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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González
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La saga continúa

Lidia Rodríguez

El caso Las Teresitas es probablemente uno de los mayores casos de corrupción en Canarias. Pero me apuesto un brazo a que la mayoría de los canarios no sabría decir más de tres nombres de todos los involucrados: Miguel Zerolo, Antonio Plasencia e Ignacio González.

Es la representación ideal del caciquismo en las islas durante la época dorada de Coalición Canaria (CC), ese partido que igual pacta con los socialistas que con los populares. El motivo por el que este caso de corrupción resulta tan llamativo es que uno de los acusados se llama Miguel Zerolo. ¡Ay!, parece que fue ayer cuando Zerolo y Oramas se abrazaban como dos enamorados, cuando CC hacía tours por los barrios de la isla pidiendo el voto de las señoras. Ni Francisco Camps tenía tanto éxito.

En el Ayuntamiento de Santa Cruz pasaban cosas rocambolescas, de serie de ficción. Los representantes públicos y los intereses privados se daban la mano, cuando no se ganaban la lotería. El que vivía en ese ayuntamiento lo hacía rodeado de chantajes, mentiras, venganzas e intereses particulares que dictaban las normas por encima del interés público.

Por el juicio del “pelotazo de libro” irán pasando uno a uno todos los actores de la obra, y este durará hasta noviembre, dando todos ellos su versión. Que la compraventa de la playa se hizo por el bien de los ciudadanos, que no voté en contra porque me amenazaron, que me prestaron cuatro millones porque soy muy amigo del clan...

Todavía tenemos que esperar para saber si los acusados irán a la cárcel o no. Pero lo que más me asusta de esta historia de ficción no apta para cardíacos es el poder que pueden conservar algunos de los nombres mencionados. En el juicio de Las Teresitas hemos podido comprobar cómo se le sigue rindiendo pleitesía a Miguel Zerolo, que recibe guiños de ojos, besos volados y todo tipo de muestras de cariño. Sin duda, un hombre con carisma.

Es sabido que los que tejen esta compleja red de supuesta corrupción tienen amigos a los que les ha dado por controlar los medios de comunicación. Es quizás por esto por lo que la mayoría de los ciudadanos no consiguen ubicar más de tres nombres del caso Las Teresitas. Es complicado coger un medio de comunicación de la isla que sepa explicar con claridad qué es el caso Las Teresitas y por qué fue un “pelotazo de libro”.

Son pocos los medios que explican la importancia de figuras como Álvaro Arvelo, Rodolfo Núñez, Manuel Parejo o el testaferro de Ignacio González. Son pocos los que explican cómo es posible que CajaCanarias concediera un crédito de tal magnitud a un mileurista, así como por qué no hay nadie de la extinta entidad bancaria en el banquillo de los acusados. Son pocos los medios que cuentan la realidad sin que detrás haya intereses políticos y económicos. Son pocos los que hacen periodismo.

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