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AUDIOS

El juez de la trama rusa del procés, sobre Puigdemont: “Se marchó en el maletero del coche”

Puigdemont, en el hemiciclo del Europarlamento

Oriol Solé Altimira

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“Como le entró pánico al final hizo la DUI, que la suspendió, y se marchó en el maletero del coche”. Así se expresó el juez que investiga la supuesta trama rusa del procés, Joaquín Aguirre, sobre Carles Puigdemont en el interrogatorio del exsecretario de relaciones internacionales de Convergència Víctor Terradellas, tejedor de los contactos rusos del entonces president en los días más críticos del otoño soberanista de 2017.

Las palabras del juez han provocado el enfado del ahora eurodiputado de Junts. Aunque no está personado en la causa, la defensa del expresident, que ejerce el penalista Gonzalo Boye, se ha dirigido al juez en un escrito en el que le pregunta si está investigado y reclama al instructor “que se abstenga de continuar realizando cualquier tipo de comentarios insultantes y despectivos y que son incompatibles con la función jurisdiccional, la debida imparcialidad, el decoro y el respeto entre instituciones”. Consultado por elDiario.es, el juez Aguirre ha negado cualquier voluntad de menosprecio al expresident.

Como casi todo lo referente al procés, el diálogo entre el juez Aguirre y Terradellas precisa de contexto. Tras casi dos horas de preguntas sobre los supuestos emisarios del Kremlin que se reunieron con Puigdemont antes de la declaración de independencia fallida de 2017, el juez menciona un audio encontrado en el móvil de Terradellas de una conversación de mayo de 2018 con el exconseller de ERC y miembro del sanedrín de dirigentes del 1-O, Xavier Vendrell, también investigado en el caso Voloh.

En esa charla con Vendrell, Terradellas criticó a Puigdemont por haberse “cagado en las bragas” [cagat a les calces, en la expresión popular original catalana] y haber rechazado la oferta de 10.000 soldados rusos de los supuestos emisarios del Kremlin que había traído hasta las dependencias del Palau de la Generalitat antes de la DUI. Pero no hay ninguna referencia a un maletero o al espacio del coche en el que Puigdemont se marchó de España. El expresident siempre ha negado que se fuese en el maletero de un vehículo.

El juez Aguirre le pregunta a Terradellas qué quería decir con la expresión “cagarse en las bragas”. Terradellas responde: “En un lenguaje coloquial puedo decir que [Puigdemont] se cagó en las bragas, en un lenguaje que creo que aquí no es adecuado y que tiene que ser más correcto pues digo que mostró una incredulidad absoluta”.

A continuación, el juez Aguirre pasa a comentar el alcance, significado y traducción aproximada de la expresión. Sin hacer referencia explícita a Puigdemont, el instructor explica que un amigo suyo le ha dicho que la frase hecha es “especialmente humillante” cuando se refiere a un hombre porque implica que alguien es “débil” y “cobarde”.

El diálogo de instructor e investigado prosigue –Terradellas recalca que Puigdemont no rechazó de plano la oferta rusa sobre criptomonedas– para al final volver a la frase hecha. El juez realiza su interpretación de la misma: “¿Le entró pánico? Este es el origen más o menos. Si uno quiere hablar fino traduce esa expresión en vez de 'se cagó en las bragas' por 'le entró pánico', y como a uno le entra pánico, se 'escagarrina', ¿no? Pues ya está”.

Terradellas da la razón al juez, y Aguirre prosigue. “Y como le entró pánico al final hizo la DUI, que la suspendió, y no se sabía qué hizo y se marchó en el maletero del coche”. Terradellas matiza que la suspensión de la declaración de independencia no fue el 27 de octubre, sino el 10 del mismo mes. Y el juez concluye: “Al final el señor se marchó en el maletero del coche supongo porque continuaría en estado de pánico. Y ya desde Bruselas se sintió más seguro y continuó con los 'bitcoins'”.

Ninguna de las partes de la causa puso objeción alguna al lenguaje en el que desembocó el interrogatorio de Terradellas. Es más, incluso se escuchan algunas risas en la sala.

En una intervención posterior, el fiscal anticorrupción Fernando Maldonado sí puso de manifiesto que preguntar a Terradellas sobre el audio con Vendrell “bordeaba la indefensión” del exconseller de ERC, ya que ese audio forma parte de otra pieza del caso Voloh, pero no está incluida en la de la Diputación de Barcelona en la que formalmente está imputado Terradellas. El juez dio la razón al fiscal.

Reacción de Puigdemont

Tras conocer el diálogo entre juez e investigado, la defensa de Puigdemont ha arremetido contra el instructor por el lenguaje empleado. En su escrito, el expresident pide en primer lugar que le comunique si está formalmente investigado en la causa, habida cuenta de que buena parte del interrogatorio se centró en la reacción de Puigdemont a las ofertas rusas. Cabe recordar que, como eurodiputado, para investigar al expresident el juez debería mandar un suplicatorio al Parlamento Europeo. La institución comunitaria también investiga los contactos rusos.

El escrito de Puigdemont se registró este jueves en el juzgado, más de dos semanas después de la declaración de Terradellas y solo 48 horas después de otra comparecencia ante el juez de uno de los protagonistas de la supuesta trama rusa del procés, el empresario Aleksander Dmitrenko. Este pasado martes también declaró la exdirectora general de coordinación interdepartamental Elsa Artadi, del núcleo de confianza de Puigdemont durante su presidencia y que asistió junto al entonces president a una reunión con los contactos rusos de Terradellas.

Según reconoció Artadi ante el juez, fue Puigdemont quien, entre los días 21 y 24 de octubre de 2017, le encargó que acudiera a una reunión en el hotel Colón de Barcelona organizada por Terradellas para hablar de criptomonedas. Al encuentro asistió un supuesto emisario del Kremlin y un catalán con vínculos con Rusia, que le preguntaron cuáles eran las intenciones de la Generalitat en materia de criptomonedas, a lo que ella respondió que “ninguna”. La testigo recalcó que Puigdemont no ordenó “hacer seguimiento” de la misma.

Por su lado, Dmitrenko confirmó las reuniones de la segunda fase de los contactos rusos de dirigentes independentistas. Ocurrieron en 2019 y, en esta ocasión, el protagonista fue el jefe de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, quien en una entrevista en elDiario.es confirmó varias reuniones pero rechazó que buscaran el apoyo ruso a la secesión. Ante el juez Dmitrenko concluyó: “Rusia iba con España”.

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