de temporada y el respeto al medio ambiente”, añade. “Apostamos por el pescado local”, subraya.
El restaurante tiene un comedor principal con capacidad para 60 personas y otro local destinado a grupos de idénticas dimensiones.