Mucho se ha hablado estos años de las pocas posibilidades de la España vaciada. Hoy queremos dar a conocer un nuevo proyecto que desafía esa realidad. La Bercianita, un proyecto que mira a la tierra —y a quienes la trabajan— para reactivar el tejido productivo local con una propuesta firme: generar valor añadido en origen y dejar atrás el modelo de vender a granel la materia prima. Es una apuesta clara y decidida por su comarca.
La Bercianita plantea un negocio con presente y, sobre todo, con futuro. Su objetivo es transformar los productos emblemáticos de la huerta y los montes bercianos en una línea con proyección nacional e internacional, defendiendo la calidad artesanal en un mercado cada vez más estandarizado, apoyándose en la exquisita materia prima de esta tierra. El enfoque es claro: industrialización agroalimentaria sostenible, empleo de calidad y ligado al territorio.
Al frente del proyecto se encuentra Antonio Espejo, cuya trayectoria profesional parece, a primera vista, alejada de los ritmos del campo. Tras casi una década en el sector de la consultoría estratégica y la inteligencia artificial ha realizado una apuesta empresarial en el sector agroalimentario pensada y trabajada que se apoya en un equipo arraigado en la comarca que conoce profundamente el terreno y el sector.
“Veía un potencial enorme y, en cierto modo, desaprovechado”, afirma Antonio Espejo. “El Bierzo cuenta con una materia prima de una calidad excepcional, reconocida por sellos de calidad, un saber hacer que es un tesoro cultural y una historia que contar. El desafío es crear un modelo económico del siglo XXI que articule una industria de transformación agroalimentaria potente aquí mismo. El valor añadido debe generarse y quedarse en la comarca, creando oportunidades que vayan más allá del sector primario”.
Escala y empleo local
La Bercianita gestiona ya la mayor explotación de pimiento del Bierzo, con más de 60 toneladas recolectadas en esta campaña, y sostiene acuerdos con varios productores locales.
El proyecto pone un énfasis especial en el papel de las mujeres, depositarias históricas de recetas y técnicas de conserva que han dado fama a la gastronomía berciana. “Venimos a impulsar y poner en valor un conocimiento que ya existe, que atesoran nuestros mayores y que no queremos que se pierda. Queremos una estructura que genere empleo de calidad y haga atractivo el relevo generacional en el campo y en la industria agroalimentaria”, explica Espejo.
Calidad artesanal como argumento
El catálogo de La Bercianita es un mapa de los sabores de la comarca. El pimiento acogido a la IGP Pimiento Asado del Bierzo se elabora con el método tradicional de asado y pelado a mano. Es un proceso lento y elaborado, pero constituye su principal valor diferencial. “No pretendemos que se consuma solo un pimiento, sino un proceso, una tradición y un sabor que no se pueden replicar de otra manera”, sostiene el CEO de La Bercianita.
La misma lógica guía otros productos —castañas, mermeladas y conservas—, con selección rigurosa de materia prima y procesado mínimo para respetar las cualidades organolépticas.
Sostenibilidad que cuida el territorio
La Bercianita integra prácticas de agricultura responsable, economía circular y proximidad: prioriza proveedores locales, minimiza desperdicios y trabaja para retener en El Bierzo la mayor parte del valor de cada eslabón —desde la finca hasta el etiquetado—. Esta actividad tiene, además, un impacto que va más allá de la cuenta de resultados: trabajar la tierra y el monte reduce el riesgo de incendios al mantener un paisaje en mosaico y un manejo activo de los recursos.
“Para muchos de nosotros fue muy doloroso ver arder miles de hectáreas este verano”, declara Espejo, subrayando la importancia de la gestión activa del territorio.
El horizonte es un Bierzo vivo y con futuro, capaz de generar empleo en agricultura, industria de transformación, logística, marketing e I+D+i, y de fijar población con oportunidades reales. Para garantizar esa promesa de autenticidad, la transparencia es un pilar fundamental. “No basta con decir que algo es auténtico, tienes que poder demostrarlo”, señala Antonio Espejo.
La trazabilidad y el conocimiento del origen del producto son una exigencia del nuevo consumidor y una garantía del compromiso del proyecto con la calidad y el territorio.
Más que una iniciativa empresarial, La Bercianita se plantea como un modelo de éxito en cuanto al desarrollo territorial: uno que no renuncia a su identidad, sino que la convierte en su principal activo. El objetivo es que El Bierzo suene no solo por su pasado y su patrimonio, sino como sinónimo de desarrollo, calidad e innovación.
Para conocer más detalles y estar al tanto de las novedades de La Bercianita podéis visitar su web en www.labercianita.com.