El Servicio de Protección de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga a cuatro personas por la muerte de un total de 49 aves protegidas que han muerto electrocutadas en tendidos eléctricos situados en el norte de la provincia de Ávila.
Entre las aves muertas figuran ejemplares de águila imperial y milano real, según ha informado en nota de prensa la Guardia Civil, que investiga a los titulares de las líneas eléctricas, ya que “no habían sido adaptadas a la normativa de protección de la avifauna”.
Se les considera presuntos autores de delitos contra los recursos naturales y el medioambiente, así como contra la flora y fauna y contra los animales, a raíz de la localización de 49 aves protegidas muertas por electrocución y colisión en tendidos eléctricos situados en la comarca abulense de La Moraña.
La investigación se inició en octubre de 2024, cuando agentes medioambientales de la comarca forestal de Arévalo (Ávila) informaron de la existencia de tendidos eléctricos aéreos en el vecino término municipal de Madrigal de las Altas Torres, que estaban causando “una elevada mortandad de avifauna”.
Sin embargo, a pesar de las advertencias y requerimientos administrativos, las líneas “no habían sido adecuadas a la normativa sectorial vigente”, los que hacía que el riesgo para las aves continuara.
Así, durante las investigaciones, se conoció la localización de 42 animales muertos bajo dichos tendidos eléctricos en los últimos cuatro años, siendo recogidos y remitidos al Centro de Recuperación de Animales Silvestres (C.R.A.S.) de Valladolid, para determinar las causas de la muerte.
El estudio de la zona permitió certificar que las líneas eléctricas discurren por terrenos incluidos en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) “Tierra de Campiñas”, catalogada con una sensibilidad ambiental “muy alta” para aves esteparias y planeadoras.
Además, se trata de una Zona de Distribución de Especies Amenazadas, Zona de Riesgo de Electrocución de Aves -muy alto- y Zona de Protección para la Avifauna contra la Colisión y la Electrocución de Líneas Eléctricas de Alta Tensión en Castilla y León.
En colaboración de la Junta de Castilla y León, a través de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente y de Industria, Comercio y Economía, se incorporaron a las diligencias los expedientes administrativos existentes, que incluyeron los resultados de las necropsias realizadas a los ejemplares, así como la identidad de los titulares responsables de las líneas eléctricas.
Los informes de necropsia determinaron que la causa principal de las muertes fue “la electrocución, siendo la colisión la causa restante”, según la Guardia Civil, que señala cómo los agentes del Seprona realizaron posteriormente inspecciones técnico-oculares de las líneas eléctricas, verificando su estado y el grado de cumplimiento de la normativa.
En dichas inspecciones fueron localizados otros siete ejemplares electrocutados, lo que elevó hasta 49 las aves muertas.
Las inspecciones demostraron que, mientras algunas líneas habían sido corregidas y adecuadas, otras continuaban presentando riesgo de electrocución, al no haberse llevado a cabo las medidas de protección exigidas por la administración.
Además, bajo algunos de esos tendidos se hallaron más cadáveres de aves protegidas, como el águila imperial ibérica o el milano real, especies que utilizan las torretas eléctricas como puntos de descanso o caza.
La Guardia Civil ha incidido en “el grave daño medioambiental” causado por la falta de adecuación de estas infraestructuras eléctricas, y recuerda a los titulares de líneas eléctricas su “obligación legal de mantener y adaptar las instalaciones para evitar la electrocución y colisión de aves, conforme a la normativa vigente en materia de protección de la avifauna”.