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Este invierno fue el tercero más húmedo desde 1947 y las temperaturas fueron normales o algo más frías de lo normal

MADRID, 18 (EUROPA PRESS)

El presente invierno, que finalizará el próximo sábado, fue el tercero más lluvioso desde 1947, después de los inviernos de 1978-79 y 1995-96 de modo que, a diferencia de lo que había sucedido en las anteriores estaciones, en su conjunto tuvo un carácter “muy húmedo a extremadamente húmedo”, según informó el portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Ángel Rivera.

Además, indicó que el trimestre diciembre 2009-febrero 2010 resultó, para el conjunto de España “normal o algo más frío de lo normal” y que a pesar de la “sensación de frío” generalizada, los valores medios promediados se quedaron “sólo” 0,2 grados centígrados por debajo de su valor medio normal, en 7,3 grados centígrados, de acuerdo al periodo de referencia (1971-2000).

Por otro lado, el jefe de predicción de la AEMET, Fermín Eliazaga, apuntó que, de acuerdo a los pronósticos del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo, parece que durante el trimestre abril-junio de 2010 no lloverá por encima de lo normal en “ninguna” región de España, y que las temperaturas, asimismo, estarán “en torno a los valores normales salvo en Canarias, donde se aprecia una clara tendencia a temperaturas superiores a las normales”.

A juicio del portavoz de la AEMET, “lo que realmente ha sido noticia este invierno han sido las precipitaciones”, pues, antes de la estación, los meteorólogos no tenían “lo suficientemente claro que fuera a ser así, pero lo ha sido con creces”.

Así, añadió que el invierno resultó “muy húmedo a extremadamente húmedo en buena parte del territorio nacional”, siendo la precipitación media en España para este trimestre de 400 litros por metro cuadrado, “el doble” del valor medio para esta época. “Es difícil recordar un inverno con tanto temporal acumulado y tan fuerte”, comentó.

Rivera indicó que en enero, que fue “el menos húmedo del invierno”, se superó el 43 por ciento del valor normal y fue el más húmedo del siglo, después de 2001. Por distribución geográfica, “sólo se sitúan por debajo de los valores medios” en parte de las regiones de la vertiente cantábrica, en algunas zonas del norte de Cataluña y norte de la Comunidad Valenciana, mientras que en el resto de las regiones los totales de precipitaciones acumuladas superan “ampliamente” su valor medio.

En ese sentido, destacó, a fecha de 28 de febrero, la situación de superávit de Andalucía, sur de Castilla-La Mancha y las islas más occidentales del archipiélago canario, ya que en algunas áreas, especialmente en la costa sur andaluza las lluvias acumuladas “superan el triple de sus valores medios”.

El portavoz de la AEMET explicó que esto se debe a una “situación anómala” de la 'corriente en chorro', que ha tenido una presencia “casi permanente” en las latitudes españolas dando origen a la formación de un “amplio” número de borrascas en el Atlántico que se dirigieron hacia Canarias y la Península Ibérica. “Esta situación es verdaderamente importante y absolutamente destacable”, apostilló.

Por meses, el más lluvioso fue diciembre, con el doble de precipitaciones en áreas del cantábrico y Cataluña, donde fue “seco”. En el resto de España “muy húmedo en general” y “extremadamente húmedo” en gran parte del sureste, donde en zonas de Andalucía, sur de Murcia, sureste de Castilla-La Mancha y en áreas del sistema ibérico. Se registraron récords históricos de precipitaciones en diciembre en Burgos-Villafría, Teruel, Guadalajara, Toledo, Albacete, Murcia, Granada, Jaén y Almería.

Igualmente, febrero se mantuvo con precipitaciones “abundantes” que “llegaron a duplicar su valor medio”. El mes más corto del año tuvo un carácter “extremadamente húmedo” en el cuadrante suroeste peninsular y zona centro, donde se superaron los anteriores valores extremos de precipitación media mensual de las series históricas en “numerosos” observatorios de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha.

INVIERNO CÁLIDO EN EL SUR Y FRÍO EN EL NORTE

En cuanto al comportamiento de los termómetros, Rivera precisó que el inverno resultó cálido en el tercio sur peninsular e incluso muy cálido en el sur de Andalucía, donde la anomalía térmica fue 1 grado centígrado por encima de lo normal, y que en Canarias el invierno resultó “muy cálido”, manteniéndose la tendencia por encima de valores superiores a los normales registrados continuadamente en los últimos meses en el archipiélago, al contrario que en Baleares, donde la estación fue ligeramente más fría de lo normal.

Por el contrario, en el tercio norte peninsular, área levantina, centro peninsular y norte de Extremadura, el trimestre tuvo un carácter “frío a muy frío en la mayor parte de las zonas”, áreas que registraron una temperatura media de entre -1 grado centígrado y -2 grados centígrados en Madrid, Asturias, norte de Castilla y León y sur de Cataluña.

En lo que respecta a la evolución mensual, en diciembre y enero las temperaturas fueron en el conjunto de España “prácticamente normales” y en febrero quedaron 0,6 grados centígrados por debajo de lo normal, siento éste el mes “más frío del invierno” menos en Andalucía, sur de Castilla-La Mancha, donde fue “cálido o muy cálido”.

Rivera indicó que diciembre tuvo un comportamiento “variado” y un carácter de frío a muy frío en el cuadrante noroeste peninsular, en Navarra, La Rioja, este de Castilla y León, norte de Castilla-La Mancha y Madrid, al tiempo que fue “más cálido de lo normal” en el tercio sur, nordeste peninsular y, especialmente en Canarias“, que con medias de 2 y 3 grados centígrados superiores a lo normal, se cerró como ”muy cálido a extremadamente cálido“.

El portavoz de la AEMET incidió en varios episodios relevantes, como el del 13 y 21 de diciembre, cuando se registró una mínima de -17,1 grados centígrados en Burgos-Villafría; el comprendido entre los días 7 y 11 de enero, cuando nevó en niveles “bastante bajos” y heló en zonas costeras del norte y este. Por el contrario, subrayó que las temperaturas más altas de la estación se produjeron el 27 de febrero, en plena ciclogénesis explosiva“, cuando se llegó a 34,2 grados centígrados en Melilla, superando ”ampliamente la temperatura máxima“ anterior, de 30,6 grados centígrados, registrada en 1979.

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