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Orgullo castellanomanchego

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Este 28 de junio volvemos a celebrar el Orgullo LGTBI y en Castilla-La Mancha. Lo primero que quiero hacer es agradecer la lucha, trabajo y esfuerzo individual y colectivo que las activistas y el movimiento LGTBI han hecho históricamente en nuestra región. Quiero también poner en valor que las personas más jóvenes están haciendo realidad la revolución de liberarse de la normatividad heteropatriarcal, expresando su identidad de género y su sexualidad como la sienten. Normalmente juzgamos a la juventud poniendo sobre sus hombros la responsabilidad del cambio social que debemos repartir entre todas y todos, solemos además criticar su apatía e invisibilizar los avances que impulsan. En este ámbito su liberación y transformación social es enorme.

Este es además el primer Orgullo castellanomanchego en el que contamos con la autonómica Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, que ha entrado en vigor recientemente. Sin duda, se trata de un avance muy importante para la construcción de una región más tolerante, más igualitaria y más respetuosa con la diversidad sexual y de identidad de género. No queremos armarios de cemento ni de cristal para nadie –ahí está el ejemplo de María del Monte, que salió del armario el pasado jueves en el pregón del Orgullo de Sevilla–.

Cabe señalar que Castilla-La Mancha ha sido la penúltima región en aprobar su legislación LGTBI autonómica y, aunque nunca es tarde si la dicha es buena, desde Podemos Castilla-La Mancha creemos que habría que ampliar las limitaciones que tiene el texto en relación a los derechos de las personas trans y desarrollar la ley para que no se quede en papel mojado. Partimos del triunfo de la lucha de los colectivos y vamos a continuar acompañándoles para seguir consiguiendo mejoras y progresos en el camino de la plena libertad, inclusión e igualdad en todos los ámbitos. Esa plena igualdad se consigue, mediante los avances legislativos y la transformación y el avance de la sociedad.

Debemos valorar y agradecer la valentía de las personas LGTBI que en nuestra región se visibilizan con naturalidad y sin miedo en sus localidades, especialmente las rurales. A día de hoy, e incluso con los avances en derechos, libertad y progreso que estamos experimentado, no todas las personas pueden hacerlo y nadie debería verse en la obligación de irse de su pueblo solo por temor al rechazo. Por ello, nos sentimos en la obligación de poner freno a cualquier intento de volver a teñir de blanco y negro el horizonte multicolor que tantos años y esfuerzo nos ha costado conseguir. Debemos impedir la regresión y los discursos de odio, provengan de quien provengan: ya sea de políticos reaccionarios o de los obispos de nuestra región, que incluso se posicionan en contra del criterio del propio papa Francisco de no juzgar y amar por encima de ideologías o prejuicios.

Hay que reconocer que la forma en la que se ha puesto en marcha esta ley castellanomanchega puede considerarse una excepción única en la legislatura. No existen en estos tres años de legislatura de mayoría absoluta de Emiliano García-Page ninguna otra ley con participación de colectivos sociales, como en este caso con los colectivos LGTBI. Salvo esta ley, han sido 3 años de políticas regresivas de lo público, continuidad de los recortes sociales, privatizaciones, y destrucción ambiental de la época de Cospedal.

Desde Podemos Castilla-La Mancha nos sentimos partícipes del avance de esta legislación autonómica, tanto por las aportaciones que hemos hecho al proyecto de ley, algunas de ellas incluidas, y que por tanto la han mejorado, como sobre todo porque abrimos el debate público de la necesidad de esta ley como claro antecedente cuando presentamos junto a los colectivos LGTBI en 2019 la proposición de ley que no quisieron apoyar el resto de grupos la legislatura pasada. De haberse aprobado, las personas LGTBI hubieran ganado tres años de protección y una región más libre.

Nuestra ministra de Igualdad, Irene Montero, junto a la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Gobierno de España, Boti García Rodrigo, siguen junto a los colectivos y trabajando con distintas fuerzas políticas, entre las que se encuentra Podemos, para que se apruebe cuanto antes esta legislación trans y LGTBI de ámbito nacional.

Ayer lunes mismo volvió al Consejo de Ministros y esperamos que nada trunque su cada vez más próxima aprobación, tras casi nueve meses de injustificada espera. Y sí, es importante que quede clara nuestra postura, que en este punto es innegociable, sobre la necesidad de reconocer la autodeterminación de género, sin peros, sin matices y sin tutelas. Una vez que el Consejo de Ministros reciba el preceptivo informe del Consejo de Estado, creemos que será en cuestión de días, el texto se encaminará hacia las Cortes, donde los grupos parlamentarios podrán mejorarlo con sus aportaciones. Con seguridad, entre ellas, se tendrán en cuenta las reivindicaciones planteadas por la FELGTB para enriquecer y mejorar la ley en el periodo de enmiendas –esperamos que la presidencia de Carmen Calvo de la Comisión de Igualdad del Congreso no suponga en esta ocasión ningún escollo–.

El objetivo siempre tiene que ser el progreso y la mejora de la vida del día a día de la gente. Todavía recordamos la huelga de hambre que llegaron a iniciar docenas de activistas trans en marzo de 2021, entre las que se encuentra nuestra incansable e incombustible concejala de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Tórtola de Henares y activista trans Rafaella Corrales. Como dijo Irene Montero entonces, nos duele e indigna que haya personas trans que se vean obligadas a hacer una huelga de hambre para defender sus derechos.

Pero toda esa lucha, ese esfuerzo, ese compromiso de tantas personas durante tantísimo tiempo muy pronto se va a ver recompensado y va a tener un efecto en España y en Castilla-La Mancha ampliando los derechos trans más allá de la ley autonómica. Seguimos trabajando de la mano de los colectivos y activistas LGTBI por la no discriminación del colectivo en ningún ámbito público o privado, en erradicar el acoso LGTBIfóbico de los centros educativos, de las instituciones y de las calles. Cuesta, pero el amor acaba siendo más fuerte que el odio. Tenemos razones para sentir un profundo orgullo por todo lo que hemos conseguido y lo que estamos a unos pasos de alcanzar. Razones y sentimiento para proclamar y reivindicar nuestro Orgullo castellanomanchego de ser, sentir y vivir libremente en nuestra región.

Este 28 de junio volvemos a celebrar el Orgullo LGTBI y en Castilla-La Mancha. Lo primero que quiero hacer es agradecer la lucha, trabajo y esfuerzo individual y colectivo que las activistas y el movimiento LGTBI han hecho históricamente en nuestra región. Quiero también poner en valor que las personas más jóvenes están haciendo realidad la revolución de liberarse de la normatividad heteropatriarcal, expresando su identidad de género y su sexualidad como la sienten. Normalmente juzgamos a la juventud poniendo sobre sus hombros la responsabilidad del cambio social que debemos repartir entre todas y todos, solemos además criticar su apatía e invisibilizar los avances que impulsan. En este ámbito su liberación y transformación social es enorme.

Este es además el primer Orgullo castellanomanchego en el que contamos con la autonómica Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, que ha entrado en vigor recientemente. Sin duda, se trata de un avance muy importante para la construcción de una región más tolerante, más igualitaria y más respetuosa con la diversidad sexual y de identidad de género. No queremos armarios de cemento ni de cristal para nadie –ahí está el ejemplo de María del Monte, que salió del armario el pasado jueves en el pregón del Orgullo de Sevilla–.