Mientras se resuelve esa investigación, tenemos que informar a todos ustedes que hasta el momento Águeda Montelongo no ha respondido al requerimiento que la semana pasada le hizo el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera, para que pusiera por escrito a través del Registro de la institución su versión sobre esa sucesión de “errores” de personal de confianza del PP en el Patronato de Turismo que han conducido a estos escándalos. Ya saben que de modo verbal, la presidenta del PP majorero ha sostenido que todo se ha debido a una sucesión de errores, que cuando quisieron reservar coches y hoteles para dirigentes del partido alguien se equivocó e hizo la reserva a nombre del patronato, fitetú qué cabeza loca. Ni siquiera la militancia pepera se lo ha tragado, y mucho menos el chivo expiatorio que se eligió para la ocasión, Santiago Santana, un asesor que hasta la fecha no ha firmado esa asunción de responsabilidades y que han sacado prudentemente de la isla para evitarle disgustos. Ya ven que siempre que hay un pringado para una moción de censura o para comerse un marrón, los partidos canarios terminan por alejarlo del bollo del cogollo del meollo, no vaya a ser que el sujeto en cuestión cambie de idea o hable más de la cuenta. Santana no coge el teléfono si desconoce la identidad de quien le llama, y tiene prohibido hablar con periodistas hasta que la tormenta amaine.