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Maribel Vilaplana declara ante la jueza de la dana que Mazón permaneció en El Ventorro “con total normalidad”

Lucas Marco

Catarroja —
3 de noviembre de 2025 10:06 h

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Maribel Vilaplana ha declarado ante la jueza de la dana que no hizo demasiado caso a las llamadas que recibía el president Carlos Mazón en el restaurante El Ventorro. También ha afirmado que Mazón, tras atender las llamadas, continuaba “con total normalidad” el encuentro con la periodista, según fuentes conocedoras de la testifical consultadas por elDiario.es. La testigo no ha aportado detalles relevantes sobre las comunicaciones del jefe del Consell, ni conservaba el ticket del aparcamiento al que la acompañó Mazón, aunque ha autorizado a dar el número de la matrícula de su vehículo para pedir el comprobante a la empresa que gestiona el parquin. “Estoy aquí para colaborar en lo que pueda”, ha manifestado. Vilaplana no ha podido precisar si Carlos Mazón iba escoltado.

La periodista ha detallado cómo se fraguó la cita en El Ventorro. En una gala en la que ambos coincidieron el 14 de octubre, Carlos Mazón le dijo: “Necesito hablar contigo, me gustaría que colaboraras, que tuviéramos algún tipo de colaboración”. Vilaplana insistió en que “no quería que fuera nada oficial” y Mazón le contestó: “No te preocupes, comemos en un restaurante, ya te diré dónde o dónde se pueda”. La testigo, especializada en asesoramiento de comunicación a empresas, ha dicho que no quería trabajar “para la política” por si perdía clientes.

Maribel Vilaplana ha detallado que, tras mantener las llamadas, Mazón volvía al reservado y se sentaba “con normalidad”. Sin embargo, en un momento dado del ágape empezó a recibir “muchas llamadas”. La testigo ha insistido en que no recordaba las horas exactas ni escuchó la conversación. De hecho, ha dicho que, mientras Mazón hablaba por teléfono, ella incluso sacó su ordenador portátil para seguir trabajando.

Vilaplana ha declarado que Carlos Mazón se puso en el restaurante un jersey (no ha podido aclarar si se trataba del mismo que lucía posteriormente a su llegada al Centro de Coordinación de Emergencias de l'Eliana). El president, según ha afirmado, le pidió permiso para quitarse la americana para comer más cómodo y sacó de una mochila la prenda en cuestión.

En ese momento del interrogatorio, la testigo ha roto a llorar y ha dicho que teme que los medios tergiversen y digan que Mazón se desnudó, cuando simplemente se puso un suéter.

“A mí nunca me comenta nada de esas llamadas, ni oigo palabras, ni oigo dana, Cecopi, lluvias”, ha declarado. Vilaplana ha dicho que desconocía la situación sobre el terreno mientras comía con el president. “Soy superdiscreta en eso, forma parte de mi trabajo”, ha alegado. Tampoco era consciente de que una alerta roja permanecía activada, según ha afirmado.

Además, ha apostillado que en sus cursos de comunicación siempre recomienda silenciar y guardar el teléfono móvil en reuniones, como “muestra de respeto”, tal como hizo ella en El Ventorro, según ha dicho.

La testigo ha asegurado, a preguntas de la jueza instructora, que no tiene “ningún tipo de amistad ni enemistad con el señor Mazón”. Además, también ha dicho que no tiene el ticket del aparcamiento al que la acompañó Mazón. Aunque ha autorizado a que, con la matrícula de su vehículo, se le pida el comprobante a la empresa que gestiona el aparcamiento. Vilaplana ha confirmado que pagó con tarjeta de crédito.

También se ha prestado a aportar su teléfono móvil para aclarar la hora en que recibió, durante la comida, en un grupo familiar de WhatsApp, una noticia sobre la situación de Utiel. La comunicadora ha detallado que vio el mensaje (que incluía el enlace a un tuit) cuando el president atendió una de las llamadas. Sin embargo, al parecer, no abrió el enlace con el video sobre Utiel: “No se lo pueden ni imaginar lo que me atormenta no haber abierto [el enlace]”, ha afirmado.

También ha dicho que, en un momento dado, pidió a su exmarido, el periodista Xavier Carrau, que recogiera él a uno de sus hijos al no saber cuándo acabaría la “reunión”. La jueza le ha pedido a la testigo que consultara la hora exacta en que le envió el mensaje de WhatsApp a su exmarido y Vilaplana ha dicho que fue a las 17:36.

La periodista ha justificado sus bandazos de versiones sobre la hora en que acabó la comida por la confusión sobre el momento exacto en que escribió el mensaje a Carrau. En un primer momento, pensaba que había sido una hora antes de lo que realmente fue.

Por otro lado, la declaración de Vilaplana ha desvelado detalles llamativos sobre la comida en El Ventorro. A Mazón, el dueño del establecimiento le subió unos papeles en un sobre, que el president consultó “tranquilamente” y firmó. Luego devolvió el sobre. La testigo no ha aportado más detalles.

La charla de camino al aparcamiento

Fue Mazón, ha explicado, quien puso fin a la comida. Luego, la acompañó al aparcamiento y siguieron “charlando”. Ella le propuso que asistiera a un partido del Levante UD, el equipo del que es consejera y portavoz. Una visita del president al palco era “un tanto” que se podía apuntar.

Pasearon “con normalidad” hacia la zona del aparcamiento situada en la plaza de Tetuán (ante el edificio de la Fundación Bancaja) comentando la posibilidad de que asistiera a un partido.

Tras “cinco o diez minutos” de paseo hacia el aparcamiento , siguieron conversando “un rato”, que no ha sabido precisar. Maribel Vilaplana ha confirmado que se despidieron y que entró ella sola al aparcamiento. Mazón tampoco le comentó hacia dónde se iba él, ha dicho la testigo.

Vilaplana ha roto a llorar ante la jueza y ha lamentado que se siente “muy utilizada”. La comunicadora asegura que todo ha sido “durísimo” (perdió a una persona cercana por la dana) y ha aludido a la “mala suerte” de que precisamente el día en que el president la convocó a una comida ocurrió una catástrofe.

“Es durísimo pensar que, al final, esto es una maldita casualidad”, ha agregado. También ha pedido que las víctimas “sepan” que le “duele en el alma” la situación en la que se ha visto inmersa.

Gritos a la entrada al juzgado del hijo de una fallecida

Vilaplana ha expresado que está “nerviosa” pero que puede contestar, a pesar de la indisposición sufrida por Vilaplana este pasado sábado, que la llevó al hospital. La testigo también ha lamentado que la entrada al juzgado ha sido “difícil”. También ha aludido a la “presión” que ha sufrido estos meses.

Un hombre oriundo de Catarroja y que perdió a su madre el 29 de octubre de 2024 ha recibido a gritos a la testigo, pidiéndole que contara la verdad. Vilaplana también ha dicho que también ha recibido estos últimos meses “apoyo y cariño”, incluso al ir por la calle.

La periodista ha llegado al juzgado de Catarroja rodeada de una amplia expectación mediática. Se trata de una de las testificales más esperadas de la causa, tras el espaldarazo de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia para que se le citara a declarar para aclarar qué pudo escuchar en el restaurante de las llamadas telefónicas de Mazón con la entonces consellera Salomé Pradas. La lista de llamadas fue incorporada a la causa el pasado viernes por la magistrada instructora.

La jueza también requirió a la testigo para que aportara el ticket de un aparcamiento cercano al restaurante al que Mazón acompañó a la periodista, tal como había pedido una de las acusaciones particulares personadas en el procedimiento.