La incertidumbre y la esperanza marcan en Canarias la vuelta al cole en tiempos de pandemia: “Tenemos que confiar en los colegios”

Un niño y una niña, en Santa Cruz de Tenerife, durante la vuelta al cole que tiene lugar en Canarias este miércoles 15 de septiembre.

Natalia G. Vargas

Santa Cruz de Tenerife —

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Mateo tiene tres años y observa con expectación el que será su colegio a partir de este martes. Pocos minutos después de las ocho y a solo media hora de que se abran las puertas, el niño mira con extrañeza a la decena de periodistas que se agolpa a la entrada del CEIP Isabel la Católica, en Santa Cruz de Tenerife, para captar la inauguración de un curso marcado por la incertidumbre. Las mascarillas, la distancia interpersonal y los nervios por que todo salga bien componen su primer contacto con la escuela. En casa, su madre le ha explicado que debe tener precaución, no quitarse la mascarilla, lavarse las manos con frecuencia y estar atento a las recomendaciones de los docentes. “Todo esto me genera inseguridad, pero no nos queda otra que confiar en los colegios y no hacer partícipes a los pequeños de nuestro miedo. Yo le he dicho a los niños que disfruten del momento y del día dentro de esta extraña situación”, apunta ella.

En Canarias, 162.000 niños y niñas han regresado este 15 de septiembre a las aulas, después de que la pandemia provocada por la COVID-19 truncara en marzo el año académico. La única excepción ha sido Lanzarote, que celebra este martes la festividad de Nuestra Señora de Los Dolores, por lo que el año académico comenzará el miércoles.

El director del CEIP Isabel la Católica, Tanausú Cabrera, explica que la ratio está en 25 menores por grupo y agradece que el centro tenga espacio suficiente para guardar dentro de las clases la distancia interpersonal de dos metros sin tener que desdoblar grupos o utilizar instalaciones complementarias. Cabrera ha apelado a la responsabilidad de las familias y asegura que el personal no tiene miedo. “Hay incertidumbre. Evidentemente no hay riesgo cero, pero creo que los colegios son espacios seguros, incluso más que otros sitios que hemos frecuentado en los últimos meses”, valora.

Una de las medidas que ha implantado este centro ubicado en la capital de Tenerife es la organización de tres turnos de acceso a través de tres entradas diferentes para evitar las aglomeraciones. Además, los pasillos del CEIP Isabel la Católica se han convertido este año en un circuito vial, donde cada uno de los “pilotos” debe cumplir con las señales de tráfico señalizadas en el suelo.

En el interior del centro, una de las protagonistas de este curso se desplaza de un aula a otra comprobando que todo está en orden. Rocío es una de las dos limpiadoras que trabaja en el colegio y se encarga de la primera planta. También comienza el año con más dudas que certezas, con una jornada de ocho horas en la que debe garantizar la desinfección de cada uno de los espacios. “La empresa se ha comprometido a contratar más personal si vemos que no llegamos a todo”, cuenta.

Este miércoles comenzará la actividad para Secundaria, y el día 17 para el resto de niveles educativos. La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ya anunció que durante los primeros días del curso se practicarán pruebas PCR a alumnos, docentes y el resto de personal de los centros ubicados en áreas de salud con mayor índice de contagio, como las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Arrecife.

El departamento que dirige Manuela Armas también explicó que cada centro educativo contará con una persona responsable de gestionar todo lo relacionado con la COVID-19 y que estará en coordinación con el centro de salud más cercano. Finalmente, será la Consejería de Sanidad la que determine si uno de los denominados grupos burbuja debe cerrarse, aunque esto no implique necesariamente la clausura del centro completo.

“Sin medidas” para los grupos de riesgo

El sindicato ANPE Canarias ha denunciado que el curso escolar comenzara “sin que se haya adaptado” el puesto de trabajo a los 5.000 profesores especialmente sensibles frente a la COVID-19 y también ha reclamado medidas para el alumnado de riesgo. El sindicato con mayor representación en la enseñanza pública no universitaria del Archipiélago, que defiende la educación presencial “con garantías”, ha advertido que irá “por la vía legal” para exigir que se solucione la situación en caso de que no se tomen las medidas oportunas, al considerar que se trata de un “incumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales”. El presidente de ANPE Canarias alerta de que “lo que está ocurriendo puede tener consecuencias muy peligrosas para la salud de estas personas”.

Otra de las quejas protagonistas en el inicio del nuevo año académico está vinculada a las ratios de alumnos por clase, ya que los sindicatos mayoritarios coinciden en que debieron rebajarse los porcentajes antes de comenzar las clases. Por su parte, Fernando Pelliecer, del sindicato Stec-IC, critica que los centros educativos sean los únicos espacios donde esté permitido juntar a más de 25 personas, por lo que han pedido que se retrasen las clases presenciales.

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