La Guardia Civil investiga la denuncia por la supuesta muerte violenta de un hombre de 47 años en Benejúzar (Alicante), tras ser detenido por dos agentes de la Policía Local, según una información adelantada por El País. El fallecido ingresó en coma en el Hospital de la Vega Baja y murió tres días después, después de que, según la denuncia presentada por su hijo, una de las policías le colocara la rodilla sobre el cuello durante varios minutos durante el forcejeo.
La denuncia fue presentada por el hijo del fallecido, de 17 años, en el puesto de la Guardia Civil de Jacarilla, y está siendo investigada por la Policía Judicial del cuartel de Almoradí. El joven asegura que su padre, que padeció un ataque de ansiedad en la madrugada del 13 de julio, acudió al retén de la Policía Local pidiendo ayuda médica, pero las dos agentes se la negaron aludiendo a sus antecedentes por consumo de drogas.
El hombre, que trabajaba como DJ en un local de Cox, intentó pedir auxilio a un familiar sin éxito y se dirigió a pie hacia el Hospital Vega Baja, seguido por su hijo y por el coche patrulla. Durante el trayecto pidió ayuda a varios conductores. Fue entonces cuando, siempre según la denuncia, las policías descendieron del vehículo para detenerlo y en el forcejeo una de ellas le inmovilizó con la rodilla en el cuello durante cinco minutos, lo que le provocó la pérdida de respiración.
El hijo relata que, tras percatarse de que no respiraba, las agentes intentaron reanimarlo hasta la llegada de una ambulancia, que lo trasladó al hospital, donde falleció tres días más tarde.
La autopsia revela que el fallecido presentaba lesiones en la cabeza, extremidades y zona dorsal, y dio positivo en cocaína, anfetaminas y otras sustancias. Los forenses concluyen que se trata de una muerte violenta desencadenada por el forcejeo durante la detención, la agitación severa y el consumo de drogas.