La legislatura de la calamidad

Las incógnitas persiguen al jefe del Consell en funciones

La comparecencia de Mazón en el Congreso marca el desastre de un mandato que el PP y Vox prolongarán

Resulta difícil decidir si esta es la legislatura de la calamidad o una calamidad de legislatura. Seguramente, las dos cosas a la vez. La dana fue una calamidad, pero también el fracaso en el mando del sistema de emergencias, que hizo más calamitosas las consecuencias del desastre en pérdida de vidas humanas. ¿Y qué decir de ese señor que acudió a la comisión del Congreso de los Diputados tras haber dimitido como presidente de la Generalitat Valenciana sin dejar de contradecirse sobre las circunstancias de su ausencia en el día de la catástrofe? Apareció Carlos Mazón en su comparecencia como un pobre hombre, perdido en sus excusas, sin capacidad para cuadrar un relato del 29 de octubre de 2024 mínimamente coherente (“Sabiendo lo que sabemos ahora la comida no se hubiera producido”, alegó sobre su larga sobremesa en el Ventorro y dijo, en flagrante falsedad, que “no hubo conocimiento de las primeras pérdidas humanas hasta bien entrada la madrugada”)... Vamos, una auténtica calamidad.

Por eso, pretender sostener la continuidad de una legislatura como esta sin pasar por las urnas, con Juanfran Mazón, que es como la exconsellera imputada por la jueza que investiga la presunta negligencia en la gestión de la emergencia, Salomé Pradas, tenía anotado el teléfono de quien ahora asumirá el cargo de jefe del Consell gracias al PP y Vox, es una forma de prolongar la irremediable calamidad de este mandato. Un intento de camuflar, por supuesto, la crisis en la que está sumida la derecha como consecuencia de su irremediable fracaso en este periodo al frente de las instituciones valencianas.

Solo hay que ver cómo aborda el PP la investidura de Juan Francisco Pérez Llorca, después de que se haya presentado asegurando que se siente “capacitado” para convertirse en presidente. La formación de extrema derecha buscará exprimir a los populares dejando en el aire su apoyo hasta el último momento. Como ha escrito Carlos Navarro Castelló, xenofobia, negacionismo, más ladrillo y menos derechos son las cosas que Pérez Llorca volverá a pactar con Vox, mientras Alberto Núñez Feijóo trata de desenredar el lío orgánico que se creará al hacer que Mazón deje también el liderazgo del partido en la Comunitat Valenciana. Si habrá gestora y cuánto tiempo o cuándo se convocará el congreso regional del PP (que Fracisco Camps reclama) son incógnitas que planean en un ambiente de guerra soterrada dentro de la formación.

De momento, la secretaria general del PSPV-PSOE, la ministra Diana Morant, ha anunciado que su partido denunciará ante la Fiscalía a Mazón por falso testimonio en su comparecencia en el Congreso, mientras Compromís estudia si hace lo mismo. Solo un político que todavía tiene cosas que esconder se comporta como lo hizo en el Parlamento el todavía jefe del Consell en funciones, incapaz de ceñirse a un marco definido en sus explicaciones. La jueza de la dana prosigue con sus pesquisas y asoman datos sobre los aspectos pendientes de la tarde que pasó Mazón junto a la periodista Maribel Vilaplana, mientras la inundación arrasaba varias comarcas. La información facilitada por la empresa del parking al que el presidente acompañó a la periodista a recoger el coche tras la larga sobremesa, por ejemplo, apunta a que pasó una hora desde que dejaron el Ventorro y el vehículo salió del garaje, un lapso que coincide con lo que tardó Mazón en aparecer por el Palau, ya cerca de las ocho de la tarde. ¿Qué ocurrió en ese tiempo?

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