La enraladera del alcalde de Gáldar empezó horas antes, en el Casino, con la concejal del PSOE Chona, que fuera responsable de Urbanismo bajo la batuta de Demetrio Suárez. Se la veía contenta a la doña tratando de echar una mano al alcalde a subirse a las mesas de la sociedad para montar el numerito. Lógico, porque al fin y al cabo el propio alcalde le acababa de prometer que a partir de este mismo mes la liberaría y le permitiría cobrar un sueldito digno, como si gobernara, pero sin necesidad de hacer la ola mexicana cada día. Y encima limitándose a entenderse sólo con Lito, el concejal más tranquilo. Ella estaba encantada con el Godoy. Pero no sabemos si doña Chona estuvo en la parte final de la historia, que es de un truculento no apto para todos los públicos.