La Casa de Galicia lanza un SOS: “Estamos prácticamente a cero”
El incendio que arrasó la mayor parte de las instalaciones de la Casa de Galicia durante el verano se está dejando notar en la campaña navideña que, desde hace décadas, trata de conseguir que todos los niños canarios que viven en el seno de familias con poco poder adquisitivo puedan tener, al menos, un regalo durante las fiestas.
“Estamos iniciando realmente la campaña, pero casi no hay ningún producto. A estas alturas, el año pasado ya teníamos camiones de alimentos, pero este año, en estas mismas fechas, estamos prácticamente a cero”, afirma a Canarias Ahora el presidente de la entidad, Ricardo Villares.
Villares señala que “la situación es compleja” y fija los motivos por los que se han recibido menos ayudas en dos: el hecho de que los ciudadanos no sepan dónde se encuentran las instalaciones en las que pueden dejar la ayuda, y el que el inicio de la campaña se retrasara hasta encontrar el lugar donde poder llevar a cabo los trabajos de recogida y empaquetado. “Hace dos días que tenemos físicamente la nave”, puntualiza.
Durante la campaña de 2013, la organización atendió a un total de 75.000 personas residentes en Gran Canaria y Fuerteventura, de las cuales 11.000 fueron niños y 64.000 adultos, según los datos publicados en su página web. Asimismo, se distribuyeron 46.000 juguetes, 170.000 kilos de alimentos y 60.000 piezas de ropa, especialmente de bebés.
Los voluntarios que un año más han ofrecido su ayuda para la campaña esperan recibir, hasta el cierre de la misma, alimentos básicos que sean no perecederos – como productos enlatados, pasta o arroz - y juguetes que muestren un aspecto nuevo, para que sean entregados a los más pequeños.
Estas son las “urgencias máximas para nosotros poder trabajar”, porque “si no lo hacemos ya, el tiempo disponible será poco para poder hacer que llegue a todas las personas necesitadas y, sobre todo, para que a los niños les llegue su regalo”.
A pesar de estar de momento faltos de ayuda, Villares asegura tener “mucha fe” en los canarios y especialmente en Gran Canaria, que define como “solidaria por excelencia, porque lo ha demostrado uno y otro año”. Aunque trabajan a gran velocidad, asegura que “si hay solidaridad, tenemos tiempo todavía, y la hay”. “El pueblo canario no nos ha fallado nunca, ni en épocas difíciles, estamos seguros de que esta vez tampoco lo va a hacer. Les esperamos a todos con un abrazo muy fuerte”, apostilla.
Las personas que quieran colaborar con la Casa de Galicia y poner su grano de arena para hacer más llevaderas estas fechas tan señaladas a los más desfavorecidos, pueden acercarse a la nave de Suministros Quintana ubicada en el primer número de la calle Corrientes, en la zona de El Sebadal de la capital grancanaria. Una nave que este lunes se mostraba casi desierta y donde se acumulaban, en una de las paredes, las cajas -ennegrecidas por el humo- que guardan los juguetes que conformaban el remanente que debía ser entregado durante esta campaña. Habrá que ver lo que se ha salvado.
“Estamos con los brazos abiertos, esperando a todas las personas y entidades que quieran y puedan, tampoco se trata de forzar a nadie, simplemente recibir las ayudas que puedan facilitarnos”, añade Villares.
Un incendio que todavía quema
Una de las razones principales por las que las personas solidarias no han podido ir dejando su aportación en días anteriores se debe al incendio que sufrió la sede de la Casa de Galicia a finales del pasado mes de junio, en el que “se nos quemó todo”, recuerda.
Desgraciadamente, las obras del edificio de seis plantas están bloqueadas, porque no han terminado de intervenir los aparejadores, peritos y empresas aseguradoras. “Hasta este castigo tenemos”, lamenta.
“En nombre de todas esas personas y esos niños, que son muchísimos, que necesitan esa ayuda, les pido que tengan paciencia, que los Reyes Magos llegarán”, concluye.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria incrementó en 4.000 euros su aportación habitual de 6.000 a la Casa de Galicia, destinados a paliar los efectos del incendio que hizo arder parte del vestuario que suele emplear la entidad en la Cabalgata.
