Rolo se auto impone una orden de alejamiento
El empresario, Javier Rolo se comprometió ante la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Santa Cruz, Nuria Navarro a no acercarse al periodista, Félix Rojas, que hace unos días lo denunció por supuestamente intentar agredirle y proferir amenazas e insultos contra su persona. “Aquella fue la primera vez que lo he visto en mi vida y no tengo ninguna intención de acerarme más a él”, indicó.
Durante la declaración llevada a cabo en la mañana del lunes en calidad de imputado, Rolo negó los hechos y dijo que sólo acudió a los estudios de Mírame TV con el fin de pedirle explicaciones al informador sobre las noticias que durante años ha hecho públicas sobre su persona, familia y negocios sin haberle nunca llamado para contrastarlas. Negó que su presencia en la cadena se debiera a una información que ese día se ofreció en la tertulia y dijo que en ese momento ya estaba en los estudios.
Para demostrar que no existió en ningún momento violencia alguna, Rolo indicó que al final el denunciante y él se dieron la mano e incluso le facilitó su teléfono para que pudiera contrastar las noticias que diera en el futuro. El momento más tenso de la declaración, según Antonio Espinosa, abogado del periodista, tuvo lugar cuando puso sobre la mesa otras sentencias condenatorias en las que se vendría a demostrar el supuesto carácter violento del empresario y cuyo contenido éste negó ante la magistrada.
Tan sólo reconocía que había sido condenado en una ocasión, pero aseguró que fue por defenderse de una persona que le persigue desde hace quince años. Espinosa se mostró sorprendido de que Rolo estuviera acompañado del abogado de oficio que en aquel momento estaba disponible.
A las preguntas de la acusación el empresario negó en todo momento que hubiese amenazado o insultado a Rojas y por el contrario indicó que la conversación entre ambos se había desarrollado en un tono que calificó de “dialogante”. Justificó que se hubiese presentado en los estudios a las doce noche porque su única intención era pedir explicaciones personalmente. Sí reconocía que con anterioridad había llamado a la televisión con el fin de informarse sobre el horario en el que Rojas iba a estar presente, pero lo justificó ante la necesidad que tenía de conversar con él. “Las amenazas de las que dice ser objeto son tan sólo una excusa para poder seguir hablando sobre mí”, llegó a manifestar el empresario.
No obstante, reconoció que hubo un momento en el que efectivamente se elevó el tono de la charla pero negó que le hubiese faltado el respeto al informador, “nunca dije que le iba a escachar la cabeza”. Ahora queda por aclarar si la juez dictaminará una orden de alejamiento, tal y como han pedido los denunciantes, o por el contrario se aceptará el compromiso de Rolo de no acercarse más al periodista. Rolo confirmó que la persona que le acompañó a la cadena de televisión era un empleado suyo luchador de kick-boxing, deporte que él también practica y del que es presidente de la federación regional.
“Me ha sorprendido sobre todo la auto orden de alejamiento que él mismo se ha impuesto y el nerviosismo que demostró cuando le sacamos las sentencias que para nosotros prueban el carácter violento de este individuo”, señaló Espinosa al terminar la declaración. Rolo negó haber tenido problemas similares con otros informadores como es el caso del presentador Javier Vargas en contra de lo que esgrimen los denunciantes.
Según Espinosa su única intención con este procedimiento es que hechos parecidos no se vuelvan a producir “y que los periodistas puedan llevar a cabo su trabajo de manera libre y sin ningún tipo de amenazas o coacciones”. El abogado no alberga duda alguna de que efectivamente al final se celebrará un juicio en el que se podrán demostrar los hechos denunciados en cuanto que hay varios testigos de lo ocurrido.
Entre ellos el personal de la televisión, los integrantes de la tertulia que en aquellos momentos acababa de concluir y el propietario de la cadena, Manuel Artiles que intermedió para evitar lo que podía haber acabado en una agresión. Rolo por su parte indica que éste tan sólo los invitó a continuar con la charla en la calle. “La situación se volvió tensa porque se subió el volumen a la hora de hablar por parte de todos pero la conversación la cerramos con un apretón de manos como pueden atestiguar todos los presentes”, indicó Rolo. Ahora queda por concretar si lo ocurrido se enmarca dentro de una falta o un delito.