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Ciencia, perspectiva de género y rigor frente al negacionismo: las claves para informar sobre cambio climático

Ponencia sobre Periodismo y Cambio Climático en el II Foro de Canarias Ahora. (ALEJANDRO RAMOS)

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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Rigor, ciencia, contexto, perspectiva de género, vigilancia contra las campañas negacionistas y las noticias falsas, alternancia entre los datos objetivos de la amenaza y sus posibles soluciones… Son algunas de las claves para informar sobre el cambio climático y sus consecuencias, según han puesto de manifiesto los periodistas Sara Acosta (editora de Ballena Blanca), Pablo Linde (redactor de Planeta Futuro, del diario El País), y Sofía Menéndez (Diario de Fuerteventura), además del conocido ambientalista Ezequiel Navío, asesor para el cambio climático del Cabildo de Lanzarote, durante la primera mesa de debate del II Foro de Periodismo de Canarias Ahora.

Los ponentes han coincidido en afirmar que son las mujeres quienes sufren el mayor impacto del cambio climático. “El 70% de las personas que viven en una situación de pobreza son mujeres, son ellas las que llevan las tareas agrícolas, las que buscan agua. Sobre ellas va a afectar esta situación”, ha explicado Sofía Menéndez, que ha recordado la lucha de la activista  guatemalteca Lolita Chávez contra las actuaciones de la constructora española ACS, propiedad del poderoso empresario Florentino Pérez, sobre los ríos del país centroamericano, o las recientes “y acertadas” declaraciones de una portavoz de las kellys a propósito de la quiebra de Thomas Cook. “Son las únicas que han dicho que hay que cambiar el modelo turístico de las Islas”.

Para Pablo Linde, el periodismo “tiene que estar donde la mujer esté siendo maltratada por el cambio climático”. “Hay que ir, tratar de empatizar con esas situaciones, contando casos de activistas. Son las mujeres las que lideran el cambio. Tenemos que contarlo, hacer ver sus problemas, pero también las soluciones que plantean”, ha expuesto el redactor de Planeta Futuro. En una línea similar, Sara Acosta plantea la necesidad de “visibilizar la labor de las investigadoras, de las científicas, de las mujeres que cada vez están ocupando más cargos”, pero también su ausencia en los puestos de dirección de las grandes empresas energéticas y de transporte, los principales grupos de poder en la economía española.

La editora de Ballena Blanca, blog sobre transición energética, economía, biodiversidad y medio ambiente de eldiario.es, ha explicado que el “mejor ejemplo” del negacionismo que ha hecho perder “mucho tiempo” a la batalla contra el cambio climático reside, precisamente, en una energética, Exxon, que en los años sesenta descubrió que “la quema de combustibles fósiles (petróleo, en este caso) tenía un impacto incontestable” en el medio ambiente. Lejos de tratar de atajar esta situación y ante la opción de perder su negocio, “no solo paralizó ese conocimiento, sino que empezó a negarlo”. “Quien lo destapó es un medio americano que ganó un Pulitzer y que es independiente”, ha añadido Acosta, que ha recordado la necesidad de contar con medios independientes en un panorama en el que los grandes grupos de poder, “concentrados en los sectores de energía y transporte”, están poniendo “muchísimo dinero” en los medios.

Según Pablo Lindes, el sector debe estar “muy vigilante” a las noticias falsas y los poderosos lobbies que niegan las causas antrópicas (generadas por la humanidad) del cambio climático. El periodista de El País recalca que los negacionistas usan datos que, “sin ser mentira, si se presentan descontextualizados, llevan a conclusiones que no son ciertas”. “Es fácil que a los redactores no expertos en la materia se les engañe. En España no cala el discurso negacionista, pero en Estados Unidos hay un problema con eso, porque la economía neoliberal allí es sagrada y va contra el cambio climático, las empresas no van a renunciar a los beneficios inmediatos”, ha añadido.

Sofía Menéndez, por su parte, insta a los periodistas a “buscar la credibilidad” en fuentes de información públicas, en las universidades. “Si (la fuente) está pagada por el Estado, eres más independiente”, ha dicho.

Viralización del miedo

Pablo Linde advierte de que existe un doble riesgo a la hora de informar sobre el cambio climático. Por un lado, puede conducir a la parálisis social ante la avalancha de informaciones y datos alarmantes y catastróficos, que coartan la movilización y la acción individual. Por el otro, la desconexión. “La gente está harta de oír hablar de emergencia climática. Nosotros no podemos vivir en el país de la fantasía y no contar lo que pasa. Tenemos que ser rigurosos, pero también tenemos la responsabilidad de dónde poner el foco las noticias también pueden tener una perspectiva positiva. Abordamos las posibles soluciones, las claves esperanzadoras. Que la gente lea sobre cambio climático, pero no siempre en clave de desastre, no saturar a la gente”.

Sara Acosta recalca que no se puede mantener una situación de emergencia “de manera indefinida” porque conduce a un estado “de catastrofismo y parálisis”. “Desde el periodismo se puede alternar, sin dar esa chapa moralista que no funciona, contar lo que dice la ciencia, lo que se sabe con mucho contexto, rigor, desde diferentes ángulos, y dar la cuota de poder que cada uno puede tener en su escala. Es un cambio de cultura brutal, pero vamos a tener que vivir de otra forma”.

Para Sofía Menéndez, “hay que educar a los políticos, en las escuelas y a nosotros mismos, explicar qué es la emergencia climática y no caer en contradicciones”.

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