El triple fraude del vino, la estafa de una familia que vendió millones de botellas con denominación de origen falsa

Todo empezó con un control rutinario días antes del confinamiento en un lineal de un supermercado de Falset (Tarragona), una de las mecas del vino en Catalunya. Allí descubrieron que las etiquetas de la Denominación de Origen (DO) Montsant de varias botellas eran falsas, según recuerda su presidenta, Pilar Just. Las alertas se multiplicaron en decenas de supermercados, hasta alcanzar una causa penal que investiga una de las mayores estafas en el sector del vino de la historia de España. Las botellas fraudulentas se cuentan, como mínimo, en 15 millones.

La Justicia tiene el foco sobre el grupo Reserva de la Tierra como presunto responsable de un triple fraude vinícola: no solo se habrían falsificado tanto los certificados como los análisis de calidad de cuatro Denominaciones de Origen catalanas, sino que además la empresa habría vendido vinos de baja calidad como gran reserva. Las más afectadas son las DO Terra Alta y Priorat, seguidas de las del Montsant y la de Tarragona.

Ahora en el Priorat muchos constatan que el crecimiento exponencial de Reserva de la Tierra en los últimos años tenía truco. Un truco que ha derivado en un cóctel de tipos penales: el juez de Reus Diego Álvarez de Juan investiga a seis responsables del grupo –el presidente Felipe G., su mujer y su hermana, entre ellos– por delitos contra la propiedad industrial, estafa, publicidad engañosa y falsedad documental y de certificados. El magistrado ha citado a los imputados para finales de septiembre.

Este diario ha intentado sin éxito recabar la versión del grupo Reserva de la Tierra, que recientemente se ha declarado en concurso de acreedores y ha sido adquirido por el fondo de capital riesgo Sherpa Capital. Tras estallar el caso en octubre del año pasado, el grupo se defendió atacando a las Denominaciones de Origen denunciantes por “proteger” a algunas bodegas.

El auto del magistrado, sin embargo, resalta que la investigación ha hallado “claros indicios, no meras conjeturas” contra Reserva de la Tierra. Para empezar, en la entrada y registro a las instalaciones de la empresa se intervinieron 752.000 botellas de vino fraudulento y 3,2 millones de distintivos de garantía falsos. El juez paralizó la venta de las 18 marcas de vino del grupo.

El análisis de los Mossos d'Esquadra se ha centrado en supermercados catalanes, pero se sospecha que las botellas de vino fraudulentas llegaron a los lineales de toda España e incluso del extranjero, habida cuenta de la gran actividad exportadora del grupo, que comercializaba sus vinos en EE. UU. y China.

“No podíamos imaginar que la magnitud de la tragedia fuera tan grande”, admite Just, que no obstante celebra que el consumidor haya mantenido la confianza en los vinos de las DO afectadas que sí hacen bien su trabajo. Con el paso del tiempo, Just reflexiona y constata que el crecimiento exponencial de Reserva de la Tierra –llegó a figurar en el 'top 10' español rozando los 100 millones de facturación en 2019– era “inhabitual” en un sector tan complicado y con unos márgenes tan ajustados como es el vinícola.

“Era una especie de milagro económico que no era normal”, apostilla Just, quien confía en que la estafa sirva para que el consumidor se dé cuenta de que es “imposible” comprar vinos de calidad a tres o cuatro euros. “Nadie da duros a cuatro pesetas, más en un sector donde el precio de la uva es alto y con los rendimientos por hectárea que tenemos”, asevera Just.

Según los cálculos de los Mossos d'Esquadra, las ventas de vinos fraudulentos de las DO estafadas equivalen aproximadamente a un 50% del total de vinos comercializados por Reserva de la Tierra, lo que supone entre 15 y 17,5 millones de botellas al año. Traducido a euros, entre 2019 y 2021 el fraude se estima en alrededor de 25 millones de euros.

La mecánica del fraude

La resolución del instructor, tras una minuciosa investigación de los Mossos d'Esquadra, detalla la mecánica con la que Reserva de la Tierra consiguió comercializar su “vino fraudulento”. El fraude, según describe el juez, era triple: vino vendido como si fuera de una de las cuatro DO afectadas, pero que en realidad no provenía ni del Montsant ni del resto de viñedos catalanes, por lo que no estaba sometido al control de calidad de los Consejos Reguladores; botellas comercializadas con indicaciones de envejecimiento –crianza, reserva o gran reserva– falsas; y vino vendido con características de calidad y premios que no eran tales.

Cada una de las empresas del grupo, continúa el juez, tenía un papel en el fraude: bien embotellando, bien comercializando los vinos fraudulentos. El instructor también expone las acciones de las distintas empresas de Reserva de la Tierra “para dar apariencia de legalidad” al fraude: una de las ellas registraba las marcas propias en los Consejos Reguladores de las DO y solicitaba las etiquetas de calidad pero, en paralelo, otra marca del grupo encargaba a una empresa murciana que imprimiera pegatinas que imitaran “con bastante precisión” el diseño de los distintivos de calidad de las DO catalanas.

También se han localizado casos de vinos etiquetados como si fueran de una DO, pero con marcas no notificadas a los Consejos Reguladores. En especial, en botellas dedicadas a la exportación, donde las posibilidades de control “son menores”, abunda el instructor. Se da la circunstancia que en correos internos interceptados se han localizado cisternas externas de alquiler que el grupo tenía en Albacete y Cuenca.

Respecto al fraude sobre las indicaciones de envejecimiento, el juez constata que miles de botellas fueron presentadas al consumidor empleando las categorías de crianza, reserva y gran reserva sin respetar los tiempos de envejecimiento en botella y barrica necesarios. Remarca el juez que la empresa no solo engañaba al consumidor y a las DO afectadas, sino también a las cadenas de supermercados como LIDL, Mercadona o Consum que comercializaban el producto sin saber que era falso.

Es más: la investigación ha destapado que uno de los supermercados envió correos en 2020 y 2021 a Reserva de la Tierra quejándose de que varias remesas de vino estaban picadas y agrias, hasta el punto de que el grupo propuso destruir un lote entero de tres marcas. En otra cadena de correos, incluso se propone vaciar botellas de vino sin alcohol, añadir desinfectante y volverlas a embotellar.

El juez también ha interceptado correos internos en los que una de las directivas imputadas traslada a diferentes departamentos las medidas a tomar ante una inspección de un Consejo Regulador: ocultar el almacén principal “como si fuera otra empresa”, evitar enseñar los envíos a LIDL, trasladar los de Mercadona a otra nave y ocultar referencias y cajas y etiquetas, así como no embotellar producto DO Tarragona, Terra Alta y Catalunya. En suma, el juez ha obtenido un alud de indicios sobre el fraude del vino así como las instrucciones de Reserva de la Tierra para intentar ocultarlo.