Los primeros focos de Dermatosis Nodular en España obligan a sacrificar 400 vacas y a vacunar a casi 100.000

Los primeros contagios por Dermatosis Nodular Contagiosa en España, en la provincia de Girona, han puesto en alerta a los ganaderos y han obligado a la Generalitat a ordenar el sacrificio de unas 400 vacas y terneros a vacunar a casi 100.000. El conseller de Agricultura de la Generalitat, Òscar Ordeig, ha anunciado cuatro millones en ayudas a las explotaciones afectadas, pero desde el sector se quejan que la reacción llega tarde, después de un verano en que el virus se ha propagado con facilidad por Italia y sobre todo en Francia. 

A pocos kilómetros de Francia se encuentran las tres granjas gerundenses afectadas, dos de ellas localidades de Castelló d’Empúries y Peralada, donde se han tenido que dar muerte a 123 y 270 animales, respectivamente. El tercer foco, cuya ubicación está dentro del mismo radio, se ha confirmado este miércoles.

Desde la Generalitat han preparado un operativo para vacunar a decenas de miles de vacas desde este mismo miércoles, pero finalmente han reconocido que no podrán comenzar hasta el jueves porque no han llegado los viales desde Francia. La intención es vacunar “día y noche” a todas las vacas de leche y de carne a un primer radio de 20 kilómetros, para después alcanzar los 50 kilómetros, que incluyen 700 granjas y las mencionadas 93.000 reses.

La Dermatosis Nodular Contagiosa es altamente contagiosa entre las vacas, aunque no se contagia a humanos. No supone ningún riesgo para la salud humana, según detalla el Govern, ni siquiera en el consumo de carne, leche o derivados. El principal problema de su expansión es el perjuicio económico para el sector, puesto que sus síntomas provocan pérdida de peso y baja producción de leche entre los animales, además de abortos e infertilidad.

“La enfermedad se extiende de forma lenta, pero no tiene freno si no se genera una barrera inmunitaria. Los animales están al aire libre y los insectos pueden trasladar la infección de una granja a otra que puede estar a cinco kilómetros”, advertía a la agencia ACN Mariano Domingo, catedrático de sanidad animal de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y miembro del consejo científico del Colegio de Veterinarios de Barcelona. 

De ahí la reacción de Agricultura. Ordeig ha explicado que ya hay personal del Departamento preparado para trasladar los viales que lleguen de Francia hasta la comarca del Alt Empordà para que se puedan empezar a inyectarlos a vacas y terneras tan pronto como sea posible. El conseller ha explicado que la vacunación se realizará simultáneamente en dos oleadas: unos equipos partirán desde las explotaciones infectadas (en Castelló d'Empúries y en Peralada) hacia afuera; y los otros se situarán justo en el extremo de estos 20 kilómetros e irán avanzando por las granjas que haya adentro.

“Trabajaremos día y noche para intentar vacunar lo más rápido posible”, ha subrayado Ordeig, que ha recordado que la inmunización contra la DNC no es inmediata y tarda unos días en ser efectiva. El conseller ha argumentado que este criterio responde a las indicaciones del equipo científico del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA).

Quejas de los ganaderos

Los propietarios de las explotaciones ganaderas de la zona le recriminan al conseller no haber reaccionado con mayor antelación, teniendo en cuenta que en Francia hay detectados 67 focos. También se oponen a sacrificasr el ganado y piden priorizar su inmunización.

Uno de los ganaderos cercanos al foco, Jordi Cros, recalcaba a la agencia ACN que matar al rebaño supone estar meses sin ingresos y perder una genética que se ha ido mejorando con cada generación, sumado a que es muy difícil reponer a los animales. En este sentido, otro campesino, Joan Dalmau, admitía que cerrará si tiene que sacrificar al ganado.

“Muy nerviosos”, “preocupados”, “con mucha incertidumbre”, “no podemos dormir ni apenas comer”. Con estas palabras definían cómo están viviendo el brote de Dermatosis Nodular Contagiosa que se ha detectado en el Alt Empordà. 

Los ganaderos explican que han extremado las medidas para intentar detener el contagio. Uno de los campesinos de Castelló d'Empúries, Joan Dalmau indicaba que cada día desinfectan las instalaciones, aplican un insecticida y revisan todas las vacas. Porque el virus se contagia por contacto directo y a través de moscas, tábacos y mosquitos.

Una nueva rutina diaria que también han adoptado otros ganaderos de la zona como Pol Mont, de Palau-Saverdera. “Hemos anulado todas las visitas de comerciales, o si vienen a llevar pienso o cualquier producto, debemos desinfectar y desinsectar”, afirmaba. 

Pese a las medidas de prevención, todos sufren por si alguno de sus animales acaba contagiado. “Ayer no cené, duermo a ratos contados, porque vives con el miedo en el cuerpo. Ves que el trabajo de cuatro generaciones, de repente, por gente negligente y una gestión deficiente se está a punto de ir a pique”, reconoce. Y Pol Mont admite que si les sale un positivo “básicamente es una ruina”.