Contra la subida de alquileres por el turismo: “En mi cama había un inglés, y en el baño una noruega, ¿dónde coño está mi abuela?”

Marcha en Las Canteras para protestar por la turistificación

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

11 de la mañana en la plaza Saulo Torón, uno de los puntos principales de la playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. A esa hora estaba previsto que comenzara la marcha por todo el paseo, una de las zonas más caras para vivir en la capital, en la que se iba a protestar contra la subida del precio del alquiler de las viviendas por culpa del alquiler vacacional y en contra del modelo actual de turismo, en sintonía con las concentraciones previstas este sábado en varios puntos del país. Sin embargo, apenas había un par de personas en los alrededores de la plazoleta. De pronto, comienzan a llegar decenas de ciudadanos vestidos en pijama, con la maleta a cuestas, almohadas y con pancartas con mensajes variopintos: “en mi cama había un inglés, y en el baño una noruega, en la cocina un francés, ¿dónde coño está mi abuela?”, “no se hace vida social en el centro comercial”, “se alquila vivienda para turistas, se vende el alma del barrio”, “pa limpiar y pa servir y sin sitio pa dormir” o “magdalena de toda la vida”, entre otros. La protesta va tomando color y calor, y tras atender a los medios de comunicación, enfilan los casi tres kilómetros que les separan de la plaza del Pilar, en la otra punta de la rojiza avenida que transcurre bordeando la playa.

Como comenta Tania Montoto, portavoz de Ecologistas en Acción en Las Palmas -organizador de la concentración junto al colectivo Un barrio para vivir y el Sindicato de Inquilinas- , lo que se busca con esta acción es reivindicar que las ciudades están siendo “colonizadas” por un turismo que es “arrollador” y que está ocupando espacios comunes como los barrios, las plazas y hasta las casas. “Nos están echando de nuestras casas con las subidas del alquiler o la instalación de negocios que hacen de los barrios lugares que no sirven para vivir ni para relacionarse”, advierte Montoto ataviada con un cartel y su pijama. Como señala, la vestimenta busca, primero de todo, llamar la atención, pero sobre todo, es un símbolo de cómo están desplazando a los vecinos de las casas, el espacio más íntimo y privado, a la calle.

Desde Ecologistas en Acción entienden que la regulación del alquiler vacacional se trata de un “paso necesario” para impedir la subida del alquiler ya que está provocando un problema social. “Hay gente que no puede acceder al trabajo porque debería pagar más por el alquiler que por el trabajo”, apunta, y lo ejemplifica con el caso de una pareja de ancianos que se acercó a la protesta porque pagan un alquiler de 700 euros al mes en el piso de toda su vida en La Puntilla con una pensión de 728 euros.

Así mismo, Montoto ha lamentado las palabras del alcalde de la capital, Augusto Hidalgo, quien esta semana resaltó que pese a que Las Palmas de Gran Canaria acoge el 50% de las viviendas vacacionales de la isla, “hoy no es estrictamente un problema”, al contrario que en la zona sureste de Gran Canaria “donde el precio de la vivienda se está disparando porque no hay estructura para absorber el mercado”. “Me parece inaceptable que digan que no es un problema social, tenemos muchos ejemplos para negar una evidencia”, sostiene la portavoz.

En la misma línea Jennifer Galván, del colectivo Un barrio para vivir -nacido hace un mes y medio para protestar y visibilizar el problema de la vivienda en la capital- añadió que “si los políticos quieren ver la problemática del alquiler vacacional, solo tienen que meterse en internet, ver las plataformas y comparar la oferta de vivienda que hay de alquiler vacacional y la que hay de alquiler residencial, y ahí podrán comprobar que hay una problemática enorme en el acceso a la vivienda”.

Así, avanza que se está viviendo una burbuja del alquiler porque de pronto hay gente que decidió vivir en alquiler y al vencer sus contratos se ven con subidas “vertiginosas” de 200 y 300 euros al mes. No obstante, muestra que el problema ya no es solo de la ciudad y que este está llegando a la periferia. “Los municipios que tienen más oferta del alquiler vacacional son Las Palmas de Gran Canaria, San Bartolomé de Tirajana, Mogán y Santa Lucía y se está viendo cómo en la zona de ciudad alta se están subiendo los precios”.

Ante esto entiende que la solución pasa por una regulación de este negocio, aunque insiste en que el problema es más profundo: “un modelo de desarrollo turístico que pone al servicio del turismo todos los derechos de la ciudadanía y de un modelo de desarrollo económico que permite que la vivienda pertenezca al libre mercado, que es lo que ha desencadenado realmente todo esto, la solución es empezar a cambiar el modelo tanto económico como turístico y empezar a hacer políticas que pongan en el centro la dignidad de las personas y los derechos básicos”.

Tras estas palabras, enfilaron el paseo de Las Canteras con sus pancartas y sus cánticos, no sin antes señalar que estamos ante el comienzo de un movimiento que no piensa parar hasta que se comience a ver la posibilidad de cambio. Al llegar al final del recorrido, instalaron en la plaza del Pilar camas, tendederos, mesas y percheros, representando la expulsión del hogar a la calle.

Mira las fotografías de esta protesta en este enlace.

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