El objetivo no es otro que tratar de convencer a las autoridades comunitarias de la legalidad del concurso del istmo, que la Unión está a punto de echar por tierra y que acabará con Arnáiz sentado en un banquillo respondiendo a delitos tan malsonantes como prevaricación. Lo que no sabemos muy bien es en qué lobby bruselés se apoyará el trío del istmo, sabiendo como sabemos que ilustres personajes de la vida canaria se dedican a esos menesteres en la capital belga, incluido un pariente de Soria con el que no se lleva muy bien por aquello de la escasa calidad democrática del presidente del Cabildo grancanario y las indisimuladas tendencias homófobas de su escudero de campo y playa Luis Larry Álvarez, el terror de los pubs gays.