Entre el 10 y el 20% de los adolescentes europeos sufre problemas de salud mental

Entre el 10 y el 20% de los adolescentes europeos tiene algún problema de salud mental o de comportamiento, informó este viernes el director de la Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Bienestar Social de los Adolescentes, Erio Ziglio.

Alrededor de dos millones de jóvenes en Europa sufren trastornos mentales, que van desde la depresión a la esquizofrenia, dolencias que en general están infravaloradas, así como la angustia que las acompaña, indicó Ziglio con motivo de la inauguración del I Foro sobre Salud Mental entre Adolescentes de la OMS, que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria.

El suicidio es la principal causa de muerte entre los adultos jóvenes, sólo superada por los accidentes de tráfico entre aquellos con edades entre los 15 y los 35 años, según datos de la OMS.

También resulta destacable que nueve de los diez países con mayores tasas totales de suicidio en el mundo están en Europa, con especial incidencia en el caso de Lituania y Eslovenia, dijo Ziglio.

En el caso de los jóvenes, la situación es muy variable, ya que no son un grupo homogéneo, y existen diferencias según los países y las clases sociales.

El representante de la OMS destacó asimismo que cada vez es más frecuente que los jóvenes presenten síntomas asociados a trastornos que hasta ahora se daban en adultos, como el síndrome de fatiga crónica o el síndrome del quemado (“burnout”).

Los problemas de salud mental son un reto para los países europeos, pues afectan a una de cada cuatro personas en algún momento de su vida y los trastornos neuropsiquiátricos son las enfermedades más comunes en Europa, por detrás de las dolencias cardiovasculares.

Bienestar y cohesión social

Para evitar los trastornos mentales entre los adolescentes es necesario incrementar el bienestar y la cohesión social, como demuestra que haya una diferencia de esperanza de vida de quince años entre los países más y menos desarrollados de Europa.

También hay diferencias dependiendo de la pertenencia a una u otra clase social, de forma que existen desigualdades de hasta ocho años en la esperanza de vida según estratos, explicó el especialista de la OMS.

En toda Europa se presentan diferencias de género en la salud mental de los adolescentes y aparece como una constante que las chicas consideren su situación peor y se perciban a sí mismas de manera menos favorable de lo que lo hacen los chicos.

Esto es así en todos los países europeos, independientemente del mayor o menor desarrollo de los países y de la clase social a que pertenezcan las adolescentes, y está relacionada con una menor autoestima de las mujeres frente a los hombres, indicó Ziglio.

Curiosamente, las chicas tienen una autoestima académica inferior que la de los chicos a pesar de que estudian más y obtienen mejores resultados que ellos, explicó la directora del estudio Contextos sociales y ajuste psicológico en los adolescentes españoles, Carmen Moreno, perteneciente a la Universidad de Sevilla.

Esta falta de autoestima se repite también en la percepción corporal que las chicas tienen de ellas mismas, como evidencia que las mujeres jóvenes se consideren inadecuadas físicamente con mayor frecuencia que los hombres de su misma edad.

Esto se produce a pesar de que las féminas tienen una masa corporal más adecuada a los estándares establecidos que los chicos y que ellos son más obesos que ellas, destacó Moreno.

Según Ziglio, existen diversos factores de riesgo que propician la aparición de problemas de salud mental, entre ellos, condiciones económicas adversas como la pobreza, la exclusión social, la injusticia racial y la discriminación, la violencia, el rechazo del grupo de referencia y la falta de apoyo por parte de la familia.

Por el contrario, entre los factores de protección mental están el poder personal, la interacción interpersonal positiva, la participación, el apoyo y las redes de la comunidad, y las oportunidades para la integración social, como los servicios sociales, la educación, la vivienda y el empleo.

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