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Entrevista Esteban Girón, guitarrista de Toundra

“Muchas veces la necesidad de monetizar de los músicos gana a la inquietud artística”

Los integrantes de la banda de rock Toundra.

Blanca Sáinz

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En mitad de una época en la que las letras de las canciones son analizadas al milímetro en busca de la alabanza o el vilipendio social están ellos. Cuatro hombres que optaron por quedarse con la música instrumental como forma de transmitir más allá de la evidencia de las palabras. Ellos son Toundra, una banda madrileña de rock que pese a llevar más de 14 años en la música, sigue conservando intacto el espíritu que les impulsó a ser siempre los 'diferentes' en festivales como Torrelavega en Vivo, donde actuarán este domingo. Pero además de su próxima actuación en Cantabria, ya se encuentran ultimando su disco, que verá la luz en 2022 y que, a buen seguro, logrará emocionar con la misma sensibilidad y fuerza que les caracteriza. Esteban Girón, guitarrista del grupo, ha hablado con elDiario.es en una entrevista telefónica en la que ha realizado confesiones, ha reflexionado y, sobre todo, ha mostrado su lado más personal sin tapujos, prejuicios ni tabúes. Algo digno de agradecer en un momento en el que las palabras están tan cotizadas.

Después de casi quince años desde que arrancaron esta andadura, ¿cómo definiría el momento actual de la banda?

La situación a lo largo de estos años ha cambiado mucho en general y en particular. Este momento está siendo muy duro por la COVID y todas las restricciones que hay, y nosotros decidimos dejar de tocar durante una época cuando hicimos un par de conciertos en 2020. Lo decidimos así porque considerábamos que era demasiado pronto como para que fuese tan seguro que la gente estuviese bien en los conciertos. Preferimos esperar y ver qué pasaba, cómo se iban desenvolviendo los conciertos, antes que poner en riesgo a cualquier persona, tanto a nosotros mismos como al público. Con el tiempo se ha visto que hay maneras de hacerlo seguro, y ha sido entonces cuando hemos decidido tocar un poco y hemos aprovechado este tiempo para componer y grabar un nuevo disco.

¿Cuándo alcanza un grupo su momento álgido de madurez musical o compositiva?

Debería ser justo antes de disolverse, yo creo [ríe]. Cuando en un proyecto artístico crees que has llegado a tu momento más maduro, es el momento de dejarlo. Hay que saber irse de las fiestas cuando mejor te lo estás pasando y no cuando se convierte en un after decrépito. Lo que pasa es que eso es imposible verlo en el presente y se ve con unos años de perspectiva. Por eso todas las bandas se separan unos años después de ese momento álgido, pero esto, aparte de ser expresión artística para la gente, es una forma de vivir y de ganarse la vida, por eso muchas veces la necesidad de monetizar gana a la inquietud artística.

Fíjese, que pensaba que me iba a decir que ya lo estaban alcanzando…

[Ríe] A ver, si lo comparamos con hace 14 años, ahí éramos unos niños, pero también es que los proyectos mutan… No es lo mismo cualquier proyecto en 2007 que en 2021, las inquietudes y objetivos que tenías en aquella época son distintos a los de ahora, porque la vida es distinta.

Sus temas son únicamente instrumentales. ¿Es más fácil o más difícil componer canciones sin letra?

Para mí es más fácil [ríe]. Si me tuviese que poner a escribir una melodía vocal o una letra me sería muy difícil porque no es mi oficio y no lo sé hacer. Sin embargo, cuando he compuesto con gente que sí que hacía esa parte, me ha parecido más fácil mi oficio de escribir música, no letra. Pero bueno, llevas tanto tiempo que tampoco le buscas tres pies al gato, sabes lo que tienes que hacer y te pones a ello.

La música es un lenguaje universal, y puede ser lo que tú quieras sin necesidad de letra

El rock es un estilo reivindicativo generalmente, ¿se puede hacer ‘canción protesta’ sin letra?

Sí, claro que sí. Ayer leía un libro en el que se decía que los autores como Debussy, Ravel o Bartók de música clásica de principios del siglo XX utilizaron la música como forma de protesta frente a la supremacía y el nacionalismo alemán que surgía. A través de la búsqueda de la utilización de otros elementos diferentes a lo que era la Escuela Sinfónica de Viena. Y creo que sí es posible, la música antes de música con letra, es música. Es un lenguaje universal y se puede utilizar de muchas maneras. La música como proyecto artístico puede ser lo que tú quieras sin necesidad de letra, y entre ello puede ser protesta o reivindicativo. La utilización de elementos musicales X o Y pueden decirte un montón de cosas más allá de que se diga explícitamente con una letra.

¿Cree que un grupo de rock tiene que tener conciencia de clase y un posicionamiento ideológico claro?

Creo que no es indispensable, pero creo que es necesario por los tiempos en los que vivimos. Pero no es intrínseco a lo que es el movimiento artístico o el movimiento de producto. Vivimos en un mundo en el que sí que es necesario que la gente que tiene la suerte de tener un altavoz, como yo con esta entrevista, reivindique o arroje luz sobre aquello que le parece injusto, no a él, sino al conjunto social por el bien común. Vivimos en un mundo de mierda, y la gente que al final somos trabajadores, debemos tener una conciencia de cómo mejorar, no solo nuestras condiciones como músicos, sino la de todos.

Los términos izquierda o derecha me parecen propios de una etiqueta que hoy en día no existe

Pero sigue habiendo muchos artistas que prefieren no mojarse y que incluso se sienten incómodos si les pregunta por algo relacionado con esto que le acabo de decir…

Tengo un amigo con el que tengo una broma, y es que cuando la gente dice que le gusta el rock, en realidad es un heavy. La gente que dice que no le gusta el fútbol, en realidad es del Real Madrid, y la gente que no habla de política, en realidad es de derechas. Lo bueno de estar en un proyecto tan libre como este, y tan libre en todos los sentidos, y te explico: a nosotros se nos ha puesto encima de la mesa la oportunidad varias veces de vivir solo de la música, y siempre hemos dicho que no porque dejaríamos de ser libres como músicos. Siempre hemos mantenido nuestros trabajos fuera de la música para no hacer determinados tipos de concesiones con las que sabemos que estaríamos presos, cuando para nosotros estar en una banda es la máxima expresión de la libertad. La gente cuando tiene que hacer ese tipo de concesiones de no hablar de determinadas cosas porque si no no le van a contratar en un sitio u otro, me parece bastante cobarde y sobre todo cómodo. Cómodo como viven la mayoría de músicos de este país, que tocan de viernes a domingo y el resto de la semana se tocan el ombligo…

¿Ustedes la tenían desde el principio?

Siempre lo hemos tenido, pero no lo hemos expresado tanto hasta aquello tan bonito, que ahora se ha defenestrado, como fue el 15M. Todos sabíamos de qué pie cojeábamos, que era el izquierdo, y de repente nos encontramos en una plaza de Madrid, y a partir de ahí, como no sabemos estarnos callados, y en cuanto podemos dejamos claro cuáles son nuestras ideas sobre las cosas, la gente nos pregunta… Pero tampoco somos portavoces y no tenemos ni puta idea de nada, solo decimos lo que nos parecen las cosas que vemos.

Tenemos una clase política inoperante, de carrera de partido y sin ningún tipo de experiencia en absolutamente nada más que en llenarse los bolsillos

¿Y la izquierda en España es más o menos beligerante que entonces?

Los términos izquierda o derecha me parecen propios de una etiqueta que hoy en día no existe. Yo prefiero decir, en lugar de izquierda, más sensible a la injusticia… Pero respecto a la pregunta, lamentablemente nos han quitado la ilusión a muchos. Nos hemos visto traicionados por aquella gente que tomó el liderazgo de la iniciativa, pero siempre hay nueva gente y nuevas esperanzas, lo que pasa es que tenemos una clase política tan inoperante, tan de carrera de partido y sin ningún tipo de experiencia en absolutamente nada más que en llenarse los bolsillos, que es normal que la gente esté desilusionada y pierda las ganas de protestar. A la gente que decide no votar porque piensa que si lo haces legitimas el sistema le diría: genial, no votes y sigue comprando en Amazon.

¿Cree que en otro país serían mucho más críticos con la subida de la luz o con los múltiples escándalos que rodean a la monarquía, por ejemplo?

La gente está desencantada y dada al bar y a Netflix. En los países europeos más neoliberales como Inglaterra, Alemania o Francia es donde más intervencionismo del Estado tienen de los servicios básicos, como es la luz. En España los socialistas siempre eran los intervencionistas, nos hemos creído que debíamos igualarnos a esos países que cultural e históricamente no tienen nada que ver con nosotros. Y de repente hemos hecho el idiota y hemos entregado los patrimonios más básicos de nuestra sociedad: la luz, el agua, la explotación de los servicios públicos… Todo por pensar que el modelo de gestión pública no era rentable. Mira lo que ha ocurrido con la Sanidad, que teníamos la mejor del mundo y, ¿ahora dónde está? Pues en fondos de inversión. Y sí que es rentable, pero vamos, que tampoco tiene que serlo porque es un derecho humano.

Después de haber alcanzado el número 2 y el número 4 en ventas con otros discos, ¿qué expectativas tienen para el nuevo que sale en 2022?

Creo que no hay que darle tanta importancia a las listas de ventas, para nosotros no es ninguna presión. No hay que dedicarle grandes esfuerzos a eso, hay que dedicarle esfuerzo a seguir funcionando bien para que siga haciendo ilusión ir a tocar. Si empiezas a perder esa ilusión, creo que ese será el momento de irse y de darse cuenta de que la fiesta en la que te lo estabas pasando bien es un after decrépito, como decíamos antes [ríe].

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