Las claves informativas de la semana en la Comunitat Valenciana.
Compromís, Sumar y no restar
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Crisis con la coalición de Yolanda Díaz
Los valencianistas debaten romper con sus socios debido al veto a llamar a Pedro Sánchez por la DANA
Hay un sector de Compromís que se mira en el espejo del Bloque Nacionalista Galego, convertido en la potente segunda fuerza política gallega, aunque solo haya salido de su papel de oposición al PP en la Xunta en más de 40 años gracias al fugaz gobierno de coalición con los socialistas de Emilio Pérez Touriño entre 2005 y 2009. En la última década y media, mientras los galleguistas recobraban impulso, sin lograr desbancar del gobierno de la Xunta a Alberto Núñez Feijóo y a su sucesor Alfonso Rueda, Compromís también cobraba impulso, pero además logró formar gobierno en la Generalitat Valenciana con los socialistas de Ximo Puig y con Podemos durante ocho años, entre 2015 y 2023.
Las comparaciones suelen ser odiosas, pero es evidente que la articulación del valencianismo y del galleguismo políticos resulta bien distinta debido a factores históricos, sociales y nacionales que no es el momento de abordar. En todo caso, Compromís es el resultado de una suma; el Bloque Nacionalista Galego, de una decantación. Viene esto a cuento porque esta semana han surgido problemas de importancia en la relación de Compromís con Sumar, la coalición liderada por la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz con la que concurrió a las elecciones generales y en cuyo grupo parlamentario se integran sus dos diputados en el Congreso, Àgueda Micó y Alberto Ibáñez.
Todo empezó con la presentación por parte del grupo de Sumar en el Congreso de un plan de trabajo para la comisión de la DANA sin la lista de comparecientes propuesta por Compromís, que incluía al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El veto a la comparecencia del jefe de un Ejecutivo del que forma parte Sumar, pero no Compromís (que ha sido en todo caso un leal socio parlamentario), enfadó a la dirección de la coalición valencianista, que habló de “deslealtad” y amenazó con la ruptura. Lo consideró un ataque a su autonomía dentro del grupo parlamentario, precisamente en la gestión de la única comisión sobre la inundación en la que el Partido Popular no tiene mayoría, después de las constituidas en las Corts Valencianes y en el Senado. Su portavoz, la diputada Àgueda Micó, dijo que la intención es “que se pueda saber lo que pasó el día 29 de octubre, que se depuren las responsabilidades políticas de la emergencia, pero también que se pueda hablar de toda la reconstrucción que se está haciendo y de cómo todos los gobiernos implicados están participando en ella”. Y el portavoz en las Corts Valencianes, Joan Baldoví, a su vez, anunció que la coalición seguiría “apretando” para que Sánchez comparezca.
Aunque Yolanda Díaz declaró que confia en que Sumar llegue a un acuerdo con Compromís para evitar la ruptura, la crisis ha dividido a la coalición valenciana, dado que la fuerza mayoritaria, Més-Compromís, apuesta por abandonar el grupo en el Congreso mientras Iniciativa-Compromís se declara partidaria de continuar en él. Así las cosas, el partido mayoritario considera que no se ha cumplido el acuerdo de legislatura, que implica que la coalición decide sobre los asuntos valencianos, mientras el partido de Mónica Oltra aboga por quedarse en el grupo parlamentario de Sumar y seguir negociando.
Pendiente de una reunión de la dirección de Compromís, donde la coalición siempre busca acabar tomando decisiones por consenso, la situación aboca a Sumar al peligro de una nueva ruptura de su grupo parlamentario, tras el abandono unilateral en diciembre de 2023 de los entonces cinco diputados de Podemos, que se redujeron a cuatro cuando Lilith Verstringe dejó su escaño apenas un mes después.
La relación de Compromís con Sumar, por tanto, está en el aire. Una mala noticia para que la izquierda, como parece imprescindible si se quiere frenar a la derecha, sea capaz de unir fuerzas en las próximas elecciones generales. Dirigentes de todos los componentes de la coalición valencianista (Més, Iniciativa y Verds-Equo) coinciden en que Compromís pretende aglutinar a su alrededor para las próximas elecciones autonómicas una plataforma amplia (por supuesto contando con Sumar y con opciones ahora extraparlamentarias como Esquerra Unida y eventualmente Podemos, aunque esta formación se ha automarginado y ha volado casi todos los puentes). Pero tuercen el gesto y muestran dudas cuando se les pregunta por las elecciones generales.
Los valencianistas se sienten fuertes en su territorio (una reciente encuesta para los diarios del Grupo Prensa Ibérica les daba el mismo número de diputados a las Corts Valencianes que a los socialistas en la circunscripción de València, aunque perdían uno en Alicante). Su cultura política les empuja en dos direcciones complementarias: buscar una mayoría de gobierno en la Generalitat (que se reflejó en su día en el Pacto del Botánico) y sumar siempre que sea posible en las generales y europeas. Pero el espejismo gallego planea sobre una parte de su militancia. Y el maltrato en Madrid añade capacidad de sugestión a ese espejismo (es difícil imaginar que Compromís pudiera tener dos diputados en el Congreso y un parlamentario europeo compareciendo en solitario o, dicho de otra forma, pugnando electoralmente con otras formaciones de izquierda).
Mientras se dilucida si la relación con Sumar acaba en una ruptura que, en lugar de unir fuerzas en la base parlamentaria del Gobierno, las reste, la exvicepresidenta Mónica Oltra, líder de Compromís hasta que dimitió por el caso judicial en el que el juez y el fiscal no vieron delito alguno y pese a ello la Audiencia Provincial decidió llevarla a juicio, empieza a dejarse ver en actos públicos, siempre surgidos de iniciativas de la sociedad civil. El más reciente ha sido un encuentro convocado en Gandia por la Associació de Jubilats i Pensionistes de la Safor, en el que ha criticado la “anomalía” de la deficiente financiación autonómica valenciana, ha llamado a “combatir el fascismo” y ha puesto como ejemplo la actuación del Consell del Pacto del Botánico frente a la DANA que afectó a la Vega Baja en 2019 para arremeter contra Carlos Mazón por su negligente gestión de la catástrofe del pasado 29 de octubre en València. “En la DANA de la Vega Baja nos movilizamos un día antes, en el Ventorro no me habría pillado”, sentenció Oltra.
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