Un día en el Zócalo: la plaza de las maravillas en México DF

Cuando uno viaja a ciudades México DF puede sentir el peso de la historia sobre la cabeza. La capital mexicana es magnífica, grandiosa, contradictoria… Uno puede rastrear en sus calles los grandes momentos de su existencia y también los más bajos a través de edificios, avenidas, museos, barrios más o menos afortunados… Estamos hablando de una de las concentraciones de humanidad más grandes del planeta. Aquí todo es gigantesco. En su centro y alrededores de concentran más de 20 millones de personas en una de las conurbaciones más importantes de todo el mundo. Y toda esa desmesura de piedra, cemento, cristal, acero madera y chapa se articula en torno al Zócalo. Plaza de la Constitución del México moderno. La antigua Plaza Mayor del Méjico virreinal. La aun más antigua explanada del Templo Mayor de Tenochtitlán. La mejor manera de llegar hasta aquí es bajo tierra: usando el metro. A la Estación Zócalo llega la Línea 2 del Metro de México y aunque no te haga falta, tomar el subterráneo hasta acá sin haber visto la plaza con anterioridad tiene su por qué. En el vestíbulo de la estación puedes ver una enorme maqueta del Recinto Sagrado de la capital de los aztecas con los diferentes templos que formaban el corazón simbólico y religioso del gran imperio mesoamericano. Un lujo. Sólo hay dos escaleras de metro que se le parecen: las que te descubren la Sagrada Familia de Barcelona y las que te muestran por primera vez el Coliseo en Roma.

El nombre oficial de este enorme espacio abierto es Plaza de la Constitución pero todo el mundo la conoce como ‘el Zócalo’, un nombre que alude al zócalo o base de un gran monumento para conmemorar la independencia del país que nunca llegó a completarse (el zócalo sí que lo hicieron). Este espacio es un resumen perfecto de la historia de la ciudad y casi que del país. Guarda restos que van desde Tenochtitlán hasta nuestros días pasando por la época virreinal o los primeros pasos del México independiente. Hay mucho que ver en la Plaza del Zócalo. Mucho. Es casi un destino en sí mismo que pone de manifiesto la brutal oferta patrimonial de la capital cultural de América. Y lo decimos sin rubor. No hay otra ciudad como el DF en América. Ninguna. Ni al norte ni al sur. Y sólo una guía del Zócalo ocuparía varios libros.

Catedral Metropolitana de la ciudad de México (Plaza de la Constitución, sn).- Obra maestra del barroco mundial y una de las grandes catedrales del mundo. Esta obra de arte es una de las huellas más bonitas de la presencia española en América y verla asombra. Por fuera y por dentro. Las obras de este templo enorme se iniciaron en el siglo XVI con la Catedral de Jaén como modelo. Su herencia renacentista se deja ver sobre todo en el interior, porque la fachada pronto empezó a convertirse en paradigma del barroco americano. Antes de entrar fíjate en la fachada de la Iglesia del Sagrario (junto a la propia Catedral). Más que una fachada es una escultura. El encargado de hacer esta maravilla fue el arquitecto español Lorenzo Rodríguez uno de los grandes nombres del barroco novohispano (en relación al Virreinato de la Nueva España). Esta portada es la cima del estilo Churrigueresco en América. Y ya dentro de la catedral centra la atención en el Altar de los Reyes (tras el altar mayor). Aquí puedes ver el retablo barroco de los Reyes obra de otro ilustre del barroco: Jerónimo de Balbás. Otros puntos notables del interior de la Catedral son el coro o los dos órganos (los mayores de toda América).

Palacio Nacional (Plaza de la Constitución, sn).- Aquí se encontraba el Palacio de las ‘Casas Nuevas’ residencia de Moctezuma, el emperador azteca que recibió a Cortés en Tenochtitlán. Después fue el palacio del propio Cortés y tras un incendio en 1692 se construyó este impresionante palacio de gobierno virreinal de estilo barroco que cierra todo un flanco del Zócalo y rivaliza en belleza y presencia con la mismísima Catedral. El palacio sigue siendo sede del Ejecutivo mexicano pero se puede visitar solicitando plaza en alguna de las visitas guiadas al correo visitas_guiadas@hacienda.gob.mx. La historia de México en los murales de Diego Rivera.- Uno de los alicientes de visitar el palacio Nacional es ver los famosos murales de Diego Rivera que muestran un recorrido por la historia del país desde su pasado prehispánico hasta un futuro de progreso y ciencia. Es uno de los conjuntos pictóricos más impresionantes que hemos vistos. Los paneles que narran la ‘historia’ azteca y la conquista son sencillamente brutales. Algo que hay que ver al menos una vez en la vida.

El Museo Nacional de las Culturas del Mundo (Moneda, 13).- Este museo de antropología cuenta con una colección de piezas y artefactos que van desde China a Egipto pasando por diferentes culturas americanas y africanas. El museo ocupa una de las alas del Palacio Nacional. Recinto de Homenaje a Benito Juárez (Moneda, 1).- Este pequeño museo de sitio ocupa las salas del Palacio Nacional que sirvieron de residencia a Benito Juárez, uno de los grandes presidentes del país. El museo es interesante y da acceso a los bonitos jardines del Palacio Nacional.

El Museo del Templo Mayor (Seminario, 8).- En este lugar puedes imaginarte lo que fue el gran recinto sagrado de la antigua Tenochtitlán. Este lugar reunía casi un centenar de edificaciones religiosas de entre las que sobresalía la gran pirámide doble que estaba coronada por los templos dedicados a Tláloc, dios de la lluvia y a Huitzilopochtli, dios de la guerra. Desde aquí también partían los ramales principales de los caminos que partían desde la capital y llegaban a todos los rincones del Imperio. Hoy podemos ver los restos del Templo Mayor (esa pirámide doble) y un fantástico museo en el que hay verdaderas joyas de la cultura mexica destacando la piedra de Coyolxauhqui (Diosa de la Luna), uno de los mejores ejemplos de la escultura ritual azteca que representa el cuerpo descuartizado de la diosa. Este es uno de los lugares más importantes para visitar y ver en México DF.

Colegio de San Idelfonso (Justo Sierra, 16).- Otra de las joyas virreinales de la ciudad. El edificio que se puede ver hoy data del siglo XVIII y es el gran ejemplo de barroco civil del país (los claustros son alucinantes y es difícil ver un colegio como éste en otros lugares de la América hispana y aún en la propia España). El origen de este centro educativo se remonta a finales del XVI cuando varias órdenes religiosas fusionan sus colegios para construir el gran colegio de la ciudad. La vinculación del edificio con la educación se mantuvo a lo largo de los siglos y hoy sirve de centro cultural de primera categoría. Este edificio enorme se encuentra en dos de las calles más bonitas de México DF: Justo Sierra y San Ildefonso.

Museo UNAM Hoy (Moneda, 2).- Este museo vinculado a la Universidad Autónoma de México ocupa un edificio histórico que fue sede de la primera universidad fundada en el país pocas décadas después de finalizada la conquista (1553). El museo la verdad es que no dice gran cosa, pero el edificio guarda muchos secretos que van más allá de la propia fundación de una de las universidades más antiguas de América. Aquí puedes ver los viejos claustros universitarios y, también, interesantes restos arqueológicos del Recinto Sagrado del Templo Mayor de Tenochtitlán.

Visitar el patio cubierto del Gran Hotel Ciudad de México (16 de Septiembre, 82).-  Este es uno de los hoteles con mayor tradición y solera de la ciudad: y si te lo puedes permitir no es mala opción para alojarte. No era nuestro caso, pero habíamos leído que su patio interior de estilo Art Decó era una maravilla. Pedimos permiso y nos dejaron verlo. Y mereció mucho la pena.

Fotos bajo Licencia CC: Kevin; Carl Campbell; spurekar; Secretaría de Cultura; Graeme Churchard; lili chin; Stephane R