ENTREVISTA
Francisca González: “Televisión Española en Canarias es una ventana desde donde divisar el mundo entero”
Francisca González es periodista, licenciada en Periodismo y en Estudios Asiáticos, y acaba de ser nombrada directora de Informativos y Programas de Radio Televisión Española en Canarias. Su rostro y su voz llevan más de veinte años colándose en las casas del archipiélago, contando noticias desde la mesa presentando informativos o como reportera a pie de noticia y de lava, desde donde sorprendió al país entero durante la cobertura del volcán de La Palma hablando catalán canario durante una intervención en el programa Cafè d'idées de Gemma Nierga. Se declara feminista “porque puedo ser gracias a las que vinieron antes”, y cree que el periodismo no debe convertirse en un repositorio de anécdotas o falsedades. Actualmente afronta retos importantes como competir sin trampas en el mercado de la comunicación y que Canarias tenga voz propia en el ente público.
Acaba usted de ser nombrada directora de Informativos y Programas de RTVE en Canarias. ¿Cómo asume esta responsabilidad?
La asumo con mucho respeto y con muchas ganas porque contamos ahora con una redacción, se puede decir, a tres bandas: por un lado los que están a punto de prejubilarse, por otro lado una generación, a la que yo pertenezco, que somos los que estamos entre los 45 y 50 y luego hay una generación de gente joven que está entrando y que aspira a sacar un puesto en la oposición. Con esas tres generaciones, estamos intentado sacar adelante una televisión y una radio pública.
En este mundo de redes sociales, de apps, de plataformas digitales y de televisiones privadas, la televisión pública representa un oasis donde se le puede dedicar, por ejemplo, un reportaje de 50 minutos al escritor Miguel Delibes
¿Y qué papel juega una televisión y una radio pública en tiempos donde han irrumpido con tanta fuerza las fake news y la manipulación política en los grandes grupos?
Precisamente el hecho de que haya fake news y de que exista una capacidad de manipular tremenda con la Inteligencia Artificial hace más necesarios que nunca los medios públicos, porque somos nosotros quienes podemos decirle al ciudadano que esto no es un vídeo que grabó no se sabe quién y no se sabe cuándo, sino que nosotros estamos ahí para decirle a la gente que lo vimos con nuestros propios ojos. Y esto lo que hace es darle un marchamo, un valor añadido, a la información de los medios públicos. Por otra parte, en este mundo de redes sociales, de apps, de plataformas digitales y de televisiones privadas, la televisión pública representa un oasis donde se le puede dedicar, por ejemplo, un reportaje de 50 minutos al escritor Miguel Delibes.
El periodismo no está en las redacciones, hay que salir a la calle
¿Cómo comulga la misión informativa, formativa y de entretenimiento de una televisión pública con la competencia por las audiencias?
Por un lado, hay que reconocer que las audiencias son importantes, porque el servicio público se presta en la medida en que alguien pueda verlo y quiera verlo. Esto no implica que tengas que salir a luchar por las audiencias, hablo en el ámbito informativo y de programas, con las mismas armas que utilizan, por ejemplo, determinadas cadenas privadas. Se puede luchar por la audiencia sin luchar por una locura de audiencias. Una cosa es que necesitemos que la gente nos vea porque estamos prestando un servicio público que además paga el ciudadano con sus impuestos, y otra cosa es salir a degüello a competir con productos que no encajan en una televisión o en una radio pública.
¿Cómo le gustaría a usted que fueran los informativos que se hagan desde Canarias en la televisión pública en esta etapa?
Como lo estamos haciendo. Donde prime el periodismo por encima de todo. Donde tengamos la oportunidad de salir a la calle y hacer periodismo de calle porque el periodismo no está en las redacciones. Creo que esta es una de las lecciones que debemos aprender todos, no solo en los medios públicos sino también en los privados, que con el auge de internet y de las plataformas digitales o ahora que cualquiera se pueda convertir en periodista con un teléfono móvil, hemos olvidado salir a la calle. Debemos ser capaces de hacer unos informativos que combinen la rigurosidad con ofrecer información atractiva y entretenida. A veces se plantea la dicotomía entre rigurosidad y frivolidad y en medio hay un montón de cosas; se puede ser riguroso y ser entretenido.
¿Y en medio pueden aparecer un montón historias por contar de Canarias con todas sus particularidades?
Y la forma de contar nuestra propia realidad, nuestras singularidades, que es lo que permite RTVE en Canarias, no sólo para el público del Archipiélago, sino para hacernos visibles más allá, en la Península y, por supuesto, a través del Canal Internacional en Latinoamérica. Hemos ido a Latinoamérica a grabar el programa de Tenderete y cuando cuando hemos aterrizado en un pueblo de Costa Rica nos conocían porque nos siguen. Sé que suena a tópico, pero de alguna manera es una ventana desde donde no solo se divisa Canarias, sino desde donde se puede divisar el mundo entero.
"Salimos de aquel concurso público pensando que nadie, ni los de derechas ni izquierda, ni los de arriba ni los de abajo, serían capaces de soportar una televisión pública absolutamente independientes"
¿Cómo sientan las intromisiones políticas al trabajo periodístico del ente público? ¿Cómo han sentado las pretensiones de Coalición Canaria de nombrar al director territorial?
Por contextualizar la respuesta, te diré que yo me presenté en su día para la presidencia de Radio Televisión Española al concurso público que convocó el Gobierno de Sánchez y, como yo, se presentaron más personas dentro de la casa, que fuimos al Congreso de los Diputados y posteriormente al Senado a exponer un proyecto. Tras la exposición, mucha gente nos dijo que aunque este proceso se llame concurso público, finalmente, se trata de una decisión política. Antes de nuestra comparecencia en el Senado ya circulaban por whatsapp los diez nombres que habían pactado PP y PSOE para integrar el Consejo de Administración de Radio Televisión Española en Canarias. Fue entonces cuando entraron al Consejo de Administración los consejeros Jenaro Castro y la señora Carmen Sastre en una época donde el TVE fue condenada por la Audiencia Nacional por sus malas prácticas. Recordemos la huelga que se le hizo a Aznar en 2002 o lo que pasó en el 11M, diciendo hasta el último momento que había sido ETA y no era cierto.
Te cuento todo esto porque nosotros salimos de aquel concurso público pensando que nadie, ni los de derechas ni izquierda, ni los de arriba ni los de abajo, serían capaces de soportar una televisión pública absolutamente independientes. Así que no nos extraña que cualquier partido opine sobre quién debe dirigir una televisión pública. Lo estamos viendo con la Televisión Gallega y lo hemos visto en Catalunya cuando TV3 ha estado en manos de determinados partidos políticos. No es nuevo lo que ha pedido Coalición Canaria, pero eso antes se hablaba en privado y ahora se dice públicamente porque parece que incluso la sociedad ha aceptado que las televisiones públicas pertenecen a los partidos que gobiernan y eso no es así, ni debe ser así.
¿Y cómo se pueden proteger los medios públicos de que los políticos de turno los utilicen?
Por ejemplo, en primer lugar, lo que está haciendo la Televisión Española que es un Consejo de Informativos que proteja al trabajador cuando se produce manipulación informativa, o cuando existen presiones editoriales, o cuando un redactor se siente desprotegido ante determinadas llamadas. Después hay otra cosa que se nombra mucho es la objetividad. Yo soy de la corriente de académicos y de periodistas que piensan que la objetividad no existe, ya que desde el primer momento en que utilizamos un verbo y no otro o cuando utilizamos un plano y no otro, estamos siendo subjetivos. Lo elegimos desde nuestra subjetividad. Pero lo que sí existe es la honestidad a la hora de comunicar.
Usted publicó en su cuenta oficial de Twitter hace unos días una cita de la periodista Alicia Gómez Montano que decía que la perfección es enemiga de lo bueno. ¿A qué se refería?
Voy a serte absolutamente franca. Me estoy refiriendo a todos aquellos, incluidos compañeros de profesión, que magnifican determinadas situaciones que ellos consideran errores. Si hablamos de las Campanadas de este año de RTVE en Canarias, salieron estupendamente y se hizo un trabajo magnífico. Tuvimos una audiencia de más de 3.253.000 espectadores y además salieron bien porque el objetivo de las Campanadas es que no se queden solamente en Canarias sino abrir esa ventana también a la Península y que la hora menos que tenemos, y nuestras singularidades no se quede en anécdota. El servicio público esa noche se cumplió, aunque una presentadora en una cuenta atrás esté diciendo el número dos cuando ya suena la primera campanada, no se muere nadie, no somos cirujanos en un quirófano. Lo grave, y es en lo que otros medios y los compañeros no ponen el acento, es mentir en una información política o inventársela o dar un dato erróneo, pero equivocarse en un directo puede pasar y pasa. Lo graves es hacer pasar las anécdotas como noticias. Lo grave en el periodismo y en el entretenimiento son otras cosas.
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