Los inmigrantes cambian la pirámide poblacional
Cada año nacen más niños en España. Hasta el punto de que en 2007, por primera vez en 30 años, los demógrafos pueden dibujar una pirámide de población cuyos tres primeros escalones son eso, el inicio de una pirámide, y no algo parecido al de un rombo, como antes.
Es decir, hay más niños de guardería (entre 0 y 4 años) que de primaria (de 5 a 9) y más de los primeros cursos de primaria que de los últimos y primeros de secundaria (de 10 a 14) por primera vez desde 1977.
Entonces, España emprendió un descenso de la natalidad tan abrupto, que casi se convierte en líder mundial de envejecimiento de la población a finales de los años noventa.
La nueva pirámide aparece en las Estimaciones de la población actual elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con base en el último censo y publicadas este verano.
Ignacio Duque, subdirector general de Población e Inmigración del INE y responsable del estudio, atribuye el fenómeno a la llegada de mujeres inmigrantes, aunque también se ha constatado que las españolas han decidido parir un poco (muy poco) más que sus madres.
“Hay un repunte en nacimientos y en fecundidad. En la emigración española hay muchas mujeres que vienen de países en los que se tienen más hijos y, además, se tienen antes. Las españolas han aumentado su fecundidad muy, muy ligeramente, pero el aumento es, sobre todo, por las extranjeras”.
El incremento de población infantil no se ha debido sólo a los nacimientos en España sino a la reagrupación familiar. “La llegada de hijos de inmigrantes, aunque no afecte a la fecundidad, es importantísimo para la pirámide de población. La mayoría del incremento de extranjeros en edades escolares es de niños traídos a España por sus madres”.
Esta pirámide de tres tramos pasará a ser de cuatro en 2012, con un máximo de niños de 0 a 4 años; seguido por de 5 a 9; luego los de 10 a 14 y finalmente los de 15 a 19.
Pero, a partir de este hito, las previsiones son de una nueva caída. Y eso porque “las extranjeras están teniendo una acomodación a la natalidad española bastante rápido. Su fecundidad va descendiendo”.
Además, entonces estarán en edad fecunda las generaciones más pequeñas de España, las nacidas en los 80 y los 90. Y si no aumenta el número de hijos por mujer, un menor tamaño de la población fecunda sólo puede llevar a una menor natalidad.
Para sostenerse, tendrían que seguir entrando el mismo número de inmigrantes, y no se espera. Al contrario, se cree que disminuirá.
Bien es cierto que las previsiones a veces se incumplen. Ignacio Duque reconoce que “pensábamos que a partir del año 2006 la emigración descendería y no ha sido así. Tampoco tenemos datos de que decrezca en 2007. Como mínimo, está al nivel del año anterior”.
El repunte de la población infantil no se produce igual en todas las comunidades autónomas y tiene relación con la vitalidad económica de estas, dado que a mayor desarrollo económico más inmigrantes, más parejas jóvenes procedentes de otras culturas que elevan la natalidad.