Acto vandálico en un refugio de La Caldera de Taburiente

Ni la catedral de la naturaleza se libra de las gamberradas de los desaprensivos. El refugio de alta montaña de La Punta de Los Roques, situado, en las crestas de La Caldera de Taburiente, a 2.000 metros de altitud, ha sufrido un lamentable acto vandálico: “Es la primera vez que ocurre en los 12 años que lleva abierto”, ha señalado el director conservador del Parque Nacional, Ángel Palomares. “Alguien utilizó los bancos de madera que estaban en el exterior para disfrutar de las vistas y descansar, para hacer una hoguera en el interior del refugio, donde no hay chimenea y el suelo es de tarima de madera”, indica Palomares.

El descrito acto vandálico fue descubierto por un agente de medioambiente del Parque Nacional en “una visita de inspección rutinaria realizada el jueves día 7 de marzo al Refugio de la Punta de los Roques”. Según expone en el informe realizado, pudo comprobar “cómo pocos días antes alguien realizó una hoguera dentro del refugio, en el primer cuarto”.Al llegar a las instalaciones, detalla, observó que “los dos bancos que se encontraban en el exterior habían desaparecido”. Los mismos, añade, “se hallaban dentro y uno de ellos había servido para alimentar una hoguera, que se había hecho sobre el propio suelo de madera, rodeada por varias piedras”. Dicha hoguera, continúa, “fue alimentada, además de por el banco antes comentado, por la propia tarima del suelo, por un tablón de anuncios y por un perchero de madera, que fueron arrancados de la pared, a pesar de los tornillos que los sujetaban”.

El citado agente procedió a realizar una limpieza de urgencia del refugio y sacó al exterior “los bancos, las piedras que rodeaban la hoguera y las brasas resultantes”. En la tarima de madera, apunta, “quedó un agujero con forma irregular de dimensiones máximas de 90 por 40 centímetros”. El banco utilizado para alimentar la hoguera quedó inservible.

Estima que la hoguera fue realizada entre el sábado, 2 de marzo, y el lunes, 4. Tal suposición la basa en que “los restos estaban fríos y secos, por lo que podían llevar apagados más de 2 o 3 días”. También la sustenta en que “lo normal hubiera sido realizar la hoguera en el exterior, como ya ha sucedido en otras ocasiones, salvo que en el exterior fuera imposible por estar lloviendo, como así ocurrió durante esos días”. Además, concluye el agente, “en el cuaderno de opiniones allí presente los comentarios que aparecen, en los días anteriores, no mencionan este asunto”.

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