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Los arruís campan a sus anchas en La Caldera tras el confinamiento

Varios ejemplares de arruís de una de las manadas que viven en La Caldera de Taburiente.

Martín Macho

Santa Cruz de La Palma —

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Los arruís, la principal especie animal invasora de La Caldera de Taburiente, tras la cancelación de las visitas al Parque Nacional como consecuencia de la orden de confinamiento por el coronavirus, campan a sus anchas por entorno natural protegido más importe de La Palma. Se calcula que, en la actualidad, en el Parque Nacional y su zona periférica, viven unos 600 ejemplares de estos rumiantes que fueron introducidos en los años 70 del pasado siglo por el extinto Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona).

(Autor vídeo: Óscar Rodríguez Gómez)

Se suelen refugiar, para evitar los controles que periódicamente se realizan a fin de impedir su proliferación que causa estragos en las plantas autóctona, en las zonas más abrupta. También se esconden de los excursionistas. Sin embargo, en estos momentos, ante la nula presencia de turistas, se mueven por el Parque con mayor libertad y tranquilidad.

La gran sequía que sufre La Caldera de Taburiente, ha señalado a La Palma Ahora el director-conservador del Parque Nacional de La Palma, Ángel Palomares, también supone un problema para estos animales.

Los arruís, indica, se han visto obligados a ir a los lugares más húmedos donde hay vegetación y a zonas de cultivos como en Tenerra, Casa de Taburiente y en los alrededores del Centro de Servicios de Taburiente, en las inmediaciones de Brevera Macha, que cuenta con una pequeña huerta, en pleno corazón del Parque Nacional. Hasta ahora iban de noche y cuando no había visitantes. Suelen ir en grupos de unos 15 ejemplares. Dos agentes de Medio Ambiente del Parque Nacional de La Caldera han efectuado batidas, pero se esconden y no los localizan. En concreto, se realizan controles sistemáticos en La Cumbrecita, barranco de Los Cantos, Los Andenes y alrededores del Centro de Taburiente, enclaves donde se han detectado la presencia de arruís con más frecuencia. Se suelen ver, a veces comiento bejeques, a primera horas de la mañana, entre las 06.00 y las 08.00 horas, y por las tardes, entre las 18.00 y las 19.00 horas.

Palomares explica que, al tratarse de una especia exótica invasora, es necesario llevar a cabo controles de forma periódica. Apunta que, tras el confinamiento, se han observado en la zona de acampada del Parque Nacional, un lugar al que hacía más de 20 años que no acudían.

En el principal espacio natural protegido de La Palma, a partir del 1 de abril, una vez se decretó el confinamiento en el marco del estado de alarma por la pandemia del coronavirus Covid-19, se establecieron unos servicios mínimos formado por cinco agentes de Medio Ambiente, dos laborales y un conductor, así como una cuadrilla de mantenimiento de empresas públicas contratadas al efecto para prevenir incendios integrada por 10 personas.

El Centro de Servicios de Taburiente cuenta un vigilante que, voluntariamente, aceptó quedarse.

(Autor vídeo: Óscar Rodríguez Gómez)

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