Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Sorpresas sorprendentes
El escándalo montado sobre los audios del gestor del hospital de Torrejón o, por extensión, la gestión de Ribera Salud del servicio público-privado en Valencia siguiendo el modelo Alzira... ¿de qué nos sorprende? Lo que ocurre y las declaraciones de una sinceridad obscena no son el resultado de que el trabajo se haga mal, sino todo lo contrario, bien. Esa gente hace aquello que les han encargado y sorprenderse de que se monetice la sanidad es algo sorprendente a su vez o, de lo contrario, ¿qué otra cosa era de esperar? Pues bien, los mismos que han votado a los impulsores de este sistema serán los mismos que se pongan detrás de la pancarta cuando se les demore la consulta por no ser rentables o porque no haya personal o plaza. Vayan sacando la cartera, damas y caballeros, porque el dinero lo allana todo, pero ¿alguien no se lo esperaba?
Que la industria haya perdido su papel de cabeza tractora de la economía cántabra, dejando el sitio al turismo y el comercio no ha de sorprender a nadie. Se lleva trabajando en esta dirección desde hace décadas y puede decirse que el resultado es un éxito para todos los gobiernos y partidos que han gobernado en la comunidad autónoma. Tenemos lo que hemos buscado, un éxito, por más que ni en términos de salario, condiciones laborales y valor añadido no tengan comparación uno con otro. Felicidades a quien corresponda.
Turismo y comercio siempre ha habido, pero su hegemonía lleva a convertir a Cantabria en un territorio de disfrute a cuyo beneficio hay que sacrificar lo sacrificable como se sacrificaba lo necesario para el mantenimiento de industrias contaminantes. Aquí también habrá que ir sacando la cartera, como cabe esperar, aunque ya los paisanos no se feliciten cuando los resultados -a algunos- les vayan bien como se felicitaba antaño cuando las entidades financieras de aquí hacían saltar los registros de sus beneficios. Como si la entidad fuéramos todos, como si fuera el representativo local futbolístico. Pero no lo somos.
El PP no tiene quien le apruebe un presupuesto. ¿De qué se sorprende? ¿A quién le sorprende? A diferencia de Extremadura y Aragón, Cantabria no entrará en la escalada planificada por Alberto Núñez Feijóo para desgastar al socialista Pedro Sánchez con sucesivas derrotas autonómicas. Habría que saber qué encuestas manejan los populares cántabros o qué necesidad tiene el PP de Madrid de desmontar un Gobierno en una punta del país como Cantabria para explicarse por qué la presidenta María José Sáenz de Buruaga no ha seguido los mismos pasos que sus compañeros de otras latitudes, pero que se sorprenda algún jerarca de no tener presupuestos es raro, máxime cuando no se negocia o no se sabe negociar por falta de práctica.
Sorprenderse, llamarse a andanas, o es un ejercicio de fariseísmo o es que nos falta un hervor. O las dos cosas a la vez. Sorprenderse en esta tesitura es bien sorprendente.