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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

La investigación sobre los represaliados del franquismo en Toledo cifra en 783 las víctimas sin identificar en el cementerio

Fidel Manjavacas

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El proyecto de investigación que está desarrollando la Asociación Manuel Azaña para conocer con la mayor precisión posible cuántas personas represaliadas están enterradas en el cementerio de Toledo ha concluido su primera fase con este resultado provisional: hay 1.787 víctimas del franquismo enterradas en el camposanto, de las que 783 están todavía sin identificar.

“Están acreditadas fehacientemente con los distintos archivos, lo hemos revisado mil veces”, señala a este medio el presidente de la asociación, Isabelo Herreros, quien presentó junto a Ignacio Cabello, historiador y miembro de la asociación, y Juan José Pérez del Pino, concejal de Participación Ciudadana, los resultados de este trabajo que busca arrojar más luz sobre la memoria histórica.

Para determinar el número de represaliados en la ciudad durante los años 1936 y 1947 y ubicar sus restos, hasta ahora han podido cruzar los datos de los libros de Defunciones del Registro Civil, con los Libros de Defunciones del camposanto de la capital. Son, por tanto, cifras preliminares de un estudio en el que la Asociación Manuel Azaña colabora con el Ayuntamiento y ha recibido una ayuda convocada desde la Federación de Municipios y Provincias (FEMP).

La cifra, explican, se incrementará según puedan continuar trabajando con documentos del Archivo Histórico de Defensa, ubicado en Madrid, en el que se conservan los sumarios de todos los consejos de guerra que se celebraron en Toledo en aquellos años. En este sentido, Herreros subraya que pandemia ha dificultado el acceso y la consulta de los fondos del Archivo Histórico de Defensa, pues “no puedes pedir más de 8 expedientes al día y la sala de investigadores cuenta con un espacio reducido”.

Una base de datos pública o un mapa de las fosas

Para dar para dar continuidad y complementar de manera cualitativa el análisis nominativo inicial ya concluido, va a firmarse un segundo convenio -con financiación también a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática- que va a permitir seguir cruzando datos de los archivos y perfilar una base de datos que se hará pública para su consulta en la web municipal. También quieren elaborar un mapa de las fosas de las víctimas por tramos o patios del Cementerio municipal.

En el tiempo que se extienda este trabajo, afirma Herreros, además de continuar con la aportación de datos personales de las víctimas enterradas, quieren recoger fotos, documentos, objetos y relatos orales de los familiares de los mismas para “configurar lo más posible el perfil humano y personal” de cada una de las víctimas. La memoria justificativa de esta primera fase, un documento que aportaron a la FEMP en diciembre, estará colgada en la web de la Asociación Manuel Azaña.

Asimismo, se plantean editar una publicación que contenga todos los datos de la investigación para “aquellas personas que puedan estar interesadas, bien en lo personal, investigadores o en el aspecto histórico”. Pues se trata de un estudio que “parte casi de cero” a pesar de la ayuda que han tenido con “el fundamental” trabajo de José María Ruiz Alonso en 'La Guerra Civil en la Provincia de Toledo'.

Más víctimas

Isabelo Herreros considera que la cifra de víctimas del franquismo en la ciudad puede incrementarse en “500 o 600 personas más” de las que ya han conseguido verificar pues, por testimonios recogidos de la época o publicaciones de medios, saben que hubo inhumaciones en otras zonas de la ciudad. “Hay gente que se fusila en la zona del Alcázar que no consta que se haya enterrado en el cementerio”, apunta como ejemplo de la represión que hubo en la ciudad desde su ocupación por parte de las fuerzas del general Varela en septiembre de 1936. Aun así, ha recordado, el proyecto actual está centrado en el cementerio.

Aunque el estudio cifra las personas represaliadas durante los años 1936 y 1947, entre las víctimas indican que hay 212 inscripciones “fuera de plazo” que se fueron produciendo a lo largo de los años. Por ejemplo tras la aprobación de la ley 5/1979, sobre reconocimiento de pensiones y asistencia en favor de las viudas, hijos y demás familiares de los españoles fallecidos como consecuencia o con ocasión de la pasada guerra civil. De esta situación contabilizan a 95 víctimas más, dice Herreros.

Y entre los datos de las víctimas recopiladas entre 1939 y 1944, en la inmediata posguerra, se registran 360 víctimas que pasaron por consejos de guerra, “la represión institucionalizada”. También contabilizan otras 211 personas que murieron en prisión por distintas causas como “anemia, caquexia o hemorragias”. “Son producto de las condiciones horrorosas en las que se vivía en las cárceles y en los campos de trabajo”, remarca.

Para poder recopilar estas 1.787 víctimas, la Asociación Manuel Azaña ha trabajado en varios patios del camposanto toledano, siendo el más complejo el Patio 42, “el conocido como Patio del silencio o Patio de la Caridad”, ha dicho, en el que están inhumados más de 800 personas de la “represión más inmediata”. Pero también hay víctimas en el 17, el 19, el 31 y el 43, donde “en algunas fosas sería sencillo hacer exhumaciones”. Entre todas estas víctimas está, por ejemplo, Florencio Soto Martín, quien escondió una carta en su ropa antes de ser fusilado en Toledo.