La reforma de la Constitución enfrenta a un Consell y PP muy distanciados
El Gobierno valenciano (PSPV y Compromís) y el Partido Popular discrepan en muchas cuestiones. Este martes, 6 de diciembre, ha quedado patente un nuevo desencuentro a cuenta de la celebración del Día de la Constitución. Así, mientras el Consell conmemoraba la efeméride en la Ciudad de la Luz de Alicante -sin la presencia ni de la líder del PPCV, Isabel Bonig, ni del presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez-, los populares se han decantado por la celebración organizada por la delegación del Gobierno en Valencia en Capitanía General.
Así, mientras el president Puig lamentaba la ausencia de representación por parte de las instituciones dirigidas por los populares, como es el caso de la diputación alicantina, Bonig ha asegurado que le hubiera gustado que el president Puig hubiera estado en Madrid en el acto conmemorativo junto al ejecutivo, otros presidentes autonómicos y las instituciones del Estado.
Tampoco han coincidido en lo que a la reforma de la Constitución se refiere. De este modo, el president, que el pasado lunes con motivo de la visita del líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, a Valencia apuntaba que es necesario reformar la Carta Magna y que hay que empezar “cuanto antes”, ha vuelto a defender su renovación en Alicante. Para Puig, la Constitución, “el mayor hito político de una sociedad fracturada demasiado tiempo”, supone un contrato social que “nunca es infinito”.
En este sentido, ha apuntado que la sociedad española “ha cambiado mucho” en las últimas cuatro décadas, por lo que es “indispensable” una actualización del texto para ponerlo “al servicio del interés de la ciudadanía”, sobre todo tras los “graves problemas” de las crisis económica, política y territorial de los últimos años. Por eso, aboga por un nuevo “encaje territorial” de las distintas nacionalidades dándole una “mirada federal abierta” a la Carta Magna, de modo que admita la pluralidad y garantice “la igualdad entre ciudadanos y la singularidad entre territorios”.
Texto “plenamente vigente”
Los populares, sin embargo, insisten en que la Constitución del 78 está “plenamente vigente”. El delegado del Gobierno destacaba cómo el texto ha representado un “marco de estabilidad” en los últimos cuarenta años, un documento, “símbolo de concordia”, en el que “cabemos todos, todas las ideologías y planteamientos políticos”. Bonig, por su parte, se refirió al “espíritu de concordia que presidió el proceso de transición política, junto con principios como la unidad, la pluralidad, el consenso, la libertad, la igualdad o la solidaridad y el pluralismo político, siguen teniendo hoy día plena validez como instrumentos imprescindibles para nuestra convivencia”.
En opinión de Moragues, la Carta Magna se podría modificar tras un “estudio pausado”, pero “sin necesidad de modificar el núcleo de las decisiones fundamentales”. La renovación del texto debería servir para “incorporar nuevas sensibilidades, pero siempre sobre la base del respeto al Estado de Derecho, a la necesidad de sumar voluntades, en la búsqueda de un amplio consenso, como hubo en 1978, en torno a los grandes temas de Estado”.
Isabel Bonig, por su parte, sostiene que “las grandes constituciones son aquellas que se reforman muy poco” aunque ha señalado que “en cualquier caso habría que delimitar una serie de condiciones porque el contexto europeo nos ha enseñado que una reforma de este tipo se debe afrontar sobre la base de amplios consensos como el del 1978, de la igualdad entre los españoles y con una hoja de ruta clara”.