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Escèniques LGTBI, cinco espectáculos para “cobijar” la disidencia

Una imagen de la obra 'Los planes de Dios', de la compañía Viviseccionados.

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La sala Carme Teatre abre su XXVII temporada este jueves 2 de septiembre con la quinta edición de Escèniques LGTBI, un ciclo compuesto por cinco propuestas de artes vivas que se suben al escenario para repensar las identidades de género normativas desde una perspectiva liberadora. El gestor cultural Raúl Lago destaca que se trata de uno de los pilares fundamentales de la sala, que también incluye en su programación el Festival de Poesía de València Vociferio, el Ciclo Menuts, el Ciclo Carme Dansa o las residencias de creación artistica.

El ciclo Escèniques LGTBI está formado por cinco piezas “excepcionales”, que aúnan diferentes artes, desde la palabra escrita o el audiovisual hasta el más feroz movimiento de la danza, acompañados en alguna ocasión por la música en directo, y cuyos relatos encajan “perfectamente” con los criterios de la sala. “Hay muchas situaciones que pueden ser problemáticas para la sociedad o quedar al margen, o más bien plantear temáticas que la sociedad no tiene asumidas. Nos interesa cobijar este tipo de obras y a los creadores y creadoras que reflexionan sobre esto encima de un escenario, que no deja de ser una extensión más de la vida misma”, expresa el gestor cultural.

La programación del ciclo arranca con el estreno absoluto de Nus-altres possibles (2, 3, 4 y 5 de septiembre), una pieza firmada por Javier J. Hedrosa que se presenta como “un puzzle que parte del lenguaje coreográfico sobre el cual opera el lenguaje verbal”. La obra plantea “un collage de diferentes referencias, desde las más cotidianas a algunas icónicas extraídas de la cultura pop, a través de las cuales difumina y expande nuestro imaginario colectivo alrededor del cuerpo, la imagen, la materialidad y el sonido, produciendo desviaciones y resignificaciones sobre la identidad”. Una “cascada de identidades” interpretada por Javier J. Hedrosa, Julia Irango, Maria Tamarit y Cristina Martí. Las cuatro jugarán dentro del espacio sonoro creado por Martí Guillem, también en escena.

Nus-altres possibles, la representante valenciana, dará paso a Onírico (9 y 10 de septiembre) de la compañía queer Eyas Dance Project. Esta pieza fue segundo premio en la categoría 'Performance' en el 23º Internationales Solo Tanz Theater Festival de Stuttgart. En esta ocasión, la obra crea un ambiente “ilusorio que transciende a la imaginación”, fruto de la investigación del silencio coreográfico, la distorsión del tiempo y la fantasía. Una compañía madrileña, que recientemente se ha trasladado a València.

Por su parte, en el estreno de Lo raro es que bailar sea raro (11 y 12 de spetiembre), del colectivo Vacaburra, la creadora gallega Andrea Quintana muestra el movimiento como “un acto de libertad, como una amenaza a los modos de estar hegemónicos”. La coreógrafa es habitual en los elencos del Premio Nacional de Danza Daniel Abreu, la Premio Nacional de Danza Carmen Werner o creadores como Igor Calonge, Ruth Balbis y Alberto Cortés.

El siguiente turno es para la compañía madrileña Viviseccionados con Los planes de Dios (16 y 17 de septiembre), una obra que reflexiona sobre las herramientas para “aliviar los dolores de la existencia”, en una pieza que combina teatro textual y música en directo. Su autor e intérprete José Andrés López, ha sido merecedor de galardones como el Premio Jóvenes Creadores de Madrid, el Premio Teatro Autor Exprés SGAE y el Premio Público Escènia. El creador vuelve a la sala valenciana con este texto y con la música en directo de Carlos Gorbe.

El espectáculo encargado de cerrar el ciclo será El vuelo (18 y 19 de septiembre), del coreógrafo Daniel Morales, nominado al mejor espectáculo de danza en los Premios Réplica 2020 de la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias. El bailarín, nacido en Gran Canaria, fusiona la danza contemporánea y las danzas urbanas. Su visión se centra en la trasmisión de pensamientos, sensaciones y experiencias reconocibles por cualquier persona. También pertenece a la generación de creadores que ha trabajado con bailarines consolidados como Daniel Abreu, Laura Marrero o Carmen Macías, entre otros.

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