A la ya complicada y tensionada situación que sufren los embalses de la cabecera del río Tajo debido al acueducto del trasvase al río Segura, se une ahora la llegada de nuevo del mejillón cebra, una especie invasora que provoca obstrucción de tuberías de agua potable y regadío, daños a embarcaciones y centrales hidroeléctricas, así como alteraciones en el ecosistema al competir con especies nativas.
No es la primera vez que sucede, ya que su presencia ya fue detectada también en febrero de 2023 en dos puntos del embalse de Entrepeñas. Asimismo, también ha estado presente en el embalse de Talave, ubicado en la localidad albaceteña de Liétor. Se trata de la presa que facilita el envío de agua desde el Tajo al Segura.
Su nueva llegada a los embalses la ha confirmado la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que ya ha mantenido una primera reunión con administraciones y usuarios afectados por la presencia de esta especie exótica invasora, con el objetivo de trasladar y poner en común las medidas de gestión y prevención adoptadas por el organismo de cuenca al respecto, en el ámbito de sus competencias.
Dichas medidas están destinadas, principalmente, a prevenir que la navegación actúe como“ uno de los posibles vectores de dispersión de larvas y ejemplares adultos de esta especie”.
Estas medidas se derivan de las campañas periódicas de muestreo para la detección precoz del mejillón cebra en la demarcación. En 2016, puso en marcha el Plan de Prevención y Actuación para el Control del Mejillón Cebra en la Demarcación Hidrográfica del Tajo, documento que recogía aspectos descriptivos de la biología y morfología de la especie, así como los mecanismos de prevención.
Cartelería y restricciones
Una de mas las medidas más relevantes ha sido la disposición de cartelería informativa de medidas preventivas para los usuarios en las masas de aguas con mayor número de usuarios, junto a la puesta a disposición de los ciudadanos, en 2018, de un servicio de estaciones móviles de desinfección en puntos estratégicos de la cuenca y de plataformas de limpieza fijas en algunos embalses (Entrepeñas).
Tras la primera detección de larvas, en julio de 2021, la Confederación Hidrográfica del Tajo reforzó y amplió el alcance de dichas medidas, así como la frecuencia y ámbito de los controles de seguimiento de la especie. Finalmente, en el año 2025, tras la constatación de la existencia de poblaciones de adultos se ha procedido a la puesta en marcha de medidas de gestión.
Esto afecta al control del uso de la navegación, es decir, restricciones, confinamiento y desinfección de embarcaciones; modificación de los formularios de declaraciones responsables; modificaciones en la gestión de eventos deportivos; así como una matriculación específica y el refuerzo en servicios de limpieza y desinfección. Se lleva a cabo tanto tanto en masas de agua ya afectadas como en las que estén riesgo con presencia de larvas en baja concentración.
Las nuevas medidas son las que se ha procedido a poner en común con administraciones y usuarios al objeto de conocer las propuestas, observaciones y sugerencias que dichos colectivos puedan aportar al respecto para la mejor gestión de esta “compleja circunstancia”.
Todas las actuaciones se enmarcan en la Estrategia Nacional para el Control del Mejillón Cebra, realizado en 2007, y que fija estrategias de conservación y criterios orientadores al respecto, si bien, de acuerdo a sus competencias, la CHT únicamente puede actuar en el control del uso de la navegación, “siendo imprescindible que las actuaciones de este organismo de cuenca estén coordinadas y acompañadas por las medidas que corresponde iniciar a la autoridad autonómica ambiental”.
A este respecto, fuentes de la Consejería de Desarrollo Sostenible han precisado a elDiario.es Castilla-La Mancha que en estos momentos, desde la dirección general de Medio Natural y Biodiversidad se está trabajando en una estrategia para especies invasoras que incluye al mejillón cebra entre las mismas.
“En la actual coyuntura las actuaciones son complicadas dado el carácter acuático de la especie, salvo limitar su propagación que es lo que está haciendo precisamente la CHT. Una vez que el mejillón cebra coloniza una masa de agua es difícil de tratar”, apuntan las citadas fuentes.
Por ello, considera la Consejería que son fundamentales las actuaciones preventivas como extremar la limpieza en el caso de los utensilios de pesca o de los vehículos navegables que pudieran estar en contacto con la especie, así como las medidas restrictivas al movimiento de los mismos que ya está realizando la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Procedencia y extensión
El mejillón cebra es una especie originaria de las aguas del mar Negro y Caspio desde donde se extendió, a partir el siglo XIX, por Europa central, debido fundamentalmente a la navegación por la amplia red de ríos y canales. Durante los años ochenta del siglo XX comienza su invasión de amplias áreas de América del Norte identificándose el transporte marítimo de mercancías como vector más importante de introducción.
Las primeras poblaciones en España se detectaron en los años 80 del siglo XX en la cuenca del río Llobregat, pero la riada de 1983 destruyó la incipiente población. Las primeras poblaciones estables del mejillón cebra se detectaron en julio de 2001 en la cuenca del río Ebro, en el meandro de Flix. Los estudios posteriores confirmaron su presencia en Flix y Ribarroja.
Es un molusco bivalvo que puede alcanzar unos tres centímetros de longitud (generalmente es más pequeño) y con un aspecto similar a los mejillones marinos. Suele vivir unos tres años. En el momento en que se introduce con éxito el mejillón cebra, y teniendo en cuenta los antecedentes de otros lugares del mundo, existe “un grave riesgo ambiental” con impactos directos e indirectos en los hábitats y en infraestructuras hidráulicas.