Líderes

Ahora que ya se ha acabado el Carnaval, gracias a dios, estaría bien que nos empezáramos a ocupar de las cosas que realmente importan. Una de ellas es el alto índice de asesinatos machistas que registra nuestra comunidad autónoma. Canarias es la segunda comunidad con más víctimas por violencia machista tras Baleares y superando así la media nacional, pero esto no paraliza el mundo ni mucho menos remueve conciencias. Los datos en Canarias no han mejorado respecto al año 2002 o 2003.

Canarias7 abría su digital el sábado de Carnaval con el siguiente titular: “Una mujer herida grave por su expareja en Telde”. Y aquí estamos preocupados por guaguas que te dicen que si lo tuyo es pene o vulva “háztelo mirar”, o por el uso de la sátira en galas del Carnaval. No voy a dar mi opinión sobre ambos temas porque el obispo de Tenerife tendría un motivo más por el que ofenderse.

Sin embargo, en ocasiones me sorprende la capacidad de ofensa y molestia que desarrolla la sociedad canaria por unos temas y no por otros, como si tuviéramos interiorizado que los asesinatos machistas son algo común, algo normal. Escuchaba el otro día a un periodista decir: “¿No es suficiente ver la imagen de una mujer asesinada tapada por una sábana saliendo por televisión para que se tomen medidas?”. La respuesta es claramente no. La cifra de asesinatos en lo que llevamos de año es de dos mujeres asesinadas cada dos semanas.

A la sociedad española le preocupa el terrorismo machista, pero no lo suficiente como para tomar medidas, salir a la calle a manifestarse y que se produzca un pacto de Estado. Veinticuatro días han pasado las activistas de la Asociación Velaluz en huelga de hambre para que sus voces fueran escuchadas. La sociedad está adormecida ante el terrorismo machista; no hay quejas ni lamentos, nos acostumbramos a los datos. Nos insensibilizamos y olvidamos que detrás de cada cifra hay una mujer, una madre y una hija. Detrás de cada muerte hay una historia con un denominador común: nos matan por ser mujeres.

Ni una menos

Aquí tenemos otro tema en el que Canarias lidera y supera con creces las estadísticas marcadas. Los pactos de Estado, las medidas judiciales que deben proteger a las víctimas de violencia machista, deben ir acompañadas de un cambio de mentalidad. En algo está fallando la sociedad canaria cuando se sigue produciendo la misma cantidad de asesinatos que en 2002. Estamos fracasando como sociedad. Nuestros representantes políticos no se ofenden al ver titulares como el de Canarias7. Ni rastro de lamentos vía Twitter, tampoco declaraciones del presidente, ni preguntas sobre el tema. Eso sí, el postureo vía redes por el Día Internacional de la Mujer es de obligado cumplimiento.

Ya va siendo hora de que reconozcamos que, en cuanto a violencia machista, todos tenemos una parte de responsabilidad. Las instituciones y los políticos de turno, por ignorar el problema, y la sociedad, por seguir tolerando que se produzcan asesinatos. Mirar para otro lado no produce la desaparición del problema, al contrario, lo agrava. Por eso, es importante que los canarios nos ofendamos por aquellas cosas que requieren nuestra atención y adquiramos una conciencia basada en la igualdad de género.