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Cinco curiosidades sobre los musgos de los belenes de Navidad: plantas que “renacen” y sobreviven en el espacio exterior
En muchos hogares, empresas y comercios ya se han puesto los tradicionales belenes de Navidad. Hay personas realmente aficionadas a este tipo de decoración, que incluso a veces se convierten en auténticos poblados de grandes extensiones. Pueden ser más o menos elegantes, rústicos o incluso satíricos, pero todos tienen en común el uso del musgo como elemento vegetal. Y sobre estas plantas, no todo se sabe, no todo está permitido y no todo es legal.
De ello hablamos con Manuel Peinado, Catedrático de Botánica y director del Real Jardín Botánico de la Universidad de Alcalá (UAH). Nos cuenta algunas curiosidades de esta planta más allá de su masivo uso navideño, pero incide especialmente en su importancia científica y ecológica. Sobre todo, detalla que no hablamos de unas especies cualquiera.
1. No es musgo, son “musgos”, y absorben contaminantes del aire
Existen nada más y nada menos que unas 13.000 especies de musgos. Son plantas exclusivamente terrestres que carecen de conductos que transporten el agua y los nutrientes, que se incorporan a sus cuerpos por difusión. O lo que es lo mismo, son “esponjas naturales” capaces de incorporar agua a través de todo su cuerpo.
El hecho de que dependan de la captación corporal de agua hace que los musgos habiten en lugares sombríos y húmedos, en el interior de los bosques. Su diversidad, por tanto, es directamente proporcional a la humedad ambiental. Aunque también hay excepciones y existe una minoría de especies que son capaces de vivir en medios relativamente secos, como rocas o paredones.
Pero lo crucial, explica el profesor Peinado es su papel ecológico como “esponjas naturales” que retienen agua, previenen la erosión del suelo, regulan la humedad (retienen el agua de lluvia, mantienen el suelo húmedo, lo que ayuda a prevenir la erosión causada por el viento y el agua) y el microclima, y son indicadores de la salud ambiental, ya que absorben contaminantes como el dióxido de carbono.
2. Cromosomas inversos y una resiliencia que hace que “renazca”
Una de las curiosidades más notables de los musgos es que su dotación cromosómica es inversa a la del resto de los vegetales terrestres. ¿Esto qué quiere decir? Las células de plantas terrestres, como las de la mayoría de los organismos pluricelulares (lo que nos incluye a los humanos) tienen una dotación cromosómica doble.
Por ejemplo, todas las células de los seres humanos tienen 23 pares de cromosomas (es decir 46), por eso se dice que son diploides (de diplo doble). Solamente las células sexuales (espermatozoides y óvulos) tienen la mitad, es decir 23 cromosomas (por eso se dice que espermatozoides y óvulos son haploides (de haplo, sencillo). En cambio, todas las células que componen los cuerpos de los musgos son haploides.
“Eso es una absoluta originalidad entre las plantas terrestres surgida hace unos 250 millones de años. La de los musgos es una línea de evolución cerrada, que no tuvo éxito. Por eso los escasos fósiles existentes de musgos son idénticos a los musgos actuales”, agrega el catedrático.
Los musgos, además, son capaces de resistir la desecación durante largos períodos de tiempo. El profesor pone un ejemplo: “Si tomamos un musgo, lo dejamos a la intemperie en cualquier habitación para que se deseque y luego lo guardamos metido dentro de un sobre o de una caja, permanecerá en estado latente, aparentemente muerto, pero vivo. Bastará sacarlo e hidratarlo para que sus células recuperen la turgencia y el musgo renazca”.
3. ¿Por qué se utiliza tanto para los belenes de Navidad?
Hay varias razones. Una de ellas es que tienen tamaños muy pequeños y forma de almohadilla, por lo que sirven para imitar a los arbustos entre las figurillas del belén. También son fáciles de recolectar: “Como carecen de verdaderas raíces, su fijación al suelo es muy limitada y se arrancan con facilidad, y como son muy resilientes, pueden tenerse mucho tiempo decorando el belén. Basta pulverizar agua sobre ellos para que se mantengan verdes”.
4. Ojo: no se puede recolectar de cualquier manera
El estado de protección legal de los musgos es de especie silvestre protegida en muchos lugares, especialmente en el contexto navideño, lo que significa que su recolección está “prohibida o muy regulada”. Manuel Peinado advierte de que coger musgo del monte de forma ilegal puede acarrear sanciones económicas que varían según la comunidad autónoma, con multas que pueden llegar hasta los 200.000 euros en caso de zonas protegidas.
Se debe asumir que está prohibido recoger musgo del medio natural sin la debida autorización
En Castilla-La Mancha, la recolección generalizada de musgo está prohibida o fuertemente regulada. La legislación autonómica, como la Ley 9/1999 de Conservación de la Naturaleza, establece un marco para la protección del patrimonio natural, y aunque la mayoría de los musgos no están listados individualmente como especies amenazadas, su recogida en el medio natural está restringida para prevenir la erosión y proteger la biodiversidad.
“Se debe asumir que está prohibido recoger musgo del medio natural sin la debida autorización administrativa. Para cualquier duda específica sobre la recolección, se debe consultar a la autoridad ambiental competente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”, advierte el profesor.
5. Los musgos que han sobrevivido al vacío del espacio exterior
Recientemente, un equipo de científicos decidió coger un musgo y exponerlo a las condiciones de fuera de la Tierra, dando un resultado que “nos abre un camino sobre cómo poder crear ecosistemas nuevos en otros planetas”. El protagonista fue la especie Physcomitrium patens y fueron una serie de investigadores japoneses los que quisieron comprobar qué pasaba si este pequeño musgo se dejaba fuera de la Estación Espacial Internacional.
“Lo lógico a priori habría sido que se hubiera muerto al instante, puesto que no contaba con oxígeno, el entorno era realmente agresivo, con mucha radiación directa al no contar con la protección de nuestra capa de ozono y lógicamente no estaba en su hábitat natural. Pero la realidad es que ha conseguido soportar el vacío absoluto y la radiación cósmica durante 283 días”, relata Manuel Peinado.
Lo más destacado es que no solo ha sobrevivido a estas condiciones, sino que al regresar a la Tierra se ha plantado y ha germinado. “Sin duda una gran sorpresa de cara a las resistencias que tienen estos organismos”.
La investigación, liderada por el biólogo Tomomichi Fujita de la Universidad de Hokkaidō y publicada en iScience, partía de una premisa que parecía de ciencia ficción: ¿puede una planta terrestre primitiva aguantar una exposición prolongada a los elementos cósmicos sin protección?
¿Qué significa esta impresionante experiencia? Tiene dos lecturas muy importantes. La primera “mira hacia las estrellas y el proceso de terraformación”. “Hay que tener en cuenta que los musgos fueron las primeras plantas en colonizar la tierra firme en nuestro planeta hace millones de años. Se puede decir que son pioneras naturales gracias a que pueden asentarse en piedras desnudas y después al morir ir generando un suelo donde posteriormente surjan plantas más complejas”.
De esta manera, si los musgos pueden sobrevivir al viaje espacial y resistir condiciones extremas, teóricamente “podrían ser la vanguardia biológica en bases lunares o marcianas” para ayudar a modificar su atmósfera y ecosistema.
Por todo ello, el catedrático apunta al objetivo de crear cultivos más resistentes a las condiciones meteorológicas extremas a las que nos enfrentamos en nuestro planeta. “Y la solución puede estar en estas esporas y en su genética”. “Entender el mecanismo que les confiere esta gran resistencia es vital para que podamos modificar semillas de otros cultivos con el objetivo de conferirle la misma resistencia. Un paso vital para enfrentarnos a todo lo que puede estar por llegar en nuestro planeta”, concluye.
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