La Cofradía de San Andrés rechaza su traslado hasta que no se garantice el nuevo emplazamiento
Lejos de aplacar los ánimos, las disculpas ofrecidas el pasado fin de semana por el concejal de Urbanismo de la capital, José Ángel Martín, al patrón de la cofradía de San Andrés, José Luis Déniz, para aclararle que él no había manifestado que se tenía que derribar la sede social de esta organización por estar fuera de ordenación, se ha intensificado aún más el debate debido al “mal trato que hemos recibido históricamente”, según resaltó el representante de los profesionales del mar.
En este sentido, aseguró que el planteamiento de Martín, de acercar las instalaciones a la zona urbana del pueblo para evitar así su estado irregular y poder regularizar su estado, no tiene sentido,pues “en todo caso, no aceptamos ni haremos ningún movimiento, hasta que los políticos den la cara de una vez para explicar realmente qué es lo que quieren y se lo expliquen al pueblo”. Déniz dijo que solo “nos moveremos cuando esté realizado el nuevo emplazamiento; nunca antes estaremos dispuestos para el traslado”.
El patrón de San Andrés insistió en que el lugar natural de una cofradía está junto al mar, aunque indicó que si la solución definitiva es otro lugar, “debería ser objeto de diálogo”, aunque recordó que “mientras se realiza el nuevo edificio, no se puede dejar aplicar un mantenimiento en la actual cofradía, para lo que no se nos conceden licenciaso los permisos, algo que nos niegan sistemáticamente”.
Un nuevo emplazamiento, que según le explicó Martín al patrón podría estar a algunos metros más de distancia de su actual localización, “tal vez solucione el aspecto urbanístico, pero hay que preguntarse, qué hacemos con los barcos”.
No obstante, la postura de la Cofradía es que “nosotros no queremos salir de aquí”, aseguró Déniz, pues insistió en que todo se tiene que hacer con suficientes garantías, ya que recordó que “cuando derribaron nuestros cuartos de aperos con el compromiso de hacer unos nuevos, aún estamos en unos contenedores metálicos que están oxidados”.
“No estamos dispuestos a ir a ningún sitio que no sea en San Andrés. Somos conscientes de que estamos junto a la playa, pero advertimos que no vamos a permanecer callados ante cualquier intento de sacarnos de nuestro pueblo”, reiteró, “porque estamos escaldados y así no podemos seguir”, ya que, a su juicio, “tenemos la impresión de que están esperando a realizar la escollera y ver cómo nos vamos por nuestro propio pie, y poder así realizar sus proyectos, pero están muy equivocados”.
Aunque el edificio “esté legal o no, lo lógico sería que se pudiera arreglar, ya que se está cayendo, pero no nos dan la autorización, máxime cuando se ha contado con permisos para acoger un punto de venta de pescado o tener en funcionamiento un restaurante, todo con sus respectivas licencias y pagando los impuestos”.
La cofradía espera ahora que las administraciones se pongan en contacto con sus representantes, “para que den la cara y digan de una vez qué quieren hacer, porque estamos cansados que de que jueguen con la comida de nuestras familias. Estamos cansados de que jueguen al escondite con nuestras vidas y creemos que ha llegado el momento de que nos plantemos y que se nos empiece a escuchar”, concluyó su patrón, José Luis Déniz.