Dos retratos del dictador Francisco Franco y del fundador de la Falange José Antonio Primo de Rivera presiden el Casino Gran de Canals, uno de los lugares más concurridos de la localidad valenciana de la comarca de La Costera. Un local en el que se produjeron en 2016 gritos de exaltación del dictador por parte de algunos asistentes a los actos de las fiestas de la población. A pesar de la insistencia del Ayuntamiento de Canals, gobernado por Compromís, la Cooperativa Agrícola San Antonio —titular privada del Casino— se ha negado en reiteradas ocasiones a retirar los retratos.
Sin embargo, el Gobierno advierte de que la Generalitat Valenciana deberá incoar un procedimiento para la retirada de los vestigios franquistas, según una respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez a los senadores Carles Mulet, de Compromís, y Elisenda Pérez Esteve, de Esquerra Republicana de Catalunya. La dirección general de Memoria Democrática trasladó a su homóloga autonómica la cuestión.
Así, la Conselleria de Transparencia y Calidad Democrática, que dirige Rosa Pérez Garijo, confirmó que los retratos están incluidos en el Catálogo de Vestigios de la Guerra Civil y la Dictadura del territorio valenciano. Los cuadros de Franco y Primo de Rivera están “pendientes de retirar”.
La respuesta informa de que la Cooperativa Agrícola San Antonio “se ha negado a su retirada” tras las reiteradas peticiones del consistorio. Sin embargo, advierte el Gobierno, “en caso de que persista en su mantenimiento y considerando que estos retratos están en un edificio privado al cual accede el público”, la Generalitat Valenciana debe iniciar el procedimiento previsto en la ley autonómica de Memoria Democrática y para la Convivencia.
“No habiéndose producido la retirada o eliminación de los elementos (...) de manera voluntaria, el Instituto Valenciano de la Memoria Democrática, los Derechos Humanos y las Libertades Públicas incoará de oficio el procedimiento para la retirada de dichos elementos”, indica el texto legislativo.
La ley valenciana también incluye los “elementos contrarios a la memoria democrática” situados en “edificios de carácter privado con proyección a un espacio visible de acceso o uso público”. Así, “las personas propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos”, agrega.
Los retratos del dictador y del fundador de Falange acompañan a sendos cuadros de Juan Carlos I y Felipe VI. El Casino Gran es una sociedad privada, con unos 800 socios, que se resiste a cumplir la legislación en materia de memoria histórica pese a las reiteradas peticiones del consistorio, gobernado por la izquierda desde hace dos mandatos. Además el lugar acoge cada año el comienzo de las fiestas patronales de la localidad.