Los seis retos (urgentes) de la COP27

Se celebra la COP27 y desde la Universidad de Alcalá apuntan seis retos urgentes para afrontar el cambio climático y sus consecuencias.

“Cooperar o morir” fue la contundente frase que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, pronunció en la apertura de esta Conferencia de las Partes que anualmente se celebrar para desarrollar la Convención Marco sobre el Cambio Climático firmada en 1992 en Río de Janeiro. La cumbre se reúne este año en Sharm el-Sheikh (Egipto) hasta el próximo 18 de noviembre.

La profesora María Jesús Salado, del Departamento de Geología, Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá (UAH) analiza así las prioridades que debe marcarse esta cumbre, resumidas en seis retos inaplazables:

1. Riesgos sistémicos

En los primeros meses de este 2022, el sexto informe del grupo II del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) alerta de que “la salud, la vida y los medios de subsistencia de las personas, así como los bienes y las infraestructuras críticas, incluidos los sistemas de energía y transporte, se ven cada vez más afectados por los peligros de las olas de calor, las tormentas, las sequías y las inundaciones, así como por los cambios de evolución lenta, como la subida del nivel del mar”.

María Jesús Salado considera evidente que estos impactos, más extendidos y más graves de lo previsto en informes anteriores, serán factores significativos de “inestabilidad económica, social y política a todas las escalas” en un futuro próximo y “dificultarán enormemente” el avance de cualquiera de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Un reto por resolver es, por consiguiente, el abordaje sistémico de esos riesgos con múltiples facetas e interconexiones.

2. Reducción de emisiones y otras medidas de mitigación del cambio climático

En esta ocasión parece no esperarse una mejora significativa en los planes de recorte de emisiones de los países (NDC o contribuciones determinadas a nivel nacional) aunque los insuficientes compromisos actuales conducirían a un calentamiento de 2,4°C para finales de siglo.

Menos de 25 países han actualizado sus compromisos climáticos. Si esto concluye así, “debemos esperar al menos que se articulen las medidas para hacerlos efectivos. Precisamente, como no podía ser de otro modo, la mitigación del cambio climático es el primero de los objetivos de la presidencia de esta cumbre.

3. Adaptación al cambio climático

El segundo objetivo de la COP27, explica, está enfocado en la adaptación, sobre todo para los países en desarrollo. Busca asegurar inversiones en proyectos como la actualización de las infraestructuras hídricas o la mejora de la resiliencia agrícola y alimentaria. La adopción de medidas de adaptación efectivas “podría mejorar las perspectivas de crecimiento económico tanto en los países desarrollados como en los menos desarrollados”.

“Los compromisos firmados en Glasgow a este respecto aún están lejos de cumplirse; esta cumbre debería suponer un impulso a este punto crítico”.

4. Compensación de pérdidas y daños

Las finanzas y la colaboración también forman parte de la agenda de esta cumbre son. En realidad, constituyen los dos medios para avanzar en los dos retos anteriores, claves “para que la reunión tenga efectos reales en la lucha climática”.

En especial, urge poner a punto un marco que canalice recursos económicos desde los países con mayor responsabilidad histórica en la emisión de gases efecto invernadero hasta las regiones empobrecidas del Globo que sufren en mayor medida los efectos negativos de ese cambio climático.

“En esta llamada ”cumbre africana“ un reto clave, hasta ahora aplazado (artículo 8 del Acuerdo de París), es el de concretar el mecanismo de financiación para ayudar a los países a recuperarse de las pérdidas y daños relacionados con los impactos del cambio climáticoya acontecidos”.

5. Mecanismos de implantación

La profesora se une al amplio consenso que considera que es necesario pactar mecanismos efectivos que permitan alcanzar los objetivos definidos en cumbres anteriores y que permitan así abrir la posibilidad de asumir metas más exigentes que nos acerquen tanto a ese umbral de seguridad del 1,5°C de aumento máximo de temperatura media global “del que aún estamos lejos”, como a escenarios con avances significativos en medidas de adaptación en todo el planeta.

Los fenómenos meteorológicos extremos vividos en todas las latitudes en los últimos meses anticipan situaciones críticas que se multiplicarán en el futuro, “tanto más si entre todos no logramos limitar el calentamiento global a menos de 2ºC por encima del nivel preindustrial acordado en París (COP 21, 2015) y ratificado el año pasado en Glasgow (COP 26, 2021).

6. Contexto energético, económico y geopolítico

Como reflexión final, la profesora de la UAH considera que el contexto energético, económico y geopolítico actual (aumento de las desigualdades por la pandemia, importante peso en los presupuestos públicos de las medidas de respuesta tras la COVID-19, efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania o tensiones entre Estados Unidos y China) “no es el más favorable para avanzar en estos objetivos”.

“Pero no es menos claro que esos avances tanto en el ámbito de la mitigación como en el de la adaptación al cambio climático son perentorios, en todas las latitudes. El conocimiento científico no debe ser ignorado; tampoco las demandas de la sociedad. Reducir la brecha entre objetivos climáticos y acciones tangibles es la misión que tras esta cumbre deberemos asumir corresponsablemente y sin dilación ni subterfugio alguno gobiernos, sector privado y sociedad civil”, concluye.