Concepción, María, Elena, Pulqueria, Aurora, las pioneras de los estudios universitarios en Canarias
La estudiante Concepción Francés superó el preparatorio en Derecho y Filosofía para acceder a la Universidad de La Laguna en 1913: fue la primera universitaria canaria y una de las pioneras en España. Su historia la rescata la investigadora Teresa González, que ha puesto nombres y apellidos a las primeras alumnas de educación superior en Canarias.
Teresa González, que es catedrática de Historia de la Educación de la Universidad de La Laguna, ha indagado en la incorporación de las mujeres a la enseñanza superior en las islas en el artículo Transitando la universidad. Primeras universitarias en Canarias, publicado por la revista de la Universidad de Granada.
En Canarias las mujeres accedieron a los estudios universitarios en 1913 coincidiendo con el establecimiento de los estudios superiores en La Laguna y desde sus inicios se matricularon en las titulaciones que se ofertaban “con una presencia modesta, pero, sin duda, digna de tenerse en cuenta”, explica la investigadora.
“Sin romper totalmente con el modelo de feminidad de la época se atrevieron a incursionar en el mundo académico, hasta entonces un espacio de exclusividad masculina. Fueron pioneras en sortear obstáculos y creencias sociales igual que hicieron sus coetáneas de otras zonas del territorio español”, añade.
En el caso de Canarias una de las dificultades a las que se enfrentaban las jóvenes que pretendían estudiar fue la carencia de centros de enseñanza superior, por lo que el acceso de las mujeres a los estudios universitarios era infrecuente.
Un panorama desalentador
Del mismo modo que otras españolas, las mujeres en Canarias tuvieron que sortear obstáculos, superar muchas dificultades y creencias sociales para acceder a los estudios superiores y el panorama para las jóvenes era “desalentador”.
La sociedad isleña, igual que la española, entendía que las aspiraciones culturales las alejaba del perfil de mujer que la sociedad había diseñado para ellas. En aquel entonces las jóvenes no debían desviar su destino natural, su objetivo era el matrimonio y la maternidad, y desde pequeñas se les educaba para tal fin.
Cuando empiezan los estudios universitarios en La Laguna en 1913 ingresa la primera y única mujer: la estudiante Concepción Francés Piña se matriculó como alumna oficial en los estudios universitarios, cursando y superando el preparatorio de Derecho y Filosofía.
Concepción Francés Piña, además de ser la primera universitaria de Canarias formó parte de las pioneras españolas pues dentro del cómputo español fue la tercera universitaria matriculada en el preparatorio de Derecho y Filosofía y Letras, después de Madrid y Valladolid.
Era natural de Palencia, y rompió con su presencia la exclusividad masculina en los incipientes estudios universitarios laguneros.
Durante los tres cursos siguientes no hubo mujeres matriculadas, ni en la enseñanza oficial ni a través de la enseñanza libre.
Tímidas incorporaciones
De forma paulatina se fueron ampliando los estudios superiores adscritos al Instituto de Canarias y, al mismo tiempo, dependientes de la Universidad de Sevilla y en el año académico 1917-1918 María Carmen Gómez Cuervo se convirtió en la primera mujer matriculada en los recién estrenados estudios de Medicina y Farmacia, a la vez que sería la segunda estudiante universitaria en Canarias.
En el curso siguiente 1918-1919 se sumaron dos nuevas estudiantes, Argelia Rodríguez Rodríguez que accedió a los estudios de preparatorio de Derecho y Elena Secchi Frutos al preparatorio de Medicina y Farmacia, concurriendo ambas a los exámenes en régimen de enseñanza libre.
En el curso 1919-1920 se matricularon cuatro alumnas no oficiales en el preparatorio de Medicina y Farmacia: Pulqueria Darias Montesino, Concepción Cabrera Gómez, Aurora García Guanche y Matilde García Guanche.
En 1920-1921 las jóvenes Olimpia Arozena Torres y María del Carmen Piernavieja del Pozo ingresaron en el preparatorio de Derecho y Filosofía, mientras que en el preparatorio de Medicina y Farmacia, por la modalidad de enseñanza libre accedió Asunción Curbelo Hidalgo.
Calles en Valencia y Telde
Pero recapitulemos: la tinerfeña Olimpia Arozena obtuvo el título de licenciada con Premio Extraordinario por la Universidad de Valencia en 1929, donde fue la primera profesora de Filosofía y Letras. En 1930 superó la oposición para Auxiliar de Arqueología, Numismática y Epigrafía y tiene una calle a su nombre en la capital valenciana.
La teldense Josefina Mayor Falcón estudió en Madrid y estableció una farmacia en su ciudad natal. En la etapa de la posguerra elaboraba medicamentos cubriendo la asistencia farmacéutica de las familias pobres del municipio, a la vez que asesoraba al Ayuntamiento en asuntos relacionados con la higiene y la sanidad pública.
Fue nombrada inspectora de sanidad municipal y redactó el plan de saneamiento municipal para el abasto público de agua potable. La urbanización industrial de El Goro recuerda en su callejero a esta farmacéutica.
Carlota Quintana, natural de Artenara (Gran Canaria), se inició como estudiante del curso preparatorio de Medicina en la universidad de La Laguna y se doctoró en Madrid en 1934. Carlota Quintana le cabe el honor de ser la primera canaria médica especialista, la primera otorrinolaringóloga y la tercera de España.
Nieves Vidal, natural de La Palma, es La primera canaria de la que hay referencia que logró titularse en dos carreras, Farmacia y Ciencias Químicas, una en La Laguna y otra en Madrid.
Josefina Perdomo, natural de Las Palmas de Gran Canaria, es la primera canaria licenciada en Derecho de la que hay conocimiento, además de la primera que se colegió y que defendió un juicio en la Audiencia de la capital grancanaria, en 1932, lo que hizo, según la prensa de la época “sin perder la feminidad”.
Un paso impensable
En definitiva, entre 1913 y 1921 hubo 11 alumnas y 255 alumnos matricula, con lo que el porcentaje de mujeres equivalía al 4,1% de la matrícula universitaria.
También las mujeres tuvieron que sortear obstáculos para acceder como docentes a las aulas universitarias aunque la institución lagunera figura entre las primeras en admitir mujeres en su claustro, igual que lo había hecho con las estudiantes, y María Sánchez fue la primera profesora en ejercer, de 1922 a 1925.
Cien años después, en las dos universidades públicas de Canarias, la matrícula registra una mayoría femenina en casi todas las ramas del saber en las distintas facultades universitarias, exceptuando las carreras técnicas. “Ya no constituye un hecho novedoso, el pasado hoy resulta impensable”, resume Teresa González.
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