Casado defiende que su postura sobre la inmigración es solidaria tras calificar a los menores extranjeros como un “problema añadido” para Canarias
El presidente del PP, Pablo Casado, ha señalado directamente al Gobierno central por conjugar un “buenismo demagógico” respecto al fenómeno de la inmigración, que produce un “efecto llamada”, con “devoluciones en caliente y en frío”. El dirigente se ha expresado así en su visita este jueves a la isla de El Hierro, donde han arribado varios cayucos en los últimos días. Después de añadir en su intervención expresiones poco conciliadoras como “avalancha”, “papeles para todos” o las anteriormente citadas, que poco ayudan a entender el drama de las personas que llegan a las Islas, Casado ha defendido, sin embargo, que su postura y la de su partido con respecto a la crisis migratoria es solidaria.
En esta cita, ha recalcado que “hay que cumplir la ley” para hacer frente a la inmigración irregular, en alusión a las devoluciones en Ceuta, y no con el “buenismo demagógico” con el que “se estrenó” Pedro Sánchez en Moncloa. Además, ha criticado que haya pasado de “la bienvenida” al Aquarius, al discurso del “papeles para todos” y al de “acabar con las concertinas”, provocando “un efecto llamada tremendo”, superior a la crisis de los cayucos cuando gobernaba José Luis Rodríguez Zapatero, a “las devoluciones en caliente y en frío”, ante la constatación de que “son incapaces de gobernar”.
Casado se ha referido a la situación que vive Canarias como una “avalancha” de “inmigrantes ilegales” en las islas, y teme que va a empeorar ante la previsible mejora de la navegabilidad del agua a partir de septiembre.
No contento con utilizar este lenguaje que está lejos de ser solidario, el líder del PP ha dirigido la mirada a los niños migrantes, a quienes ha calificado de “un problema añadido”. La razón, ha continuado Casado, es que el Ministerio del Interior ha hecho de Canarias “un tapón”, y la consecuencia es que “se desbordan los servicios sociales” en el Archipiélago y “hay inquietud entre la ciudadanía”.
Tras este ataque, Pablo Casado no ha dudado en reclamar colaboración con los países de origen, para que quienes “se juegan la vida en ataúdes flotantes” no acaben siendo “instrumentalizados y explotados por mafias”, así como colaboración con Frontex. Por último, ha solicitado más medios sociales y sanitarios, teniendo en cuenta que “muchos” inmigrantes “vienen contagiados por COVID y otras enfermedades”, así como solidaridad del conjunto de las comunidades autónomas.
Al final de su monólogo ha intentado echar un cable a quienes atacaba al comienzo y ha esgrimido que es perfectamente “compatible” tener “una posición firme” respecto a la integridad territorial de las fronteras y de “sostenibilidad” de los servicios públicos, y la solidaridad con las personas inmigrantes, para las que ha pedido “condiciones dignas y seguras, también para la población local, en seguridad ciudadana y evitar contagios”.
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