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Sobre este blog

Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia

Biopolrex: el potencial de los residuos agrícolas para producir bioplásticos

Laboratorio, proceso vinculado al proyecto Biopolrex

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Recursos abundantes y de poco valor añadido como la paja o de la pulpa de remolacha pueden llegar a tener una importante utilidad cuando hablamos de ciencia.

Marta Elena González Mosquera (Astorga, 1969 ) es catedrática titular del Departamento de Química Orgánica y Química Inorgánica Universidad de Alcalá de Henares. Es, junto a Gerardo Jiménez Pindado, responsable del Grupo de Investigación SOSCATCOM que está desarrollando el proyecto Biopolrex.

“Es un proyecto a tres años en el que estamos tratando de aprovechar residuos agrícolas que tienen muy poco valor añadido, para producir bioplásticos”. Lo realizan a través de procesos catalíticos que “permiten que el proceso químico sea más rápido y se utiliza menos energía”.

El proceso tiene varias fases. Por un lado, el Instituto de Biotecnología de León (INBIOTEC) es el encargado de convertir los residuos agrícolas en pequeñas unidades en forma de ladrillo que se remiten a la Universidad de Alcalá donde se transforman en bioplásticos.

Finalmente, el Instituto Tecnológico del Plástico de Valencia (AIMPLAS) será el encargado de producirlos a mayor escala. “También tienen experiencia en combinar este tipo de plásticos con otros más comerciales para modificar sus propiedades y más interacción con el mercado”, detalla Marta González.

“No hablamos de bolsas de plástico o de los plásticos que se destinan a fabricar ordenadores, por ejemplo”, matiza la investigadora. Este tipo de productos se utilizaría en recubrimientos como la pintura o adhesivos, que también llevan componentes plásticos. Además, pueden mezclarse con otros plásticos y mejorar su reciclabilidad.

El proyecto se inició en 2019 y todavía se encuentra en fase de laboratorio. “Estamos revisando las características de los plásticos que producimos, o los precursores de los plásticos, para controlar bien sus propiedades finales. La ciencia lleva su tiempo”.

Por eso, aunque quedará completado en tres años, el proceso de comercialización a mayor escala “quizá necesitase de un segundo proyecto”.

Un proyecto que se nutre del concepto de Economía Circular

Actualmente ya pueden encontrarse bioplásticos en el mercado como la polilactida (PLA). “Se usa bastante, sobre todo a nivel médico porque es poco tóxica o en plásticos de un solo uso que desaparecerán pronto”.

La novedad que se propone a través de Biopolrex radica en que “el material de partida son los residuos y por tanto entramos en el concepto de Economía Circular” y su “fortaleza”, añade la científica está en “combinar la parte del proceso microbiológico que permite convertir los residuos en sustancias que luego, ya en un proceso químico, se pueden transformar”.

Conseguir productos de uso común a partir de materiales de origen natural con un solo tipo de proceso, explica, “es muy complicado”. Por eso, se hace necesario combinar la parte biotecnológica con la parte química.

Trabajan con terpenos, un tipo de molécula de origen natural que tiene mucho potencial, y les aplican catalizadores. “El problema es que, con la diversidad en su composición, no se están utilizando tanto como debería. Tienen un gran potencial como producto de partida”.

Plásticos: no todos son iguales pero todos requieren un tratamiento correcto

Marta González Mosquera pide distinguir entre unos y otros tipos de plásticos. “Los plásticos tienen mala prensa, pero sin ellos nuestra calidad de vida sería llamativamente peor. Lo que debemos evitar son los de usar y tirar”.

Y es que, sostiene, “en la naturaleza no hay muchos materiales que ofrezcan sus prestaciones, pero eso sí, el plástico es un material a cuidar. No ha de ser de usar y tirar, sino algo que valoremos”, insiste.

Recuerda que cuando se habla de plásticos, la mayoría solo piensa en cuatro o cinco tipos de productos, pero “en Sanidad es esencial usarlos para mantener determinada higiene”. En su opinión, “eliminar ahora los plásticos es tener una visión poco realista”.

Entonces, ¿cómo compaginar el uso el plástico sin perjudicar al planeta? Esta experta química cree que “es importante que sean biodegradables, pero también fácilmente reciclables. Para eso, todos debemos tener en la cabeza que hay que reciclar, porque los que son biodegradables, lo son solo en determinadas condiciones”.

La catedrática explica que para que los plásticos sean biodegradables “hay que tratarlos correctamente. En mi opinión debería haber recogida selectiva distinta para los reciclables y los biodegradables. A estos últimos no vale con tirarlos por ahí”. En todo esto importa, dice, “la responsabilidad individual y conciencia ecológica, así como una buena información”. 

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