Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
La pastilla azul
El debate anual sobre cómo está Cantabria que cierra el curso político antes del largo y cálido verano parlamentario -ya no vuelven al escaño hasta mitad de septiembre- se ha convertido en un ritual soporífero, monótono y estéril. La presidenta Buruaga, en una escena repetida, leyó unos folios durante tres horas enumerando, departamento a departamento, lo que parecía la lista de inversiones y buenos propósitos de los presupuestos generales de la comunidad autónoma. Se lo tomó con tanto entusiasmo que recitó hasta el calendario de vacunas.
Aunque, tal vez, el momento más épico fue una declaración que evocó una metáfora mental quizá poco afortunada. Juzguen ustedes. La presidenta alabó la reactivación del programa de detección del cáncer colorrectal: “Yo he sido de las primeras en experimentarlo”, confesó ufana.
No tenemos personal sanitario en los consultorios, cada vez cuesta más días que nos vea un médico en Atención Primaria, pero lanza la promesa de que ahora podremos elegir en qué hospital queremos ser tratados. Barra libre. Ahora ya no nos garantizan que nos ingresan en el que tenemos más cerca, y lo mismo nos dan cama en Reinosa que en el futuro hospital de Castro Urdiales, una promesa electoral resucitada después de dos años de legislatura y en cuyo futuro nadie confía.
Mientras se suceden las promesas y aplausos de la tramitación casi infinita de La Pasiega, el MUPAC, la alta velocidad y hasta la protonterapia -protagonistas de varios años de debate público- poco se dedicó a la mayor crisis actual, que probablemente es la de la vivienda. Buruaga anunció que el Gobierno va a avalar a los menores de 45 años -con ingresos 'medios', vamos a ver qué entienden con esta coletilla- para que compren piso. Para eso hace falta que haya más en el mercado y a un precio más razonable que el actual, para que pueden intentar sobrevivir a una hipoteca.
No obstante, la política inmobiliaria sí que proporcionará más alegrías a los habitantes de Cabárceno. Los licaones tendrán nueva casa, también los elefantes. Se ha comprado la casa del doctor Madrazo y se va a reformar el Hotel de Áliva. Para nosotros hubo una ración de miedo: alcanzamos el máximo histórico de ocupaciones. Otro hito. Aunque la realidad de las cifras lo desmienta.
Hacia la mitad del discurso, de manera discreta, la presidenta Buruaga se tomó una pastilla con un sorbo de agua. Al principio no sabíamos cuál había elegido: si la roja que implica despertarse en la verdad, según la fábula Matrix, o la azul, que representa la comodidad de la ignorancia. A la vista de su intervención, se decidió por la segunda, y prosiguió su discurso de tópicos y lugares comunes en un onírico viaje hacia la realidad simulada.