El neonazi valenciano que se fue a Siria y ahora reaparece en Ucrania con un Kalashnikov: “Esto es una pasada”

El neonazi valenciano Pablo Garrido Mancebo, conocido como Turbito, ha cambiado un lanzacohetes en Siria por un AK-74 en Ucrania. El militante de la extrema derecha, que luce abundantes tatuajes nazis y cuenta con antecedentes penales, ha vuelto a aparecer armado en una zona de conflicto bélico. Si el año pasado su destino fue Siria, tal como mostraban las fotos publicadas por elDiario.es, este año Turbito ha recalado en Ucrania, según un vídeo en el que aparece exhibiendo un fusil de asalto Kalashnikov.

“Las balas nuevas, un equipo que te cagas”, dice visiblemente ilusionado en un video que ha circulado en redes de la extrema derecha española. “Esto de trinqui”, agrega sosteniendo un AK-74M, un fusil de asalto de 5,45 milímetros de la familia de los míticos AK-47 soviéticos.

La guerra en Ucrania ha aflorado de nuevo, al igual que en Siria, la presencia de militantes neonazis en escenarios bélicos, frecuentemente usada a efectos propagandísticos. El batallón Azov, un grupo de extrema derecha ucraniano con un ala militar que cuenta con miembros abiertamente neonazis, se ha convertido en un imán para ultras de todo el mundo, incluidos españoles.

“Esto es una pasada”, dice Turbito en el vídeo. “La peña es de puta madre y estamos de puta madre”, explica sobre su experiencia en Ucrania. Pablo Garrido Mancebo es un conocido militante neonazi que ha estado en el módulo de presos preventivos número 14 del centro penitenciario Antonio Asunción de Picassent (Valencia).

En Siria se fotografió con esvásticas tatuadas y sosteniendo un lanzacohetes similar a los RPG rusos aunque con apariencia artesanal. En el breve vídeo rodado en Ucrania, luce un tatuaje en el cráneo rapado de una calavera, inspirado en el Totenkopf (cabeza de muerto, en alemán), símbolo de la unidad de combate de las Waffen SS nazis.

Con pantalones de camuflaje militar y rellenando el cargador del fusil, Turbito aparece radiante y celebrando el armamento de que dispone en Ucrania. “Este es mi catre, aquí es donde dormimos, que tampoco necesitamos más”, cuenta el neonazi valenciano, que acaba el vídeo saludando a “todos los españoles”.

El joven ha sido monitorizado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tras su vuelta a España desde Siria, según fuentes conocedoras de su trayectoria. Sin embargo, su regreso de las excursiones a escenarios bélicos, encuadradas en movimientos paramilitares neonazis, contrasta con el retorno no tan plácido de militantes de extrema izquierda a España desde las mismas zonas de guerra. Así, Roberto Vaquero, líder del Frente Obrero, un grupúsculo de tendencia estalinista, fue condenado por el Tribunal Supremo a un año y tres meses de prisión como autor responsable de un delito de pertenencia a grupo criminal por colaborar con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).