LPGC incumple con los vecinos para devolver el mogollón a Santa Catalina

Iván Suárez / Iván Suárez

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria incumplirá durante la celebración del Carnaval del Mundo de la Fantasía 2014 el acuerdo que alcanzó en febrero de 2012 con la Comunidad de Vecinos del Edificio Simón Bolívar y que quedó plasmado en una resolución firmada por María Isabel García Bolta, concejal de Educación, Cultura y Deportes, por la cual la corporación se comprometía a alejar del parque Santa Catalina y de sus aledaños los actos nocturnos programados a partir de 2013 en las carnestolendas.

El consistorio capitalino presentó el pasado 18 de octubre el programa de unas fiestas que contemplan el regreso de los mogollones o “noches de Carnaval”, como ahora los denomina, a la zona del Intercambiador, en la trasera de Santa Catalina. Para ello, se escuda en la sentencia del Tribunal Supremo del pasado 27 de marzo que da la razón al Ayuntamiento a la hora de permitir la celebración de determinados actos como conciertos o galas en el entorno del parque. El Alto Tribunal, sin embargo, distingue este tipo de actuaciones del mogollón, que identifica como “la afluencia masiva de personas al son de la música ante los chiringuitos”.

La resolución de 2012 establece que los actos artísticos, que incluyen galas y concursos, se celebrarán en el escenario instalado en el parque Santa Catalina “ajustándose a un horario que no perturbe el descanso de los vecinos”. No obstante, para el resto de actos lúdicos nocturnos, “conocidos como noches de Carnaval, mogollones, conciertos o cualquier otra denominación que se le dé”, el Ayuntamiento “buscará otra ubicación fuera del parque Santa Catalina y fuera de la prolongación del mismo y de las zonas aledañas”.

El acuerdo puntualiza que este tipo de celebraciones no se ubicarán “en ningún caso” en el parque Alcalde Rodríguez Doreste (Parque Blanco), en el Intercambiador, ni en la parte trasera del parque Santa Catalina, es decir, en la zona de la Marquesina y del Edificio Elder.

Además, el Ayuntamiento se comprometía con esta resolución a adoptar medidas para garantizar los niveles de ruido, suprimiendo las orquestas en zonas próximas y controlando el área de chiringuitos con mediciones de sonometría para controlar que no se sobrepasen los decibelios permitidos.

Desde la Comunidad de Vecinos del Edificio Simón Bolívar señalan que la decisión de devolver los mogollones a la trasera del parque Santa Catalina demuestra que el Ayuntamiento “no tiene palabra” y precisan que la concejal García Bolta les trasladó en las reuniones que mantuvieron que no programaría los actos lúdicos nocturnos en esta zona de la capital “aunque la sentencia del Supremo fuera favorable” a los intereses municipales. Los vecinos consideran que el fallo del Alto Tribunal “no es claro y deja todo en 'stand by'”.

“Quienes llevaron este asunto a juicio restringieron la petición de prohibición al Parque Blanco y Santa Catalina y lo que hizo el Ayuntamiento fue cruzar la calle y hacer los mogollones a tres metros, como si fuésemos tontos”, añaden.

Los vecinos de Santa Catalina han librado una larga batalla judicial con el Ayuntamiento. Tras una denuncia formulada en 1996, la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) dictó en julio de 2002 una sentencia en la que consideraba incompatible la celebración de las fiestas en Santa Catalina con el uso residencial de la zona. El fallo fue ratificado por el Tribunal Supremo en 2005.

Posteriormente, los vecinos volvieron a denunciar que, más de una década después, el consistorio capitalino no había dado estricto cumplimiento a la sentencia del TSJC, lo que ha dado lugar al último pronunciamiento del Supremo.

El año pasado los mogollones se trasladaron al anexo de la plaza de La Música, junto al Auditorio Alfredo Kraus, en una experiencia que generó un gran malestar ciudadano.

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