Las trabas para los migrantes que intentan salir de Canarias continúan pese a tener su pasaporte o solicitud de asilo

Nadir llora tras no poder salir de Gran Canaria a la Península pese haberlo intentado hasta en tres ocasiones

Alicia Justo

Las Palmas de Gran Canaria —

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Las medidas restrictivas bloquean una vez la posibilidad de que los migrantes puedan salir de Canarias y prosigan con su proyecto migratorio. El auto dictaminado por un juez de Las Palmas de Gran Canaria este miércoles en el cual se concluye que el pasaporte o la solicitud de asilo son válidos para viajar no ha impedido que varios jóvenes que acudieron este viernes al aeropuerto de Gran Canaria con dichos documentos se quedaran de nuevo en tierra. Por contra, unos cinco jóvenes, de los cuales cuatro llegaron con asistencia jurídica, pudieron traspasar el control de seguridad una vez que los agentes de la Policía Nacional verificaron su documentación. Al mismo tiempo, personas canarias y de otros países de Europa pudieron acceder a sus puertas de embarque después de mostrar durante pocos segundos sus justificantes y sin pasar por el aluvión de preguntas realizadas por los agentes a los migrantes. Estos últimos, además, debían extender todos sus documentos en una mesa alojada en la entrada del control para que fueran minuciosamente supervisados por la policía.

De los jóvenes que vieron truncarse una vez más su plan migratorio estaba Nadir, quien salió del aeropuerto con las lágrimas en los ojos, con la voz entrecortada por el llanto y sin poder articular una frase entera. Hoy era la tercera vez que intentaba volar desde la Isla a una ciudad de la Península y una vez más, se encontró con el bloqueo de la policía. De Beni Melal, en Marruecos, este joven, que ahora vive en la calle y que llegó hace seis meses, se mostró desesperado por no poder salir de la Isla mientras enseñaba su pasaporte, su billete con destino a Madrid y la solicitud de protección internacional. Indicó que tiene muchos familiares en la Península, sobre todo en Málaga, Madrid o Teruel. Ahora su intención era llegar a Alicante, a donde iba a partir en un autobús después de llegar a la capital española. 

“Me he gastado mucho dinero para poder salir y la policía me dice que no es posible”, expresó con desesperación. Al mismo tiempo que Nadir se lamentaba por no poder volar, otros dos jóvenes marroquíes con pasaporte y solicitud de protección internacional salieron del aeropuerto con la misma negativa de los dos policías que custodiaban la entrada del control de seguridad. 

Entre los que no conseguían romper el bloqueo de las Islas, estaba Youssouf, un chico senegalés que llegó acompañado de Isabel, quien lo acoge en su casa desde el 19 de marzo. Era la segunda vez que pretendía salir de la Isla después de haberlo intentado en diciembre y portaba para ello su pasaporte, solicitud de protección internacional, declaración jurada del familiar que lo va a acoger y una registro para solicitar la cita de asilo en Valencia, ciudad a la que pretendía volar hoy y donde reside su tío.

Youssou es de Mbour, una ciudad costera al sur de Dakar, donde una gran parte de la población se dedica a la pesca, un sector que ahora mismo “no funciona”, según confiesa. Él conoce bien la situación puesto que era pescador y tuvo que marcharse porque allí las cosas son difíciles y apenas hay dinero. “Todo el pescado que no encontramos en Senegal está después en Europa”,  confesó. Por esta situación insostenible para él y su familia, comentó que arriesgó su vida en un cayuco. “Solo quiero trabajar”, repitió varias veces y para ello, sabía que debía marcharse a la Península “porque aquí no hay trabajo” apuntó.

En esta ocasión, Isabel decidió acompañarlo hasta el control policial, donde los efectivos le impidieron el acceso porque debía portar “un poder notarial del empadronamiento del tío y el cual también justificara que es su tío, porque ellos no pueden comprobar que es su familiar”. Isabel detalló que una vez que demostraron la documentación referente al tío de Youssouf, los policías recurrieron al argumento de la COVID-19 y alegaron que Gran Canaria se encuentra en fase 3 con restricciones para entrar y salir de la Isla. 

Sin embargo, la historia de Youssouf dio un giro gracias a la tenacidad de su acompañante . Isabel no quiso aceptar la negativa de los agentes policiales y consiguió hablar con el Jefe de Extranjería del aeropuerto, a quien después de mostrarle todos los documentos y un Real Decreto que permite la movilidad de las personas por todo el territorio español, accedió a otorgarle el acceso a la zona de embarque. “Le tuve que decir que ya el vuelo se iba. Y cuando ya no le quedaban más excusas, no le quedó más remedio que ceder”, confesó Isabel después de saber que el joven podía marcharse. Youssou estaba temblando, pero se marchó llorando, emocionado y agradecido con ella y con las personas que lo han ayudado durante este tiempo, describió Isabel. “Esta es la demostración de que hay que luchar”, subrayó. 

Asistencia de abogados para poder salir

Entre los afortunados en poder salir de Canarias estuvieron tres jóvenes marroquíes que llegaron al aeropuerto acompañados por un abogado. Daniel Santana, un letrado especialista en Extranjería, señaló que los familiares de los chicos habían contratado sus servicios para que pudieran llegar a la Península, unas gestiones que lleva realizando desde hace meses pero que ahora con el auto de este miércoles todo ha cambiado. En el caso de estos jóvenes, según detalló el abogado, llevaban consigo el pasaporte, la solicitud de protección internacional, carta que especificaba el grado de parentesco y el documento que acredite el cambio de domicilio. Una vez comprobada toda esta documentación por los agentes de la Policía Nacional, estos jóvenes cruzaron el control, tal y como hizo otro chico acompañado por su abogado.

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