Colapso en Atención Primaria: hasta 80 pacientes por médico en un turno y prioridad absoluta a test y vacunas en Enfermería

Centro de salud de Guanarteme, en Las Palmas de Gran Canaria, este martes. (CANARIAS AHORA)

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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“En Primaria lo aguantamos todo, aunque reventemos. Y estamos reventando”. Ana Joyanes es médica de familia en un centro de salud del barrio de La Salud, en Santa Cruz de Tenerife. El pasado lunes atendió a 62 pacientes en su turno (sumados los de cupo y las incidencias), más del doble de los 30 que la Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias (AMAPCAN), una plataforma profesional fundada en marzo de este año y en la que ejerce como portavoz, reclama como límite para poder aumentar el tiempo que dedican a las consultas, para que puedan reservar diez minutos a cada usuario. Los dos facultativos que esa mañana tenían asignada la tarea específica de tratar a las personas con sospechas de COVID-19 vieron a “más de 80 cada uno” durante su turno. “Es inhumano, no se puede mantener”, lamenta la doctora.

La sexta ola de la pandemia se caracteriza por incidencias muy elevadas, por un crecimiento exponencial de casos debido a la elevada transmisibilidad de la variante predominante, la ómicron. Sin embargo, el porcentaje de cuadros graves sobre el total de contagios es notablemente inferior al de oleadas precedentes, una circunstancia que los expertos achacan a la conjunción de varios factores: la vacunación, el desarrollo de defensas naturales por infecciones previas y, según comienzan a sugerir algunos estudios, a las propias características de la cepa, a su posible menor agresividad.

La Consejería de Sanidad notificaba este miércoles cerca de 5.000 nuevos contagios, un nuevo récord desde el inicio de la pandemia. En las últimas 24 horas se realizaron casi 21.500 pruebas diagnósticas en el Archipiélago. La explosión de contagios ha provocado una presión sin precedentes en Atención Primaria. A las puertas de los centros de salud se agolpan cada día ciudadanos en interminables colas y largas esperas por un test de antígenos o una PCR. La actividad se ha reordenado. Un día antes de la Nochebuena, la directora médica de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria hacía un “llamamiento urgente” al personal de Enfermería para “ampliar al máximo” las agendas de las pruebas de diagnóstico de infección activa, “como si esta fuese la misión más importante”. La gerencia instaba a la plantilla a disminuir la actividad habitual de Enfermería, “dejando únicamente la no demorable” y centrando los esfuerzos en la toma de muestras y en la vacunación.

“Vienen unas semanas complicadas, por lo que tenemos que tomar medidas organizativas extraordinarias. La organización actual no está hecha para una atención a la población en una situación de pandemia, ante lo cual es prioritario organizarnos de una forma diferente”, rezaba ese escrito. La directora médica explicaba que los puntos centralizados para la realización de test de diagnóstico de la COVID-19 y los hospitales, a pesar de “estar trabajando al 100%”, no tienen capacidad de absorber la demanda actual y “mucho menos” la que se espera próximamente.

 Dos días antes, la misma gerencia recalcaba en un mensaje interno la necesidad de “priorizar en picos de demanda” la realización de test de antígenos en los servicios de urgencias a los pacientes vulnerables, “garantizando una cita diferida” para esa prueba y la valoración de los resultados a aquellos usuarios que no sean de riesgo y a los que se les pueda retrasar en esos episodios de máxima saturación, “dándoles las indicaciones precisas sobre cómo actuar hasta su obtención”.

Sanitarios de Atención Primaria señalan que desde la semana pasada los servicios de urgencias de los centros de salud se han convertido prácticamente en puntos de cribado para la realización de test diagnósticos a la población y que se ha pedido a profesionales que doblen los turnos para atender la creciente demanda. “No damos abasto”, dice un trabajador de un centro de salud de Gran Canaria, que recuerda que la Atención Primaria es “la puerta de entrada” al sistema y que, si se bloquea, “se acaban bloqueando también los hospitales”.

 “El problema no es solo que haya un trabajo ímprobo, que lo es. El problema también es que estamos otra vez sin poder atender a los pacientes que tienen que hacerse sus controles normales. Evidentemente estamos viendo cuando hay urgencias, cuando tienen dolores, cuando hay enfermedades que haya que tratar, pero los controles para hipertensos, diabéticos, personas con obesidad.... Vamos otra vez para atrás, otra vez tenemos ese déficit de atención a los crónicos que es algo que también nos tiene muy preocupados”, apunta Joyanes.

La portavoz de la Asociación de Médicos de Atención Primaria de Canarias advierte, además, de que la salud mental y física de los profesionales “se está resintiendo a marchas forzadas”. “Cada día tenemos un poco más de presión, cada día los compañeros están más sobrecargados. Es interminable. No solo somos nosotros, son todos. Enfermeros, administrativos, celadores.... No hay más que ir a la puerta de cualquier centro para comprobarlo. Los rastreadores están sobrecargados y nos lo pasan a Primaria. Aquí lo aguantamos todo”.

Sobre el perfil de pacientes que está acudiendo estos días a los centros de salud, Joyanes señala que “hay de todo”. “Generalmente, vienen personas con síntomas, la mayoría con síntomas leves, porque afortunadamente no está habiendo esa enfermedad grave como la hubo en otras olas, aunque también empiezan a verse casos graves, lógicamente, al ser muchísimos los infectados. Casi todos tienen síntomas banales, que en otras circunstancias probablemente ni hubieran contactado con el médico”. Otros usuarios van al centro de salud porque han sido contacto estrecho de un positivo y “quieren confirmar” o bien porque se han hecho la prueba de farmacia y han dado positivo o, pese a dar negativo, persisten los síntomas. “En algún caso también habrá quien lo haga por miedo o porque quiera irse de viaje, pero eso evidentemente a nosotros no nos lo dicen”.

Test de autodiagnóstico

La doctora considera relevante informar a la población de que tener un test de farmacia con resultado negativo “no significa no tener coronavirus”. La Ponencia de Alertas del Ministerio de Sanidad advirtió en julio de que los positivos en las pruebas de autodiagnóstico no serán considerados “en ningún caso” como casos confirmados, sino como sospechosos a los que se les tendrá que hacer una PCR. Un resultado negativo, explicaba la circular, “no será tenido en cuenta para excluir la infección activa, por lo que si la persona mantiene síntomas, deberá contactar con los servicios sanitarios”. Y es que estos test pueden dar falsos negativos y falsos positivos. Sin embargo, en algunos territorios ya se están considerando como casos confirmados los positivos en estas pruebas de farmacia

“No se pueden hacer simplemente para luego ir de cena”, precisa Joyanes, que añade que determinados síntomas de la enfermedad “son muy inespecíficos”, por lo que recomienda “esperar un poco o consultar” por el teléfono de atención gratuita (900 112 061) antes de hacer cola en los centros de salud. La doctora cree que episodios de saturación como el actual solo se pueden aliviar con mensajes de concienciación a la población, con el aumento de personal que llevan reclamando desde hace años en una Atención Primaria infradotada y sobrecargada, y con una reducción de carga burocrática y una reorganización de tareas. “El personal no tiene por qué ser necesariamente de medicina o enfermería. Para hacer el rastreo o para comunicar los resultados, no es necesario que lo sean, pueden ser de otras categorías profesionales”, subraya la médica, que insta también a buscar fórmulas para reducir los trámites de baja, parte de confirmación y alta de los pacientes, que sea automático en el caso de las personas diagnosticadas con la COVID-19.

Protocolo

El protocolo de Atención Primaria estipula que, ante casos sospechosos de infección por SARS Cov-2 por la presencia de síntomas compatibles (tos seca, mucosidad, congestión nasal, estornudos, dolor de garganta, fiebre...), se realice una prueba de detección “lo más pronto posible”. Una de antígenos si la evolución de los síntomas es igual o inferior a cinco días y una PCR si es superior. En cuanto al seguimiento, prevé un control de citas individualizado para aquellos pacientes con riesgo de tener una clínica grave, por su vulnerabilidad o por una mala evolución de la enfermedad. A los usuarios que cursen una infección leve se les debe informar en cuanto se conozca del resultado del test, se les debe dar las recomendaciones de aislamiento, proporcionarles un número de teléfono al que llamar en caso de un empeoramiento de los síntomas y citarlo el último día de cuarentena (el décimo hasta ahora, el séptimo a partir de este jueves para los contagiados asintomáticos, tras el acuerdo adoptado entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades) para darle el alta si cumple los criterios.

Las gerencias admiten que ante una incidencia tan alta los equipos de rastreo no pueden tratar de localizar a los contactos estrechos de todos los casos confirmados, por lo que piden a los centros de salud que se les identifique priorizando los convivientes y los no convivientes vulnerables. La dirección de Gran Canaria ha informado, además, de que Salud Pública no está rastreando los contactos estrechos de los casos confirmados entre niños escolarizados menores de doce años, por lo que han dado indicaciones a los colegios para “que notifiquen al resto de la clase que realicen cuarentena de diez días (siete a partir de ahora)” y que no se realice prueba de diagnóstico de infección activa salvo que empiecen con síntomas.

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