El Gobierno de Canarias encarga un estudio sobre las zonas con mayor potencial agrícola de la Isla
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias ha suscrito un convenio con la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma para realizar un estudio sobre las posibilidades de desarrollo de diferentes cultivos en las zonas con mayor potencialidad agrícola de la Isla, señala en un comunicado.
Juan Ramón Hernández Gómez, titular de este departamento autonómico, aseguró que “fruto de este acuerdo, vigente hasta finales de 2015, se realizará una investigación técnica y científica con el fin de identificar aquellos terrenos que puedan ser más rentables para la agricultura y la eficiencia de los cultivos que los expertos hayan seleccionado previamente para ofrecer un mejor rendimiento”. Asimismo, dijo, “se analizarán los condicionantes socioeconómicos que podrían influir en dicha actividad”.
Esta iniciativa, se desarrollará en principio en La Palma por “la importancia de su actividad agraria en la economía insular, aunque se prevé que en el futuro se realice en las demás islas”.
En el marco de esta acción la Consejería abonará al Consorcio Insular de la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma 90.000 euros para financiar las acciones previstas en el convenio, mientras esta entidad se encargará de aportar los medios necesarios para el desarrollo de este proyecto, contando para estos trabajos con el Grupo de Investigación de la Universidad de La Laguna ‘Recursos de suelos y agua’. Además se compromete a elaborar una memoria derivada de dichos estudios, que será publicada con fines divulgativos y científicos.
La investigación, que permitirá conocer aquellas zonas del territorio insular con más potencial en este ámbito y los cultivos que podrían desarrollarse en estas áreas de manera más efectiva, comprende una serie de actuaciones entre las que se encuentran el análisis de desarrollo de dichos cultivos en esas áreas teniendo en cuenta los requerimientos del cultivo, manejo y de conservación, es decir, aspectos como la temperatura y la humedad en los diferentes periodos de crecimiento, la salinidad, la necesidad de agua, la profundidad de enraizamiento, etc.
También se valorarán los costes económicos del cultivo incluyendo los variables, es decir, “los gastos que varían anualmente en función del consumo como los carburantes, fitosanitarios, fertilizantes, etcétera, las horas de trabajo de mano de obra retribuida, la utilización de maquinaria y su reparación, el volumen de producción; así como los costes fijos que se ocasionan en la explotación para cada uno de los distintos procesos de cultivo.
La segunda parte del estudio se centrará en el análisis de los accesos a infraestructuras hídricas, las redes energéticas y de comunicación terrestre, lo que permitirá un análisis cualitativo y cuantitativo de los posibles dificultades con las que el agricultor pueda encontrarse“.